Arzhvael (libro 9. Alianzas)

Cap. 8 El primer amor puede doler

 

A pesar de que los chicos se habían negado en un principio a aquella celebración que consideraban inapropiada siendo que sus primos seguían desaparecidos, eran jóvenes y como había dicho Eowaz cuando les había sugerido aquello, necesitaban algo de distracción y había quedado demostrado que tenía razón, pues los chicos estaban divirtiéndose.

  • Ares  --  dijo Giulian acercándose al chico
  • Dígame, señor Cornwall
  • Solo quería agradecerte, porque los gemelos me han dicho lo mucho que los has ayudado en el cuidado de las niñas
  • Buen trabajo, Ares  --  agregó Dan
  • No sé si habrá sido bueno, pero sí muy difícil  --  dijo él

Después de eso y una vez que Ares se había alejado, Giulian los miró a todos y una arruga se dibujó en su frente

  • ¿Qué? --  preguntó Dan
  • Ya no son niños
  • ¿Y qué esperabas? No me dirás que suponías que se quedarían bebes toda la vida ¿no? 

Posiblemente Giulian iba a contestar una pesadez cuando vio a una de las trillizas caminar hacia las escaleras de entrada con expresión de preocupación. Hizo un veloz examen visual del entorno y no vio a las otras dos, así que caminó a toda prisa hasta bloquearle el paso.

  • ¿Qué sucede, princesita?
  • Nada, papá
  • ¿Dónde están tus hermanas?
  • Ya sabes que Gema no quería bajar y bueno… Gali fue a ver si la convencía, pero como imagino que no está teniendo éxito, voy a auxiliarla
  • Déjame…
  • No, no, no ustedes los padres no sirven para esta clase de cosas

Dicho esto, continuó su camino dejando a Giulian con dos sentimientos distintos. Uno, el de sentirse excluido de la vida de sus hijas, algo que no le gustaba nada, y el segundo, que mientras hablaba con Gamariel fue violentamente lanzado al pasado, pues Sam tenía más o menos la edad que tenían sus hijas en la actualidad cuando se habían visto de nuevo.

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Entre tanto, Gemdariel que estaba sintiendo con perfecta claridad el ánimo de su hermana y los motivos para el mismo, estaba muy preocupada cuando se abrió la puerta dando paso a Gamariel.

  • ¿Qué sucede?  --  preguntó

Ella había estado hablando con Sasha cuando repentinamente sintió la enorme tristeza de su hermana, de manera que se había disculpado con Sasha y ahora al verla y estar más cerca de Galadriel, no necesitó aclaración.

  • Sabes que es una locura ¿no?
  • Ya lo sé Gami, estoy haciendo lo posible por… remediarlo  --  le contestó ella consternada
  • Pues date prisa, mamá no tardará en darse cuenta y entonces las tres tendremos muchos líos  -- aseguró Gamariel
  • No  seas tan dura, Gamariel  --  dijo Gema pero Gamariel no le prestó atención, sino que seguía mirando a Galadriel
  • ¿Y ustedes por qué iban a tener problemas?   --  preguntó Galadriel
  • ¡Oh Vamos, Galadriel!  --  dijo con fastidio  --  Si andas por ahí como alma en pena nos fastidias a nosotras, y si te ganas un castigo con mamá, igual nos fastidiarás, así que ponle remedio a esto pronto

Sin duda Galadriel era la más interesada en remediar aquella situación, solo que no sabía cómo y esa tarde más temprano le había quedado muy claro que no estaba ni cerca de poder resolver nada, pues poco antes de bajar había recordado que Brendan se había quedado con su Gwialen que se le había caído mientras volaba, así que se devolvió para pedírsela. Como de costumbre entró sin llamar, pero por primera vez en su vida deseó haberlo hecho. A juzgar por las apariencias, Brendan acababa de salir del baño y solo se cubría la cintura con una toalla mientras que con otra se secaba el cabello. Ella se había quedado paralizada en la puerta mientras que Brendan la miraba con disgusto.

  • ¡Por los tesoros el Gran Druida!  --  gritó  --  ¿Será que algún día aprenderán a golpear? Al menos deberían tener en cuenta que no estamos solos ¿Y si hubiese sido Michel?  -- terminó muy molesto.

Pero se arrepintió inmediatamente de su reacción al ver los ojos llorosos de su hermana, en ese momento supo dos cosas, que aquella no era Gamariel como había creído o ya estaría lanzándole improperios por haberla gritado, y la segunda que era un estúpido infeliz por hacerla llorar, de modo que se acercó a ella y la atrajo hacia su pecho.

  • Lo siento Gali, no quise gritarte, discúlpame.

Galadriel ni siquiera lo dejó terminar de hablar, abruptamente se separó de él y salió corriendo. Brendan muy consternado cerró la puerta y fue a vestirse mientras se reprochaba el haber sido tan brusco con su hermana y precisamente con la más dulce de las tres. Así como se preguntó también por qué se sentía tan incómodo si al fin y al cabo ellas se habían comportado siempre igual. Pero al mismo tiempo pensó que ya las niñas no estaban tan pequeñas y no podían estar entrando de aquella forma a las habitaciones de los chicos por mucho que fueran sus hermanos. Tendría que hablar con ellas, pero luego pensó que mejor hablaba con su madre y que ella a su vez hablara con sus hermanas. Sí, mejor que fuera su madre quien hablara con las niñas.




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