Los heridos en el desafortunado incidente con los elfos terminaron de recuperarse y con excepción de Aria, a los demás solo les quedó una acentuada palidez que demoraría algunos días en desaparecer.
No obstante, a quien no le fue tan bien fue a Elijah, ya que después de lo sucedido en el aula de Metamorfosis fue enviado a la dirección.
Eirian se sorprendió tanto por la actitud hostil del chico como por el asunto del castigo. No obstante, decidió aprovechar la oportunidad para tratar otra cuestión.
Eirian llegó a un par de conclusiones rápidas. La primera, que independientemente de cuál fuese el tema, aquel era un mal momento para conversar con el chico; y segundo, que no le estaba mintiendo, y de hecho ella sabía que no podía. La pregunta que quedaba pendiente era qué había pasado entonces en realidad, porque ya ella había estado en el Rum Tyd con Endering, y aunque ciertamente no habían visto a Elijah pronunciar ningún conjuro, eso no era estrictamente necesario para que se hubiese valido de alguno, de modo que no estaba ahora más cerca de saber qué había sucedido de lo que estaba cuando lo había visto.
Elijah arrugó levemente el entrecejo, pero fue algo casi imperceptible y luego le hizo un relato pormenorizado de lo que acababa de suceder sin omitir detalle y en tono neutro. Acababa de finalizar cuando Endering llegó, y a pesar de que Eirian ya había escuchado a Elijah, escuchó igualmente a Endering comprobando que Elijah no solo había dicho la verdad, sino que con mucho más detalle.
Finalmente aquello le generaría a Elijah el castigo más largo de su vida, mismo que se extendería hasta las vacaciones de verano, pero aparte de eso, su humor desmejoró muchísimo y algunos de los miembros del clan incluso se plantearon la posibilidad de que el infame brebaje que le había dado Ireth hubiese dejado aquella secuela, mientras que individuos como los gemelos Cornwall o Dreo, sostenían que cualquiera que estuviese castigado por tanto tiempo, por fuerza debía volverse tan directamente desagradable como se había vuelto Elijah. Durante ese tiempo lo verían más bien poco, porque cuando no estaba en clases estaba en el aula de castigo, y en opinión de todos, ya debía haberse tragado todos los filtros de información existentes.
Otra consecuencia del incidente, aunque esta era más bien un beneficio, fue que también dejaron de ver a los elfos involucrados, porque al igual que Elijah ellos estaban castigados, solo abandonaban su edificio para ir a clases y hasta las comidas debían hacerlas en su ala.
Arianell había intentado hablar con Elijah en varias ocasiones y en todas él se había negado a escucharla, de manera que una noche se había plantado en la puerta del edificio a esperar que él regresase del aula de castigo para intentarlo una vez más.
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Editado: 21.08.2023