Arzhvael (libro 6. Los Cinco Elementos)

Cap. 33 La nueva pareja

 

Anne tardó dos semanas en recuperarse, pero a diferencia de Giulian, a ella la dejaron ir antes para que terminase de reponerse en su casa. De modo que ese año, y aunque había sido retrasada por la estadía de Anne en el hospital, ni Peter ni ella pudieron asistir al cumpleaños de Vladimir, aunque bien mirado era mejor así, porque si esas celebraciones eran un peligro para los que estaban perfectamente sanos, definitivamente no eran lo más apropiado para alguien convaleciente.

Ese día y apenas había despuntado el alba, la casa de los Natchzhrer McKenzie se vio invadida por las pequeñas criaturas. Los primeros en llegar habían sido Dreo y los gemelos, haciendo que Aderyn gimiese interiormente, pero Danny no se quedó a escuchar sus quejas y casi arrolló a Giulian que venía con su séquito habitual. Elijah, Brendan y los gemelos pasaron como una exhalación hacia las escaleras, mientras que las trillizas como eran mucho más pequeñas y Gemdariel venía en brazos de su padre, lo hicieron con un poco más de calma ayudadas por el paciente Nathaniel.

  • ¿También tú saldrás corriendo?  --  preguntó Aderyn
  • ¿Y yo por qué?  --  preguntó Giulian  --  Más bien espero que tengas la amabilidad de alimentarme, porque no me dejaron ni tomar café

Mientras desayunaban llegó Jonathan con sus hijas, que igualmente ignoraron a sus tíos y corrieron escaleras arriba, aunque Aria se quedó muy atrás, porque era más pequeña y menos veloz que su hermana mayor, pero cuando la niña iba a mitad de las escaleras, apareció Elijah quien la ayudó a terminar de subir.

  • Ya he olvidado lo que es despertar a la hora que uno quiera  --  se quejó Jonathan
  • Si van a empezar a quejarse de lo que ustedes mismos han hecho de ellos, me hacen el favor y se van a otro lado  --  dijo Aderyn

Tanto Gail como Giulian y Jonathan la miraron sorprendidos, porque normalmente Aderyn no era tan ácida, y si Gail no hubiese estado positivamente seguro que no podía estar embarazada, lo habría creído. Pero en realidad Aderyn lo que estaba era preocupada por su hermano menor, que según lo que le había dicho Peter, se negaba a hacer nada por arreglar las cosas con Anastasia.

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Armel por su parte y después de los primeros dos días en los que había permanecido en estado de semi inconsciencia, se había recuperado con bastante rapidez. El día que Mael había llevado a Enid, él ni se había enterado, aunque ella no se había movido de allí desde que había llegado. Daira e Iván que habían pasado varias veces por la habitación, la primera se había sorprendido mientras que el segundo se había alegrado mucho de ver a la elfa a quien conocía desde niña, y sobre todo de verla bien después de los acontecimientos de Velalaika. Pero ninguno de los dos pudo evitar notar la angustia y el interés de la chica, así que a Daira le tomó muy poco tiempo darse cuenta de lo que estaba sucediendo y se alegró de veras por Armel y por sí misma, porque esperaba que así Jonathan dejaría de amargarle la existencia cada vez que Armel estaba cerca. Mientras que a Iván le llevó algo más de tiempo por su proverbial discreción y respeto hacia la privacidad ajena.

Al amanecer del tercer día, cuando Armel despertó por primera vez con plena consciencia, lo primero que vio fueron los ojos azules de Enid.

 

  • Buenos días, señor Haider  --  saludó ella al verlo despertar
  • ¿Enid?  --  pero se alarmó al ver que los ojos de la chica se llenaban de lágrimas

En un primer momento se sintió confundido y le tomó unos segundos ubicarse, cuando los recuerdos estuvieron en su sitio, hizo un inventario sensorial comprobando que aparentemente tenía todo en su lugar, de manera que elevó una mano hasta el rostro de la chica.

  • Ey  --  dijo intentando que lo mirase  --  ¿Tan mal estoy?  --  pero ella solo hizo un movimiento negativo con la cabeza  --  ¿Y entonces a qué obedecen esas lágrimas?
  • Es que estuve muy asustada
  • ¿Por?
  • Pues, porque… bueno porque…   --  él elevó una ceja y sonrió, pero decidió no ayudarla
  • ¿Porque…?  --  insistió
  • Bueno… estabas mal y…
  • ¿Es tan difícil decirlo?  --  le preguntó sujetando el rostro de la chica con ambas manos
  • Porque me preocupaba que no te recuperases

Armel juntó las cejas, porque ciertamente no era eso lo que quería escuchar, pero decidió no insistir y en ese momento entraron unas Nyrs para atenderlo y Enid abandonó la habitación. Estaba recostada de la pared con los ojos cerrados y sintiéndose tonta cuando escuchó una voz conocida.

  • Buenos días  --  saludó Mael  --  ¿Algún problema?  --  preguntó al ver su expresión
  • Sí… bueno no… es decir…  --  y como Mael la miraba con curiosidad se sintió aun peor
  • Armel está mejor ¿no?
  • Sí, de hecho ya recuperó el conocimiento  --  y después lo miró e hizo una pregunta que Mael no se esperaba  --  ¿Mael, por qué fuiste a buscarme?

Sin embargo, y aunque para Mael estaban claras las razones, él era la discreción en pasta, de modo que dijo lo único posible en esas circunstancias.

  • Bueno como él estuvo tan pendiente de ti cuando estuviste mal, pensé que te gustaría saberlo  --  dijo con cautelaba
  • Sí claro  --  dijo ella  -- gracias




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