Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 10 Recibimiento

 

En Averdeen el día había transcurrido en relativa calma debido a la ausencia de niños y que terminaría justamente esa noche, o al menos eso habían pensado hasta que a media tarde se presentó Enid con las gemelas.

  • ¡Madrina!  --  gritaron las niñas al entrar al salón y corriendo hacia Sam y Amy
  • Lo lamento Sam, pero las niñas estaban volviéndome loca y estaban a punto de destruir la casa  --  se excusó Enid
  • No seas tonta  -- dijo Sam mientras abrazaba a Armelí
  • ¿Lo ves, mamá?  --  preguntaron ambas en forma sincronizada

Después de eso, subieron a todo correr a la habitación de las trillizas que era su base de operaciones estuviesen éstas o no.

  • ¿Armel no ha regresado?  --  le preguntó un rato más tarde Amy a Enid
  • No, y gracias a los dioses  --  dijo ella  --  si hubiese estado en casa posiblemente habría ido a buscar a Danny para quitarle la cabeza  --  concluyó y Amy la miró con sorpresa mientras Sam sonreía
  • ¿Por qué habría de hacer eso?  --  preguntó Elar
  • Es que él parece pensar que tanto Ian como Ethan aparte de una amenaza contra la seguridad mundial, son una especie de veneno para sus hijas, y como ciertamente no va a hacerles nada a ellos, entonces la paga con el pobre Danny
  • ¿El pobre Danny?  --  escucharon la voz de Diandra que venía llegando con Denielig y Erick  --  Te recuerdo que el pobre Danny es el progenitor y principal responsable del comportamiento de esos demonios
  • ¡Diandra!  --  exclamaron Amy y Elar
  • ¿Qué? No estoy diciendo nada que ustedes no sepan y que no hayan sufrido además  --  dijo ella con sonrisa maligna
  • Estás siendo injusta, Di  --  protestó Enid  --  ¿Olvidas que fuimos juntos a la escuela?
  • La que parece haberlo olvidado eres tú 
  • Es verdad que él y Gail eran algo inquietos, pero…
  • Bueno, te concedo que los Douglas más pequeños son una versión optimizada de ese individuo, pero eso no lo hace a él mucho mejor

El mencionado individuo había llegado en forma silenciosa por detrás de su mujer en compañía de Gail y de Aderyn, la había sujetado por la cintura plantándole un beso en el cuello.

  • ¡Aléjate de mí, Douglas!

Los chicos rieron y se sintieron brevemente transportados al pasado cuando los memorables pleitos entre la parejita eran cosa de todos los días.

  • Compréndela, hermano  --  dijo Gail  --  tiene miedo de que pongas a otro pequeño Douglas en camino, después de todo, ustedes dos  --  dijo señalándolo a él y a Sam  --  tienen la manía de que sus chicos no vengan ni siquiera convenientemente solos, sino que vienen en pares o más  -- concluyó abrazando a Sam

Habría sido imposible determinar quién tenía peor cara, si Danny o Diandra, porque, aunque había sido una de las típicas salidas de Gail, el solo contemplar la posibilidad de otro hijo, y aunque tanto Sam como Danny habían querido familias grandes debido a lo solos que se habían sentido en su primera infancia, ya que en el caso de Danny, aunque quería mucho a sus hermanos, el sentirse diferente en cierta manera lo aislaba, de ninguna manera pensaría en un hijo más, no con los que tenía y que estaba positivamente seguro que querían matarlo. En el caso de Diandra, miró a Danny con un clarísimo mensaje que luego puso en palabras y como si él fuese el único responsable del trámite.

  • Ni se te ocurra, Douglas o date por muerto  --  dijo Diandra en tono amenazante

Sin embargo, la cara de susto de Danny no tenía nada que ver con la amenaza de su dulce esposa que por lo demás era lo habitual, sino porque a pesar de amar a sus hijos con locura, una idea como la recientemente expresada lucía terriblemente aterradora.

Cuando llegaron Giulian y Dan, Sam miró a su marido en forma interrogativa mientras Danny y Gail se sentaban cómodamente a disfrutar del espectáculo.

  • ¿Y bien?  --  preguntó Sam
  • ¿Qué cosa, princesa?  --  preguntó Giulian con su mejor cara de inocencia, pero pareció no resistir la mirada de Sam  --  Te aseguro que no…
  • Giulian Cornwall
  • De veras no he hecho nada mal, princesa
  • Como tu concepto de mal difiere mucho del mío, te sugiero que vayas diciéndome qué les compraste esta vez
  • Te aseguro que nada peligroso, mi amor  -- dijo él acercándose a ella y enlazándola por la cintura
  • En tu caso ese concepto también es muy discutible  --  insistió ella

Al final o bien en realidad no había comprado nada demasiado peligroso, o logró salir bien librado del asunto, porque llegó la hora de ir por los niños y Giulian seguía entero.

Como era habitual, la terminal estaba muy concurrida por los familiares que esperaban a los niños. Los Arzhaelíes siendo un grupo grande y fácilmente distinguible por sus Skiks, acaparaban las miradas directas o furtivas de los asistentes. Varios de los Nemhains que se encontraban en el lugar, los miraba con resentimiento como era el caso de Dale, Lery y algunos otros que los acompañaban, pero al captar la peligrosa mirada de Mael, desviaron las suyas. Mael odiaba a pocas personas, pero Lery encabezaba su lista y odiaba más aún que siquiera mirase a Sam, y Frieg recordaba bien lo peligroso que era ese individuo, razón por la cual no le apetecía en lo más mínimo buscarse un problema con él.




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