Arzhvael (libro 6. Los Cinco Elementos)

Cap. 46 Lo que sucedió después

 

Cuando Iván se dirigía a la habitación de Mael escuchó a Gail y a Alaric que estaban soportando la sarta de improperios y amenazas que les estaba dirigiendo Mael.

  • ¡Les juro que, si no me dejan salir de aquí ahora mismo, voy a hacer el resto de sus vidas tan miserables que lamentaran haber nacido!
  • Cachorro, suponiendo que eso fuera cierto…
  • Y que conste que conociéndote no lo dudamos  --  lo interrumpió Alaric
  • …igual no podríamos hacer nada  --  completó Gail
  • ¿Por qué?  --  siguió vociferando Mael
  • Primero, porque fue papá quien ordenó que no te movieses de allí
  • Y como comprenderás, a nadie le hace mucha gracia desobedecer a Iván
  • Ninguno de ustedes es de la clase que se distingue por obedecer
  • Papá, tú me has dicho que hay que obedecer a los padres, así que no puedes desobedecer al abuelo  --  dijo Elijah que había despertado cuando lo hizo Sam, lo que aumentó el deseo de Mael de salir de aquella condenada cama e ir a verla
  • Jovencito, en primer lugar, usted es que el menos tiene derecho a decir nada, porque hasta donde recuerdo, le ordené volver a casa y no lo hizo  --  dijo aun furioso
  • No podía papá, porque entonces te habría desobedecido igual
  • Elijah…
  • Tú me dijiste que lo más importante en el mundo siempre, era mami, así que si te hubiese hecho caso, te habría desobedecido al mismo tiempo

Si las circunstancias no fuesen tan críticas, Alaric y Gail casi habrían podido reír, porque evidentemente Mael conocía poco a su hijo si pensaba que tenía alguna oportunidad discutiendo con él, pero en cualquier caso no iba a poder, porque en ese momento Elijah desapareció de la vista justo cuando él iba a protestar.

  • No pierdas tu tiempo, cachorro, ya no está

Como Mael no podía moverse, no lo había visto desaparecer.

  • ¡Genial!  --  dijo con ira  --  Hasta él puede ir a donde se le antoje y yo no
  • Ya basta, Mael  --  dijo Iván en cuanto entró y se acercó a la cama  --  Hijo, eres uno de los sujetos más razonables que he conocido, así que por favor compórtate de acuerdo a tus costumbres.
  • Pero papá…
  • Escúchame, ella está bien y como acabas de notar sin duda alguna, ya despertó. Así que tranquilízate para que termines de sanar.
  • Al menos suéltame
  • Lo siento, pero en este momento no me siento muy inclinado a confiar en ti, de modo que te quedarás exactamente como estás.

Por mucho que Mael desease lo contrario, tuvo que claudicar. En otro lugar se desarrollaba una escena más o menos parecida, en este caso con Garlan.

  • Les digo que me siento bien
  • Aun debes descansar unas horas para ver cómo evolucionas  --  dijo Daira
  • ¿Horas?  --  preguntó horrorizado

Si había algo que Garlan odiaba con vehemencia era una cama si no estaba debidamente ocupada por una linda acompañante, y siendo que no era el caso, todo lo que quería era salir de ella cuanto antes.

  • Escúchame, necio  --  dijo Armel  --  no es que tú hayas tenido nunca mucha cabeza, pero en esta ocasión estuviste a punto de perderla literalmente, así que te quedarás allí hasta que los Läkares lo consideren conveniente

Y aunque ya Garlan estaba planeando las distintas maneras de cobrarse aquello, de momento no tenía más alternativa que obedecer, porque estaba convenientemente inmovilizado.

Ya había comenzado a clarear cuando Sam despertó y lo primero que vio fueron un par de ojos esmeralda muy cerca de los suyos.

  • Hola mami
  • ¡Cielo!  --  exclamó estrechando a su hijo entre sus brazos
  • ¿Tú también estás enojada?
  • ¿Enojada? ¿Por qué?
  • Bueno, papi lo está y se está portando como G lo hace siempre
  • No entiendo
  • Le está gritando a todo el mundo para que lo dejen salir de la cama y venir a verte. Yo he ido varias veces y le dije que estabas dormida, pero aun sigue enojado conmigo  --  y Sam sonrió
  • No te preocupes, yo hablaré con él en cuanto me levante
  • ¿Ya estás bien?
  • Creo que sí, al menos yo me siento bien
  • Pero sí le harás caso al abuelo ¿no?
  • Por supuesto, siempre lo hago  --  el niño sonrió y se abrazó a su madre
  • Tenía miedo, mami  --  le dijo y Sam lo estrechó más contra su pecho  --  tenía miedo de que algo malo te sucediese
  • Nada podía sucederme con un guardián como tú  --  le dijo ella  --  Gracias mi amor, estoy muy orgullosa de ti

En ese momento entraron Dan, Danny y Amy, y después de saludarlos Sam preguntó por Iván.

  • Iré por él  --  dijo Dan
  • El abuelo está revisando a Garlan y luego viene para acá  --  dijo Elijah y luego miró a su madre  --  Voy a ver a papá
  • De acuerdo, cielo  --  le dio un beso en la frente, el chico desapareció y ella miró a su padre  --  ¿Cómo está Giulian?
  • Sigue dormido, no creímos que fuese buena idea despertarlo hasta tanto tú no puedas ir a verlo
  • Ya sabes, una cuestión de supervivencia  --  dijo Danny




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