Después de la última visita de Ruslam a la celda y de la explícita amenaza de Ioan, Nathaniel entró en estado de desesperación y Erskin se puso histérica, mientras que Iker siguió conservando su frialdad característica. Nat no podía moverse mucho mientras que Erskin había estado paseándose de un lado a otro, pero fue Iker quien pareció cansarse.
Durante los próximos meses, tanto Erskin como Nat siguieron en un lamentable estado mientras que Iker continuó con su rutina de ejercicios y sus insufribles y gélidos discursos que terminaron por destrozar los ya muy maltrechos nervios de Erskin.
Nathaniel pensó que, si Erskin hubiese tenido un Athame, en ese momento estaría atacando a Iker de todas las formas posibles, pero como no era así, simplemente lo miró como si fuese un bicho raro y en cuanto vio que Iker se sacó la camisa y caminó hacia los barrotes de la celda contigua para comenzar su rutina de ejercicios, ella le dio la espalda y fue a sentarse en el rincón más alejado.
La segunda etapa de desarrollo de un arzhvael finaliza a los catorce años, y para ese momento ya suelen tener el aspecto que conservaran toda la vida, aunque durante el año siguiente y antes de alcanzar la mayoría de edad pueden crecer todavía un poco más, pero en el caso de Iker era improbable que lo hiciese, pues en opinión de Nathaniel, si su primo creciese más casi lo dejaría atrás a él, y siendo que Iker no tenía sangre vampírica eso sería insólito. Si la situación en la que se encontraban no hubiese sido tan problemática, Nat casi habría podido reír al ver la expresión Erskin mientras observaba a Iker ejercitarse, pues estaba bastante seguro que a pesar de las furiosas peleas que tenían a diario, a la elfa le gustaba el chico, aunque también se preguntaba cómo era eso posible teniendo en cuenta que Iker no podía ser más desagradable, y sumado a ello, estaba el hecho de que a ese individuo las únicas chicas que parecían gustarle lo suficiente como para comportarse adecuadamente, eran las trillizas, mientras que las demás hacían parte de un universo que su primo parecía encontrar muy irritante, y por lo menos hasta el momento en el que fueron secuestrados, Iker había rechazado por sistema a todas las tontas criaturas – como solía llamarlas – que intentaban acercarse a él independientemente cuáles fuesen las intenciones de las mismas.
Una noche mucho después que les habían llevado la cena y luego de la habitual cantidad de protestas de Erskin mientras comían, entró Izek, y después de mirarlos en forma desagradable como siempre, caminó hacia donde estaba Erskin, pero Iker se interpuso, lo que hizo reír a Izek.
Izek entrecerró los ojos y lo miró como si estuviese leyendo algún libro muy interesante mientras se formaba una odiosa sonrisa en sus labios.
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Editado: 21.08.2023