Al día siguiente de la reunión en el edificio del Concejo de Estado, y como les habían advertido, salió publicado el comunicado de Mikael en El Heraldo. Ya todos habían sido advertidos de esto, pero eso no lo hizo más fácil de asimilar. Danny y Gail estaban más allá de la furia, Aderyn y sorpresivamente Diandra, lloraban de indignación, y en el caso de Sam, sentía mucha pena con los McKenzie y le dolía ver a Iván y a Mael metidos en aquello. Y para empeorar más una situación ya muy mala, a Mael le llegó una citación para presentarse en los tribunales, acusado de agresión a un funcionario público.
Si bien los arzhaelíes no eran políticos, contaban entre sus filas con muchos cuyos padres o hermanos sí lo eran, de modo que, al enterarse de aquello, cerraron filas y comenzaron a mover contactos. El primero en moverse en ese sentido fue Garlan, que se fue derecho a hablar con su padre y con su hermano, porque, aunque hubiese sonado arrogante y soberbio el día anterior, realmente su familia ostentaba casi tanto poder como los Cornwall y de hecho estaban emparentados por línea materna con éstos.
Alaric hizo lo propio y se fue a hablar con su padre, que al igual que el de Garlan, tenía mucha influencia en las altas esferas de poder.
El otro que partió a toda prisa fue Jason Walker, cuya familia si bien no tenía el poder económico o el peso de un apellido de vieja data, sí tenía mucho poder político.
En general, todo aquel arzhaelí o kriger que tuviese algún familiar ligado a la vida política de su raza, se puso en comunicación con el mismo.
Y, por último, en cuanto Enid se enteró por Armel de lo que estaba sucediendo y sin decirle nada a él, se fue a hablar con su padre.
De modo que cuando Mael se presentó en el Tribunal, iba respaldado por un sólido apoyo del que no tenía ni idea.
Glavern y Glenwer McEwan, el padre y el hermano de Garlan respectivamente, se encargaron de armar la defensa de Mael, para lo que solicitaron les fuesen facilitados todos los informes contentivos de los enfrentamientos pasados y presentes con los Nemhain, y con la rapidez y efectividad que caracterizaba a los arzhaelíes, les proporcionaron todo cuanto pidieron.
Escucharon pacientemente la acusación, y una vez concluida esta, hicieron una tan brillante defensa, que el tribunal ni siquiera se tomó la molestia de retirarse a discutir y dieron su veredicto en forma inmediata. Concluyeron que siendo que Mael había aceptado que había agredido al susodicho Delegado, primero lo había hecho bajo un estado de intenso dolor emocional, ya que se presentaron suficientes pruebas de que el sujeto en cuestión había insultado de diversas formas a la madre de su hijo, y segundo, como no había ocasionado daños graves, solo le imponían el pago de una suma para resarcir los mencionados daños, pero en ningún caso hallaron suficientes elementos de juicio como para dictaminar su detención por ningún período de tiempo.
Cado Briz no podía estar más furioso e indignado, mientras que los arzhaelíes disimulaban mucho mejor su satisfacción. Mael les agradeció a los McEwan, a los Gailard, los Walker y por supuesto a Gwier Llyn.
Mael sonrió pensando que ahora entendía que el hijo fuese como era.
Pero mientras esta conversación tenía lugar, Garlan que podía ser tan irritante como Giulian, se había ido acercando a Cado, y cuando estuvo solo a unos pasos, lo miró y sonrió no solo con suprema satisfacción, sino con la tan llevada y traída arrogancia.
Finalmente, los arzhaelíes abandonaron el tribunal y regresaron a Averdeen a toda prisa, porque siendo que se habían tomado muy en serio lo dicho por Loeiz, se habían negado en redondo a que Sam se presentase en el tribunal, de modo que ella se había quedado en casa muy preocupada.
Esa noche cuando Iván llegó, pidió hablar con todos y por su aspecto no esperaron buenas noticias como en efecto no eran.
#1484 en Fantasía
#220 en Magia
seresobrenaturales, compromiso lealtad peligro inminente, elementales perdidas amor dolor
Editado: 29.01.2023