Arzhvael (libro 8. Razas)

Cap. 35 Siempre en la terminal

 

Las vacaciones de verano llegaron a su fin y esa mañana en Averdeen el jaleo era fenomenal. Giulian hablaba con Iván cerca de la escalera cuando fueron atropellados por Gamariel que venía huyendo de Derian.

  • ¡Gamariel Lynnet!  --  vociferó el gemelo
  • Papi, Derian quiere matarme  --  dijo ella mientras la trilliza utilizaba a su padre como escudo
  • Derian…
  • ¡Mira lo que me hizo!

Tanto Iván como Giulian le ganaron una batalla a la risa al ver el cabello de Derian que aparte de llegarle casi a las rodillas era de un escandaloso color púrpura.

  • Déjame arreglar…  --  estaba diciendo Iván cuando otra pequeña personita chocó contra su espalda
  • ¡Sasha, devuélveme eso!  --  escucharon a Nathaniel

Sasha no solía hacer tanto ruido como las trillizas o Eve, pero era igualmente desastrosa y ese día a quien había hecho su víctima era al bueno de Nat. Como Iván se había girado con rapidez al sentir que la niña chocaba con él, la había sujetado y ahora la miraba en forma inquisitiva, de modo que la niña estiró la mano que hasta ese momento había tenido en su espalda devolviéndole el Athame de Nat.

Finalmente, y después de devolverle su apariencia original a Derian y de calmar a Nat que por algún motivo estaba muy molesto con Sasha, pudieron bajar a desayunar.

En el comedor el escándalo no era menor, Alex y Vladimir se peleaban con Elijah y con Dreo, Galadriel y Gema tenía una discusión con Eve, mientra que Brendan parecía a punto de golpearlos a todos. En ese momento y para coronar todo el asunto, se materializó la figura de Diandra en un mensaje Arzhaelí.

  • ¡Dreo Samuel! ¿Dónde demonios estás?

Aunque los presentes rieron y en el caso de los niños pensaban que su tía era muy necia al hacer aquella pregunta, los mayores se percataron de que en realidad Dreo y Vladimir se suponía que estuviesen en sus casas, pero era tan natural verlos en Averdeen a todas horas, que no lo habían tenido en cuenta.

  • Cielo, no debes salir sin avisarle a tus padres a dónde vas  --  le dijo Sam
  • Vamos tía, ¿dónde más podría estar?

Sam decidió no continuar, porque sabía que sería perfectamente inútil, ya que aquel muchachito se les había escapado a sus padres prácticamente desde que comenzó a caminar y estaban convencidos de que lo primero que Dreo había aprendido a decir en su vida era Averdeen. A pesar de que Vladimir era un caso parecido, Aderyn se lo tomaba con más calma que Diandra y Gail ni siquiera se preocupaba.

No sin mucho esfuerzo lograron reunir a todos los pequeños criminales y pudieron partir hacia la terminal. Cuando llegaron ya los McKenzie estaban allí al igual que los Gailard, y un poco después llegaron Jason y Anthony con sus respectivos retoños. En conjunto ellos tenían alrededor de treinta niños, pero el grupo se hizo inmanejable cuando comenzaron a acercarse los compañeros de escuela.

  • Definitivamente yo jamás habría podido ser maestro  --  se quejó Giulian
  • ¡Ja! Por empezar no me quiero imaginar qué les habrías enseñado a los pobres niños  --  dijo Daira
  • Pues a los tuyos nada, ya ellos vinieron enseñados gracias a la joya que tienen por padre
  • No voy a negar que este descerebrado --  dijo mientras el descerebrado se partía de risa  --  ya vino defectuoso, pero tú te encargaste del resto
  • Ni que fuera hijo mío
  • Gracias a los Dioses que no fue así, porque…

Mientras ellos seguían en su pleito, Sam miraba con atención a los mayores del grupo. Brendan estaba con Aelig y la niña lucía molesta. Elijah estaba rodeado de una nube de vociferantes jovencitas, y aunque él intentaba atenderlas, Sam sabía que estaba incómodo con tanto ruido. Dreo y Vladimir también estaban rodeados de chicas a las que prestaban exageradísima atención. Los dos pares de gemelos iban de un lado a otro entre chicos y chicas, pero a diferencia de los mayores, ellos estaban alborotando, pero sin detenerse mucho con nadie. Y en el caso de las niñas, todas estaban reunidas conversando con excepción de Eve y Aria que iban por ahí alborotando igual que los gemelos.

  • ¿Qué te preocupa, Nena?  --  escuchó a su lado
  • Nada
  • Nena
  • Es solo que…
  • Están creciendo  --  completó él cuando Sam se quedó a media frase y ella sonrió
  • No recuerdo que nosotros a esa edad… bueno, ya sabes
  • Teníamos más problemas, Nena, pero te recuerdo que eso no fue impedimento para que Danny y Gail hicieran de las suyas, ni para que Di y tú fuesen perseguidas por los chicos.
  • Tampoco era que tú…
  • Vamos Nena, a la edad de Elijah yo no podía ser más insignificante y ciertamente no tenía su éxito  --  dijo disimulando una sonrisa
  • ¿Ah sí? Veamos ¿qué me dices de Eileen…? Bueno no recuerdo su apellido, Rose, Brenda y cierta elfa que tú y yo conocemos
  • ¡Nena!  --  dijo él que primero había enrojecido y luego se había alarmado  --  ¿Quieres que Armel me quite la cabeza?
  • Pues sería muy necio
  • Está de un humor asesino desde que Ethan declaró tan salvajemente su propiedad sobre su Elka, así que como no ha podido matar a Danny, tal vez la pague conmigo




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