Arzhvael (libro 7. La Argolla Mágica)

Cap. 24 Cuidado con lo que deseas

 

Después que Sam les había referido lo ocurrido, y aunque estaba más clamada, Mael la sujetó y sin decirle nada se desmaterializaron y cuando Sam abrió los ojos, se encontró en un lugar que se le hacía familiar, pero que no recordaba con claridad.

  • Mael…
  • Estamos en Varulv   --  le dijo él
  • ¡Tu casa!  --  exclamó entendiendo por qué se le hacía conocido
  • La propiedad de mi familia, pero no necesariamente mi casa

En ese momento y de la manera más absurda, Sam recordó a su hermano, pero luego entendió que lo había hecho al llamar a aquello casa, porque sin duda el castillo de Varulv podía calificarse de muchas maneras, pero casa no sería una de ellas en opinión de su hermano.

  • ¿Por qué me trajiste aquí?
  • Dijiste que no querías ir a Averdeen
  • No quería llegar en ese estado, pero ya estoy más tranquila y lo sabes, así que no es eso
  • No, no es por eso  --  reconoció él y le sujetó las manos haciendo que se sentase  -- Hay algo que quiero conversar contigo
  • De acuerdo, dime
  • Sé que Newyddia es un ser rastrero que ha hecho su carrera a base de difamar a todo el que puede, pero según lo que entendí, Aelig estuvo leyendo otras publicaciones ¿no es así?
  • Sí, mencionó una revista, Rosa a la Carta  --  Mael se llevó una mano a la frente y Sam arrugó el entrecejo  --  ¿Qué sucede Mael?
  • Nena, si bien no es cierto todo lo que decía Newyddia en su artículo, hay un par de cosas que sí lo son
  • Mael, no tienes que darme explicaciones acerca de tu vida privada
  • No sé trata de si tengo que hacerlo o no, pero es importante que sepas lo que voy a decirte. En primer lugar, sería necio negar que eventualmente salgo con alguna mujer, en segundo, es verdad que poseo un departamento en Kelten, pero lo realmente importante es que hace algo menos de un año, conocí a una chica con la que estuve saliendo  --  en este punto Sam se tensó pero logró disimular su repentina incomodidad  --  Fue una mala elección, porque la chica en cuestión es una periodista y me enteré muy tarde de eso, aunque tal vez a ella no le pareció así y esperaba tener más tiempo y así quizá obtener alguna información importante, algo que en cualquier caso no iba a suceder. El asunto es que posiblemente este venenoso ataque de Newyddia, tal vez tenga que ver con Naig.
  • Naig  --  repitió Sam
  • Ese es su nombre, Naig Sezni
  • Pero… ¿por qué querría hacerte algo así?
  • Porque al enterarme de lo que era y lo que quería en realidad, di por finalizada nuestra amistad
  • Pero Mael, no necesariamente tiene que ser así, sabemos que Newyddia…
  • Nena, tengo pocas dudas al respecto, aunque voy a asegurarme antes de hacer nada
  • ¿Hacer?  --  preguntó alarmada  --  Mael, esa chica pudo haber estado realmente interesada en ti
  • ¡Vamos Nena! No estarás hablando en serio
  • ¿Por qué no? Eres una persona maravillosa y…
  • Te agradezco la opinión, pero estoy seguro que no era así, y lo sé porque de haberlo sido, no me habría mentido en cuanto a su profesión. Aunque no lo creas, hay personas que admiran a Newyddia y a Ziarist y están dispuestas a hacer cualquier cosa por alcanzar sus niveles de éxito  --  dijo con cierta nota de amargura
  • Lamento mucho todo esto Mael  --  dijo después de un momento y acariciando su mejilla  --  Nunca he entendido por qué hay personas que se empeñan en hacernos daño, pero tú menos que nadie mereces algo así.
  • Nadie lo merece Nena, pero supongo que como dijo papá en una oportunidad, la notoriedad trae consigo esta clase de molestos inconvenientes  --  le dijo con una sonrisa triste, pero esta desapareció cuando agregó  --   Normalmente no les prestaría atención, lo que no estoy dispuesto a permitir es que esto afecte a los niños de ninguna manera, de hecho ya me deben más de lo que pueden pagar, porque te aseguro que sus vidas no valen tanto

Sam se sorprendió de escucharlo hablar de aquel modo, porque Mael a pesar de su condición, no era un individuo violento. Lo que Samantha parecía ignorar, era que la violencia estaba implícita en su naturaleza y ésta hacía su aparición cuando veía amenazado de cualquier manera a alguien que amaba, y si ese alguien era por ejemplo su hijo, ya podían considerarse afortunados los que incurriesen en tal delito, si lograban conservar la vida.

Un momento después decidieron volver, porque ya era casi mediodía y la celebración de los niños comenzaría a las tres de la tarde.

  • Mael  --  lo detuvo ella antes de partir y él la miró  --  Gracias
  • ¿Por qué?
  • Ya lo sabes, a pesar de los años, sigo acudiendo a ti cuando me siento muy mal y tú…  --  pero él le colocó un dedo sobre los labios
  • Creo recordar que te dije que siempre estaría cuando me necesitaras Nena, sigo pensando igual y siempre será así independientemente del tiempo que pase




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.