Arzhvael (libro 9. Alianzas)

Cap. 29 Zoran

 

La conversación entre padre e hijo fue larga y difícil, pues, aunque Zoran ya era un adolescente al que le faltaba poco para alcanzar la mayoría de edad, no resulto sencillo para alguien como Greg explicarle los detalles de su vida y el papel de los Jovanôvic en la misma. Mael contribuyó poco, pero de manera decisiva para ayudar a Zoran a comprender a su padre.

La historia de Zoran, aunque no había estado sembrada de tantos acontecimientos como la de Greg, tampoco era en cuento de hadas, porque aparte del hecho de haber crecido sin un padre, había tenido que pasar la vida huyendo. En este punto Greg consideró de vital importancia entrevistarse con Adrik, y Mael estuvo de acuerdo, pues sin duda ella sabía quién los perseguía, de modo que después de una emotiva despedida, se dispusieron a ir en busca de Adrik Jovanôvic.

  • ¿Volveré a verte? -- le preguntó Zoran a Greg

Aquella pregunta evidenciaba la inseguridad del chico con respecto a un padre que apenas estaba conociendo.

  • Claro  --  le contestó él y después con cierta inseguridad también, Greg se acercó y lo abrazó  --  Volveré  --  le  dijo y el chico sonrió mirando por último a Mael
  • Gracias, señor Berserker
  • No tienes por qué darlas
  • Ahora sé por qué las trillizas, y en realidad todos sus sobrinos, lo quieren tanto  --  le dijo y luego agregó  --  Elijah tiene mucha suerte al tener una familia como la que tiene

Mael sonrió y con menos reticencia que Greg a quien parecía no dársele bien las expresiones de afecto, se acercó al chico y le dio un abrazo.

  • Estoy seguro que serás bienvenido en esta familia, Zoran  --  le dijo

Después de eso lo dejaron en la entrada del edificio y se marcharon. Lo primero que hicieron fue irse a hablar con Armel para explicarle la situación y él les concedió el permiso para trasladarse a Almatý, capital de Kazajstán.

  • No tienes que venir -- le dijo Greg a Mael antes de partir
  • Ya sé que no tengo que hacerlo, Zimmerman, pero quiero hacerlo, así que deja de perder el tiempo y vamos de una vez

Greg dejó de protestar y partieron. La ciudad era enorme y sin duda el mejor lugar para ocultarse, pues aparte de la superpoblación, era una ciudad netamente Firbolg. Ambos cambiaron sus uniformes por ropa civil, volvieron sus capas para hacerlas invisibles a los firbolgs, ya que en ninguna circunstancia prescindían de ellas y se adentraron en el maremagnum de gente.

Zoran les había dicho que, aunque muchas veces, y como cabía esperar, a su tía le habían ofrecido trabajo como modelo, pues su belleza destacaba muy por encima de la de las mujeres firbolgs, ella prefería los empleos donde no llamase mucho la atención. En esta oportunidad y según la información aportada por Zoran, trabajaba en una fábrica de textiles. Ellos miraron la hora y como aun faltaban más de dos para que finalizase el turno de Adrik, decidieron ir a comer algo.

En el caso de ellos no había manera de que pasasen inadvertidos, pues si la estatura de Greg ya era superior a la de los firbolgs, ni hablar de la de Mael, y si a eso le sumaban la belleza de rasgos de su raza, el asunto se volvía complicado. No obstante, ignoraron las miradas y se dieron la mayor de las prisas por satisfacer su necesidad de alimento marchándose a continuación.

Llegaron a la fábrica y buscaron las puertas por donde salía el personal, se apostaron allí y en breve comenzaron a salir. Era posible que Adrik pensara que vestida con el gris uniforme que les exigían, con el cabello recogido en una apretada cola y sin una gota de maquillaje, podía pasar desapercibida, pero en realidad no era así, pues seguía siendo alta y esbelta, aparte de que las mujeres de su raza si bien en algunos casos empleaban el maquillaje, en realidad no lo necesitaban y en aquel mundo mucho menos, de modo que Mael y Greg a pesar de no conocerla el primero, la identificaron apenas atravesó las puertas. Esperaron a que se alejara rumbo al subterráneo y una vez que estuvieron allí y antes de que ella se acercara a la barrera que conducía hacia el anden, suprimieron las distancias. Normalmente cualquier arzhvael podía percibir a otro, pero ellos eran arzhaelíes y estaban bien entrenados en ocultarse, así que Adrik no registró la presencia hasta que fue demasiado tarde y emitió una exclamación asustada. Un grupo de jóvenes se volvió con intención de ayudar, pero una mirada de Mael bastó para persuadirlos de que era una malísima idea intervenir.

  • Adrik  --  dijo Greg
  • ¡Por todos los dioses! -- exclamó ella cuando lo reconoció
  • Asumo que comprendes que tenemos mucho de qué hablar

Si lo comprendía o no, fue irrelevante, pues Mael se encargó de crear el aislamiento necesario para que los transeúntes no notasen que tres personas desaparecían ante sus ojos, y a continuación Adrik fue arrastrada en la desmaterialización.

  • ¿Qué estás haciendo aquí y cómo me encontraste?  --  fue lo primero que Adrik preguntó

Greg Zimmerman carecía por completo de delicadeza, algo que quedaría demostrado a continuación, y siendo tan ahorrativo en palabras tampoco hizo mucho uso de las mismas.

  • Mi hijo me dijo dónde encontrarte y quiero saber quién es el cretino que mató a su madre y que ahora los persigue a ustedes.




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