Arzhvael (libro 9. Alianzas)

Cap. 14 Desapariciones

 

En cuanto los chicos estuvieron listos, se formaron para salir en orden rumbo al lugar donde habitualmente se llevaba a cabo la celebración. Elijah que ya estaba en su último año, era el encargado junto con algunos otros compañeros, de ayudar a los Anvasrigs en la vigilancia de los bulliciosos y expectantes alumnos de primer curso.

Ese año, y aunque los miembros de la familia siempre habían llamado la atención, en aquella oportunidad lo que muchos estaban pensando era en lo bien librados que habían salido de las muchas escaramuzas que habían sostenido con ellos, porque después de la demostración de esa tarde, tenían muy pocas dudas de que habrían podido causarles mucho más daño del que en realidad habían sufrido.

En cuanto todos estuvieron ubicados, se presentó Eirian en compañía del profesorado y los invitados. Después del habitual discurso explicativo especialmente para los alumnos de primer curso, dio inicio el banquete.

Mientras todos hablaban animadamente, Sam se dedicó a estudiar a sus hijos, sobrinos y amigos. Por primera vez desde que podía recordar, estaba rompiendo una regla que ella había respetado rigurosamente, estaba invadiendo la privacidad de sus mentes. Brendan seguía muy triste y sus sentimientos eran confusos. Vio con sorpresa que Derian sostenía una lucha interna con relación a Eurielle, le gustaba su prima, pero no estaba dispuesto a renunciar a su libertad, sonrió ante esto y miró a Giulian que en ese momento tenía embobada a la profesora Hudolia. Darien estaba furioso, pero no veía por qué, a los pocos minutos se presentó la imagen y ahogó un grito haciendo que Giulian y Mael se volviesen enseguida, dejando el primero una frase a la mitad.

  • ¿Princesa, qué sucede?  --  preguntó preocupado
  • Nada mi amor  --  y dijo lo primero que se le ocurrió  --  es que estuve a punto de tirar el vaso.

Él la miró no muy convencido, le tomó una mano y le dio un beso que arrancó suspiros de las chicas que se sentaban más cerca, mientras que Mael la miró y elevó una ceja. Giulian volvió a su charla y ella continuó su observación. Sintiéndose peor que al hacerlo con sus hijos, echó una mirada a los pensamientos de Atenea, la chica estaba terriblemente avergonzada y se preguntaba… ¡cielos! ¿Realmente tenía esos sentimientos por su hijo? Dejó a Atenea y se concentró en Gamariel, como la chica estaba desprevenida fue fácil ver lo que estaba pensando, estaba preocupada por Lery. Bueno, pensó Sam, ese pequeño individuo estaba preocupando mucho a sus hijos, pero cuando lo intentó con Galadriel, se encontró con un sólido muro imposible de penetrar, evidentemente la chica no descuidaba sus defensas en ningún momento, de modo que pasó a Patrick, con quien fue igual de sencillo que con los demás, pero sintió una profunda desazón. Patrick estaba planteándose hablar con Gali acerca de sus sentimientos y aquello estaba destinado al fracaso, así que Sam sintió pena por el chico. Pasó a Dreo y no pudo evitar reír, pues su sobrino estaba repasando mentalmente la lista de chicas disponibles aquella noche. En tanto que Ian, Ethan y Erik planeaban una excursión nocturna. Eurielle y Lyseryd estaban pensando más o menos lo mismo, y ambos pensamientos se relacionaban con el incidente ocurrido entre Atenea y Darien. Arianell estaba furiosa con Elijah, pero, aunque Samantha buscó el motivo no dio con él, así que miró a su hijo, pero él hablaba con una linda elfa en aquel momento, y aunque sabía que era inútil intentar ver en sus pensamientos, Elijah sintió la mirada de su madre y girando la cabeza le sonrió, le guiñó un ojo y volvió a su conversación. La otra señorita McKenzie no estaba de mejor humor que su hermana, pero en el caso de Lizzy, pudo ver con toda claridad que el motivo de su molestia era la desvergüenza del señor Berserker. Aunque Samantha en realidad no había vuelto a pensar en el incidente de la tarde, de haberlo hecho habría esperado ver arrepentimiento o al menos algo de remordimiento, pero no, Lizzy no estaba prestando atención a quien se sentaba a su lado y solo estaba recitando una larga lista de insultos en contra de Mael, y por segunda vez en aquel breve lapso de tiempo, Sam ahogó una exclamación.

  • Princesa  --  volvió a decir Giulian esta vez con algo más de preocupación
  • Lo siento, supongo que estoy nerviosa

Giulian pasó un brazo por encima de sus hombros, pero Mael la conocía demasiado bien, así que no se aguantó.

  • ¿Qué está sucediendo, Nena?
  • Si te lo digo te reirás de mí
  • Prueba
  • Es que… bueno… los niños están creciendo

Ciertamente una suave sonrisa se dibujó en los labios de Mael y la misma causó diversos efectos de los que él no fue consciente.

  • Entiendo 

Sin embargo, ella dudaba mucho que en realidad entendiese, y sería la primera vez en su vida que Mael no la entendería.

La señorita con la que había estado hablando Mael, había interpretado aquella sonrisa como aceptación a la descaradísima propuesta que le había hecho, mientras que Aderyn que también la había visto, había arrugado el entrecejo preguntándose si el cachorro en realidad estaba tomando en serio a aquella niña. Elijah que era el tercer par de ojos que la había captado, lo que se preguntaba era qué le habría dicho su madre para provocar aquella sonrisa, ya que él estaba positivamente seguro que Mael no le estaba prestando ninguna atención a la chica con la que fingía conversar y que, por cierto, era compañera de curso de Elijah, y a quien sí le dedicaba toda su atención era a su madre. Y el otro par de enfurecidos ojos que vieron la dichosa sonrisa, su dueña solo quería arrancarle la cabeza al inocente Mael.




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