Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 13 Malas compañías

 

A pesar de que era domingo y que Giulian evitaba abandonar Averdeen cuando los niños estaban en casa si no era estrictamente necesario, después de la discusión con Sam por el castigo de Gemdariel, se había marchado a toda prisa, pero no teniendo en realidad a dónde ir y después de un rato de vagar sin rumbo, se había ido a Arx. Aquel día estaban de guardia Armel, Garlan y Jason, y en ese momento miraban desde las gradas del patio central, la diversión dominical de los Arzhaelíes.

  • ¿No lo echas de menos, Jason?  --  le preguntó Garlan a su compañero
  • Te recuerdo que nunca le encontré la gracia a participar de esta salvaje exhibición  --  dijo con su habitual simpatía y Garlan rio
  • Eres un maldito embustero, Jason Walker, porque he estado aquí más tiempo que tú y recuerdo que te gustaba apalear a tus compañeros, mientras que nuestro buen Armel a pesar de ser condenadamente peligroso, nunca participó de nuestra distracción
  • Eso no es distracción, es salvajismo  --  dijo Armel
  • ¿Ah sí? Entonces explícame qué haces aquí, porque tal vez no te guste… exponerte, pero te gusta verlo  --  dijo Garlan
  • No, no me gusta, pero es mi obligación estar atento por si alguno de estos idiotas le rompe la cabeza a otro, ya que tú te limitarás a reír y a fastidiar tanto como puedas en lugar de ocuparte de llevarlo al hospital

Garlan rio y posiblemente iba a seguir mortificando a su amigo, ya que en opinión de todos ese era el deporte favorito de Garlan y en vista de que no podía estar en la arena ese día porque estaba de guardia, entonces practicaba su segundo deporte preferido que era fastidiar al prójimo. Sin embargo, la risa se le borró de los labios al ver avanzar a Giulian hacia ellos.

  • ¡Por los fuegos de Belenus!  --  exclamó mirando en aquella dirección y los otros dos giraron las cabezas
  • ¡McEwan!  --  gritó Giulian
  • ¿Qué demonios haces tú aquí un domingo? ¿Acaso la Niña te corrió de tu dulce y apacible hogar?  --  le preguntó Garlan

Armel cerró lo ojos con resignación preguntándose qué le había hecho él al universo como para que lo castigasen de aquella cruel manera, porque aparte de tener una guardia de domingo compartida con Garlan que ya era un castigo más apropiado para un criminal que para alguien como él, encima tener que mediar para que aquel par no intentase asesinarse, en su opinión ya era como mucho. Sin embargo, aunque tanto él como Jason se habían puesto de pie, e incluso Alaric y Urs que eran los que estaban en la arena en ese momento, habían suspendido la actividad y miraban con aprensión hacia las gradas, ninguno se esperaba lo que escucharon.

  • Tenemos que hablar  --  dijo Giluian casi con amabilidad cuando llegó hasta ellos
  • ¿Hablar?  --  preguntó Garlan tan sorprendido como los demás  --  Cornwall, en mi experiencia tú solo hablas con las manos y en realidad solo gritas con ellas, así que…
  • Deja de decir estupideces y vamos  -- le dijo sujetándolo por un brazo
  • Eh, eh  --  lo detuvo Armel  --  este sujeto está de guardia y no puede ir a ningún lado, así que tendrás que esperar a que termine su turno para romperle la cara o cualquier otra parte de su humanidad, Giulian
  • Hombre, gracias  --  dijo Garlan
  • Así como no puedo evitar que vayas por ahí haciéndole la vida miserable a los demás, tampoco puedo evitar que quieran quitarte tu estúpida cabeza, pero no será en mi guardia  --  dijo Armel
  • No voy a sacarlo de Arx, solo preciso algo de privacidad  --  dijo a su vez Giulian
  • Seguro, eso de tener testigos cuando asesinas a alguien es mal asunto, pero igual serás la última persona con la que se le vio  --  dijo Jason con su habitual acidez
  • De acuerdo  --  dijo Garlan finalmente y poniéndose de pie comenzó a caminar tras él  --  Si no vuelvo en una hora y existiendo la posibilidad de que este infeliz me asesine a traición, llamen a Berserker para que rastree mi cadáver  --  les dijo mientras se alejaban
  • Cierra la boca  --  le ordenó Giulian
  • Veamos, estás consciente que para hablar necesito abrirla ¿no? --  le preguntó  --  Y siendo que dijiste que necesitábamos hablar, aunque ciertamente yo no lo necesito o al menos no contigo…
  • ¡McEwan!
  • Aunque tu voz no es especialmente agradable podrías empezar de una vez, porque dudo que alguien pueda escucharnos a esta distancia  --  le dijo cuando a su juicio ya se habían alejado bastante, y aunque Giulian pareció dudarlo, cambió de opinión
  • Necesito que me digas ¿Qué fue lo que sucedió exactamente ayer en la terminal?
  • ¿De qué hablas?
  • No te hagas el estúpido, bueno, no puedes fingir ser lo que ya eres  --  dijo Giulian  --  Quiero saber ¿Qué le hizo tu amiguita a Gemdariel? Porque Sam decidió que estará castigada durante los próximos dos días por agredir a la mencionada señorita, y si mi hija…  -- pero Giulian se detuvo al verlo

Hasta ese momento la expresión de Garlan solo había sido de ligera curiosidad por la actitud tan impropia de Giulian, pero al escuchar el nombre de su ahijada asociado a la palabra castigo, sintió una ira tan violenta que desfiguró sus por lo general hermosas facciones. La cuestión era que su rabia estaba dirigida hacia la persona equivocada, o al menos lo era para expresarlo en voz alta delante de Giulian.

  • ¡Esta vez la Niña…!
  • ¡Ey!  --  lo detuvo Giulian más que por lo que estaba diciendo, porque había comenzado a moverse
  • ¡Suéltame infeliz!  --  le gritó mientras lo empujaba  --  ¡Si tú no eres capaz de controlar a la insensata que tienes por mujer, entonces lo haré yo!




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