Kenny McKenzie se encontraba en un local al que iba de vez en cuando, era un lugar alegre con música y pista de baile, todo estaba muy limpio y la decoración era sobria. Ese día se encontraba sentado en la barra cuando sintió que alguien lo miraba y enseguida se puso en guardia. Su larga experiencia como arzhaelí y sus bien entrenados sentidos se agudizaron. Unos minutos después un desconocido se sentó a su lado.
El hombre colocó la mano sobre el mostrador y cerró el puño, con lo que un anillo quedó a la vista. Kenny se sorprendió y volvió a mirarlo al rostro.
Kenny miró en todas direcciones y luego se puso de pie caminando seguido del otro hacia una mesa en un rincón menos iluminado.
Dicho esto, Frieg Lery se levantó y se marchó. Kenny pensó que aquello no tenía sentido, pero al mismo tiempo recordó que en una fecha como aquella su hija había sido secuestrada y casi muerta por aquel grupo de desquiciados. De modo que se levantó rápidamente, pagó su consumición y salió rumbo a Arx para hablar con Armel, pues tenían que ponerse en movimiento lo más rápido posible.
Aunque nadie lo sabía, poco después del secuestro de los chicos, Frieg Lery se había puesto en contacto con Kenny de un modo similar y el chico recordó aquel extraño encuentro.
Kenny había entrado a un lugar que de haber podido evitar lo habría hecho. Era una cosa a medio camino entre un pub y un bar de mala muerte. Apenas entró lo asqueó el olor a licor barato y a tabaco. Se abrió paso por entre las mesas esparcidas mientras escuchaba a un individuo que dirigía el popular Quiz desde un rincón. En una barra a su izquierda unos tipos se peleaban a gritos por una chica. Maldijo mentalmente el haber aceptado ir allí, pero la curiosidad había podido más que el buen juicio. Por fin localizó a quien estaba buscando, en una mesa apartada en un rincón oscuro y se dirigió con decisión hacia él.
La expresión de Kenny se tornó fría, pues escuchar el nombre de Samantha en boca de aquel individuo lo hacía sentirse enfermo. Sin embargo, se preguntó por qué demonios estaba allí escuchando a aquel infeliz que lo único que había querido toda su vida era arruinar la de Samantha, pero se controló lo mejor que pudo, ya que quería llegar al fondo de todo aquello, porque si era una trampa y estaba bastante seguro de que lo era, aquel cretino iba a llevarse una sorpresa.
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Editado: 21.08.2023