Arzhvael (libro 9. Alianzas)

Cap. 12 Advertencia

 

Kenny McKenzie se encontraba en un local al que iba de vez en cuando, era un lugar alegre con música y pista de baile, todo estaba muy limpio y la decoración era sobria. Ese día se encontraba sentado en la barra cuando sintió que alguien lo miraba y enseguida se puso en guardia. Su larga experiencia como arzhaelí y sus bien entrenados sentidos se agudizaron. Unos minutos después un desconocido se sentó a su lado.

  • ¿Podemos hablar en un lugar menos a la vista?  --  preguntó el hombre
  • ¿Disculpe?  --  dijo mirando al individuo  --  ¿Nos conocemos?

El hombre colocó la mano sobre el mostrador y cerró el puño, con lo que un anillo quedó a la vista. Kenny se sorprendió y volvió a mirarlo al rostro.

  • Pero qué demonios… Ler…
  • Si dices mi nombre te corto el cuello, McKenzie -- advirtió el hombre

Kenny miró en todas direcciones y luego se puso de pie caminando seguido del otro hacia una mesa en un rincón menos iluminado.

  • ¿Ahora me puedes decir qué demonios significa esto?  --  preguntó
  • No tengo mucho tiempo, así que escúchame con atención, McKenzie, y deja de mirarme con esa expresión estúpida. ¿Acaso ninguno de ustedes es hábil en metamorfosis?
  • Solo me sorprende que te tomes tantas molestias para hablar conmigo. No necesitabas seguirme, con mandarme una nota habría sido suficiente.
  • No seas estúpido McKenzie, las notas pueden ser interceptadas.
  • Bien, ¿qué es eso tan importante que tienes que decirme?  --  preguntó
  • Necesitan proteger Develieng, están planeando atacar allí  --  y Kenny se tensó
  • ¿Develieng? Pero… ¿por qué?  Son niños. Esto es una locura. ¿Quién…?
  • Demasiadas preguntas, McKenzie. Será mañana, es Valborsaften y cualquier niña estará en peligro, de modo que ya estás advertido. Y no olvides tu promesa, protegerás a mi hijo.

Dicho esto, Frieg Lery se levantó y se marchó. Kenny pensó que aquello no tenía sentido, pero al mismo tiempo recordó que en una fecha como aquella su hija había sido secuestrada y casi muerta por aquel grupo de desquiciados. De modo que se levantó rápidamente, pagó su consumición y salió rumbo a Arx para hablar con Armel, pues tenían que ponerse en movimiento lo más rápido posible.

Aunque nadie lo sabía, poco después del secuestro de los chicos, Frieg Lery se había puesto en contacto con Kenny de un modo similar y el chico recordó aquel extraño encuentro.

Kenny había entrado a un lugar que de haber podido evitar lo habría hecho. Era una cosa a medio camino entre un pub y un bar de mala muerte. Apenas entró lo asqueó el olor a licor barato y a tabaco. Se abrió paso por entre las mesas esparcidas mientras escuchaba a un individuo que dirigía el popular Quiz desde un rincón. En una barra a su izquierda unos tipos se peleaban a gritos por una chica. Maldijo mentalmente el haber aceptado ir allí, pero la curiosidad había podido más que el buen juicio. Por fin localizó a quien estaba buscando, en una mesa apartada en un rincón oscuro y se dirigió con decisión hacia él.

  • No habría imaginado jamás que frecuentases esta clase de lugares  --  dijo a modo de saludo
  • Así como tú, piensan todos los demás, así que a nadie se le ocurriría buscarme aquí  --  dijo su interlocutor
  • Bien ya estoy aquí ¿Qué es lo que quieres?  --  preguntó sentándose en una destartalada silla que crujió ante su peso
  • Hay cierta información que puedo darte, pero a cambio de tres cosas
  • Empezamos mal Lery ¿Qué te hace pensar que quiero hacer ninguna clase de trato contigo?  --  preguntó   --  Además, te tenemos suficientemente vigilado, de modo que no veo…
  • Escucha McKenzie  --  lo interrumpió él  --  te aseguró que querrás hacer este trato, porque puedo darte lo que más deseas
  • ¿Ah sí? ¿Y cómo sabes qué es lo que más quiero?
  • Porque ambos queremos lo mismo, con la diferencia de que tú puedes hacer lo que yo no
  • ¿De qué demonios estás hablando Lery?  --  preguntó exasperado
  • Puedo ayudarte a proteger a Samantha

La expresión de Kenny se tornó fría, pues escuchar el nombre de Samantha en boca de aquel individuo lo hacía sentirse enfermo. Sin embargo, se preguntó por qué demonios estaba allí escuchando a aquel infeliz que lo único que había querido toda su vida era arruinar la de Samantha, pero se controló lo mejor que pudo, ya que quería llegar al fondo de todo aquello, porque si era una trampa y estaba bastante seguro de que lo era, aquel cretino iba a llevarse una sorpresa.

  • Suponiendo que fuera cierto ¿Por qué ibas a hacer eso?
  • Mis razones no son de tu incumbencia, McKenzie, todo lo que te importa es que puedo hacerlo.
  • Aun en el terreno de las suposiciones  --  dijo con cautela  --  ¿Cuáles serían las condiciones?
  • La primera, nadie debe enterarse nunca de que yo te estoy dando información, especialmente nadie de las familias que conocemos




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