Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 21 ¿Qué hice?

 

Iván no había dado la autorización para que Garlan fuese sedado, pero, lo que sí hicieron Armel y él mismo, fue encargarse de estabilizar la energía y las alteradas emociones del Arzhaelí. No obstante, una vez concluidas las pruebas y habiéndose determinado que no había nada mal y que tampoco había más objetos extraños en su interior, se enfrentaban a la terrible tarea de informar a Garlan por qué estaba allí y lo que en realidad había sucedido, algo que solo Iván se habría atrevido a hacer aun cuando no fuese el jefe del consejo, ya que a nadie más le habría hecho ni la más mínima gracia decirle a aquel individuo que había intentado matar a su niña.

  • ¿Y bien?  --  preguntó Garlan después que Iván había pedido educadamente a los padres y al hermano del Arzhaelí que por favor esperasen fuera un momento  --  ¿Van a decirme finalmente qué diablos me sucedió?

Los únicos que habían decidido estar presentes acompañando a Iván en aquel difícil trámite, eran Alaric, Mael, Armel y Waleska, los dos primeros por ser amigos cercanos de Garlan y estar directamente involucrados en la investigación, y los dos segundos por razones obvias y relativas a su habilidad para estabilizar energías, aunque en el caso de Waleska todos pensaban que habría querido estar lo mismo con habilidad o sin ella.

  • Así es, pero primero necesito que estés calmado, de modo que permíteme…
  • No fastidies Iván, estoy perfectamente en calma  --  lo interrumpió él
  • Bien, entonces lo haremos a mí modo  --  dijo Iván  --  Te quedarás tranquilo mientras hacemos lo que tenemos que hacer y es una orden, McEwan

Garlan abrió la boca con evidentes intenciones de protestar, pero debió recordar que aquel sujeto era su jefe, porque finalmente no dijo nada y tiró de la escasísima paciencia que poseía y esperó. Iván, Waleska y Armel se acercaron a la cama y después de trazar el círculo mágico, procedieron a crear un campo energético y se concentraron en los centros nerviosos de Garlan.

Entre tanto, él se estaba preguntando en qué clase de horroroso lío se habría metido que requiriese de tanta preparación. Estaba seguro que físicamente estaba bien, pues no le dolía nada y le habían permitido ponerse de pie para bañarse y no había requerido de la ayuda de nadie para eso, e incluso le había ido muy mal a su madre cuando ella se empeñó en ayudarlo; a lo que se había negado era a rasurarse debido a que no le hacía mucha gracia verse al espejo, aunque esto no se lo dijo a nadie, de manera que no entendía nada y eso no mejoraba su humor. Sin embargo, los otros tres hicieron un buen trabajo y el mencionado mal humor se fue a paseo.

  • Garlan, lo primero que debes saber es que fuiste víctima de una trampa  --  comenzó Iván con algo que no sorprendió mucho a Garlan, porque para haber terminado en las condiciones en las que se había visto en los pensamientos del Läkare, tenía que obedecer a una lucha por demás brutal o por algo como lo que acababa de mencionar Iván, de manera que no dijo nada e Iván prosiguió  --  La señorita Bettwyn Cadfan…  --  en este punto Garlan giró la vista hacia Mael y Alaric al recordar su última conversación con ellos, pero no dijo nada y prestó atención a Iván  --  … es una agente al servicio de una organización claramente delictiva que decidió utilizarte para sus fines.

Evidentemente a Garlan no le gustaba nada lo que estaba escuchando por varios motivos. Primero, porque tal y como había pensado cuando Mael le planteó su teoría, encontraba de lo más deshonroso que siendo un Arzhaelí perfectamente entrenado hubiese caído en la trampa de una chica solo porque era atractiva. Segundo, la frase ser utilizado golpeaba de forma vergonzosa su desmedido ego, y tercero, lo enfurecía haberse dejado apalear tan estúpidamente y estaba seguro que sus amigos estarían burlándose de él por el resto de su vida.

  • Garlan  -- dijo Iván sacándolo de sus pensamientos  --  debes entender que por ningún motivo debes sentirte culpable por lo sucedido  --  en ese momento Garlan lo miró con el ceño fruncido, pues no era exactamente culpabilidad lo que estaba sintiendo, sino una ira enorme consigo mismo y con aquella estúpida criatura  --  Lo que hiciste lo hiciste sin tener consciencia de ello

En este punto Garlan miró a Iván con cierta aprensión y volvió a preguntarse en dónde habría ido a meterse o a dónde lo habría hecho ir aquella chica, pero sus temores aumentaron mucho cuando percibió algo más que incomodidad en Alaric. Inmediatamente clavó sus ojos en los de su amigo, pero Garlan sabía que las posibilidades de acceder a los pensamientos de Alaric sin su consentimiento eran nulas, de modo que, aunque Armel, Waleska e incluso Mael y Alaric estaban esforzándose para mantenerlo en calma, la personalidad de Garlan no era susceptible a ser modificada, así que si bien cuando habló lo hizo sin elevar la voz y parecía tranquilo, sus palabras eran las mismas que habría utilizado en cualquier otra circunstancia que ya lo tuviese al límite de su escasísima paciencia.

  • Iván, dime de una maldita vez qué fue lo que hice o a dónde diablos fui a parar
  • La señorita Cadfan insertó en tu cuerpo un dispositivo de modificación de conducta  --  continuó Iván
  • ¿Un qué?  --  preguntó él,  pero inmediatamente agregó  --  No es posible que haya colocado nada en mi cuerpo sin que yo lo notase

En ese momento el que se sintió incómodo fue Iván, porque siendo que ya él había tenido oportunidad de interrogar a la chica y había visto con toda claridad cómo y en qué momento había ocurrido, no se le hacía especialmente agradable relatárselo a Garlan. Sin embargo, decidió hacerlo o aquel necio iba a seguir insistiendo y retrasaría todo. Una vez que Iván se lo dijo, Garlan se llevó la mano en forma automática a la parte posterior de su hombro muy cerca del cuello y recordó con claridad meridiana un momento especialmente intenso en el que sintió que la chica lo había mordido y él había reído.

  • ¿Acaso tienes sangre vampírica, preciosa?   




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