Arzhvael (libro 6. Los Cinco Elementos)

Cap. 31 Terror

 

Las cosas habían vuelto a la normalidad en Averdeen, o al menos a la normalidad propia de gente apellidada Douglas o Cornwall. Ese domingo en particular, mientras aprovechaban los últimos días soleados del año, Giulian que leía El Heraldo, recordó para disgusto de todos a Newyddia.

  • No me gusta el silencio tan prolongado de esta arpía. En el caso de Ziarist se entiende, porque hasta donde sabemos, McEwan lo dejó casi imposibilitado para cualquier cosa. Pero en el caso de esta serpiente venenosa y estando tan decidida a fastidiarnos, se me hace muy extraño que no haya publicado nada más.

Amy ahogó la risa y todos la miraron con curiosidad. Danny y Sam pudieron ver claramente lo que su madre estaba pensando, del mismo modo que Iván que había abierto mucho sus verdes ojos.

  • ¡Mamá!  --  exclamaron casi al unísono los chicos y los demás a excepción de Iván, voltearon sorprendidos a mirar a Amy
  • ¿Qué?  --  preguntó Dan
  • Bueno, no creo que ella quiera escribir nada acerca de esta familia, al menos no en un futuro cercano --  dijo ella tratando de esconder la sonrisa
  • ¡Amy Douglas!  --  exclamó Dan  --  ¿Dime inmediatamente qué hiciste?
  • Le hice entender muy claramente, que no le convenía meterse con mi familia.
  • ¿Y cómo hiciste eso exactamente?  --  insistió Dan
  • Le hice un bonito dibujo en la cara  --  contestó ella
  • Pero Samantha nos hizo prometer…
  • Se los hizo prometer a ustedes, no a mí.

Giulian se levantó de su silla, corrió hacia Amy, la abrazó y le estampó un sonoro beso en la mejilla.

  • Por eso amo a esta mujer  --  dijo alborozado
  • ¡Eh!  --  dijo Dan apartándolo  --  Que a la que estas asfixiando es mi mujer, cretino  --  y Giulian rio más fuerte
  • ¿Y tienes el valor de acusarme a mí de celoso?  --  preguntó con sorna  --  Por favor, aparte de mi hermana, esta mujer es mi suegra.
  • ¡Giulian Alexander Cornwall!  -- chilló Amy  --  Si no fueras un pervertido sin sentido común, estarías casado con una mujer de tu edad como corresponde. Así que no vuelvas a llamarme así.
  • ¿Cómo? ¿Suegra?  --  preguntó ahogándose con la risa

Los chicos pensaron que a Giulian no le habían servido todos los años de experiencia para aprender lo poco prudente que podía resultar desafiar a las mujeres de aquella familia, y Elar apartó prudentemente a Nat que estaba en la línea de fuego, algo acertado, porque a continuación el muy necio de Giulian tuvo una clara demostración de lo perjudicial del asunto cuando sin previo aviso, quedó tirado en el piso y empapado de agua de pies a cabeza, al ser barrido por una enorme ola.

  • Espero que eso te enseñe a mantener tu gran boca cerrada.  --  le advirtió Amy
  • Dame una tregua, hermanita  --  dijo él levantando las manos en señal de rendición  --  Pero no me negarás que tengo un gusto inmejorable.

Y después de decir aquello desapareció rápidamente dejando tras de sí el eco de su risa.

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Una noche Sam despertó sobresaltada y Giulian despertó al sentirla moverse entre sus brazos.

  • ¿Princesa?
  • Suéltame Giulian  --  dijo ella con urgencia y se lanzó fuera de la cama seguida por él

Casi chocaron con Mael en la carrera, pero no se detuvieron y entraron tras él a la habitación que compartían Brendan y Elijah. En cuanto Mael tocó a su hijo, mudó de expresión al igual que Sam que estaba haciendo lo mismo.

  • ¿Qué sucede?  --  preguntó Giulian
  • Está ardiendo

Y aquello era literal, porque normalmente Elijah al ser un Berserker era de temperatura alta, de modo que en aquel momento la misma superaba en mucho lo que podía considerarse una fiebre alta.

Iván fue sacado de la cama al escuchar la voz de Mael y saliendo a toda prisa se dirigió a la habitación de los niños. Sin embargo, después de revisarlo concluyó que debía tratarse de algún virus especialmente fuerte. Lo hizo tomarse un brebaje y les dijo que lo dejasen descansar, pero obviamente ni Sam ni Mael aceptaron moverse de allí, y de hecho, Mael estaba en desacuerdo con aquel diagnóstico, porque ellos eran berserkers y no iban por ahí contrayendo ningún virus.

Al día siguiente, el niño tenía menos temperatura, pero estaba decaído y se quejaba de dolor de estómago, algo que Mael entendió mejor concluyendo que su hijo debió comer algo que le cayó mal.

El paseo que tenían planeado hubo de suspenderse, ya que Brendan fue el primero en negarse a ir a ninguna parte sin su hermano, aunque no protestó por ser sacado de la habitación. Giulian por su parte la tuvo difícil para distraer a los niños, porque desde el mayor hasta las más chicas estaban como si alguien hubiese muerto, y siendo que habían quedado en salir, todos estaban allí. Lizzy se había sentado en un rincón con expresión furiosa, y como ya Jonathan sabía que cuando a la niña la afectaba algo asumía aquella actitud, la dejó en paz. Los gemelos Douglas y los Cornwall estaban increíblemente tranquilos. Dreo y Vladimir no habían causado ningún estropicio. Las trillizas se negaban a comer y repentinamente Aria comenzó a llorar y no hubo forma de calmarla. De manera que aquel fue un pésimo día para todos. Aunque nuevamente ni Sam ni Mael se apartaron de Elijah, no volvió la fiebre, de modo que al día siguiente tenía mejor aspecto.




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