El aula de detención de Develieng se vio sumamente concurrida aquel año, y sus ocupantes habituales eran Dreo, Lizzy, Vladimir, Eved, Meilyr y el bueno de Alex. Los profesores ya no sabían qué hacer con ellos, de modo que se habían reunido cuando los niños habían regresado de las cortas vacaciones de verano. Eirian había escuchado con la mayor paciencia las quejas de todos los maestros, el problema entre otras cosas consistía en que, si bien era cierto que especialmente Douglas, Natchzhrer y McKenzie eran un horroroso dolor de cabeza, porque no había un solo día en el que no ocasionaran un desastre, los condenados muchachitos eran demasiado buenos en las clases, aunque nadie se explicaba cómo o con qué tiempo estudiaban.
Curiosamente Endering y Fysisk no presentaron quejas en aquella oportunidad y Eirian los estaba mirando con curiosidad.
Los profesores terminaron aquella reunión con un extraño sentimiento de frustración, lo cual era lógico, porque sabían que tenían un problema, pero no tenían idea de cómo resolverlo.
Aquellos individuos junto con Daniel le habían hecho la vida miserable cuando estudiaban, la buena noticia era que ninguno de ellos había entrado a la Liga nacional y los había perdido de vista incluso antes de salir de la escuela. Sin embargo, cada vez que veía a Brendan Cornwall, inevitablemente se le revolvían los apellidos, porque si bien su pleito con Daniel era netamente profesional, los gemelos eran los seres más irritantes del planeta y al igual que Amy, gustaban de burlarse del prójimo sin ninguna misericordia. De modo que la sonrisa del nuevo Cornwall lo enfermaba al recordárselos.
No obstante, el murmuró un apresurado buenas noches y se marchó sin decir nada más. Endering lo miró alejarse y movió la cabeza pensando que Eirian se preocupaba por su obsesión con aquellos chicos, pero la de Kevin era definitivamente superior.
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Durante la primera semana de clases después de las vacaciones de verano, Alexander se ganó la primera responsabilidad por un castigo. Brendan se había peleado con Lizzy, porque la chica lo había hecho a su vez con un par de jovencitas que insistían en llamar la atención del chico, de modo que después de gritarse cualquier cantidad de barbaridades, Elijah se hartó, los mandó a callar y las chicas se marcharon furiosas. Aunque Meilyr procuraba con ahínco no meterse en esos líos, invariablemente salía salpicada y también se había marchado doblemente furiosa, primero por no controlarse y segundo porque eso le había valido que Elijah la riñese también a ella. Como Alexander conocía bien a Elizabeth y sabía que en aquellas condiciones media humanidad corría peligro, dejó a Dreo y Vladimir y fue tras ellas, y no pudieron encontrarse con nadie peor que con Lery y sus amigos.
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Editado: 22.03.2023