Cap. 45 Castigo II
El profesor Alcemi fue por el grupo a las ocho de la noche y Fysisk fue por el grupo de elfos encontrándose en el vestíbulo, y cuando llegaron al pie de la escalera exterior, Visant se sorprendió mucho al ver la cantidad de chicos.
- ¿Qué significa esto? -- preguntó haciendo un conteo rápido -- Son más de… ¡Treinta!
- Pues sí -- le contestó Alcemi
- ¿Pero tantos? Esto no funcionará así -- dijo el hombre consternado
Alcemi sintió deseos de reír al ver la expresión de Visant y se imaginaba perfectamente lo que debía estar pensando en aquel momento, pues lidiar con cualquiera de aquellos chicos ya resultaba un trabajo que nadie querría, pero con todos, era superior a las fuerzas de cualquiera.
- Si quieres puedo esperar aquí con ellos mientras tú hablas con Eirian -- se ofreció Alcemi
Fysisk miraba a los chicos con rencor y Visant con horror, mientras que ellos se miraron entre sí y sonrieron malignamente, pues pensaban que aquel individuo era tan simple que aquello podía resultar una fiesta. Visant miró a los profesores, luego a los chicos, y finalmente decidió que mejor cumplía con lo que le habían encargado y solo esperaba aquellos demonios no le dieran muchos dolores de cabeza. Entrar a aquel lado del bosque ya era peligroso, pero en compañía de aquellos chicos, los peligros podían fácilmente triplicarse.
Emprendieron el camino por los jardines desiertos a aquella hora de la noche, pero cuando estaban entrando comenzaron a preguntarse qué sería lo que tendrían que hacer.
- ¿Qué haremos exactamente, profesor? -- quiso saber Elijah
- Vamos a recoger unas plantas, Hypéricus, Ruscus y Hamamelis -- le contestó con su voz monótona de siempre y la mayoría tenía aspecto de no haber entendido nada
- Grandioso, pasaremos la noche en medio de esta oscuridad buscando unas plantas que no conocemos -- dijo Dreo malhumorado
- Claro que las conocemos -- replicó Meilyr
- ¿Acaso no prestan atención a las clases? -- preguntó Eurielle
- ¡No! -- fue la respuesta casi unánime
- ¿Y por qué demonios no podíamos hacer esto en el día? -- preguntó Ian
- Al menos así veríamos lo que hacemos -- agregó Erik
- Estoy de acuerdo -- dijo Ares
- En estas condiciones lo más probable es que terminemos por confundir Salvia con el pericus ese -- opinó Kevin
- Hypéricus -- dijo Lyseryd exasperada
- Y no lo hacemos de día, porque son plantas que hay que cortar a la luz de la luna -- informó Meilyr
- ¿Por qué? -- preguntó Zoran
- Porque si no se hace así, pierden sus propiedades -- recitaron las gemelas Haider
- Muy bien, señoritas -- dijo Visant que había escuchado la última parte de la conversación -- si no estuviesen cumpliendo un castigo, les daría puntos extra por ese conocimiento
- Lo cual sería injusto, porque ellas son medio elfas y por fuerza saben esas cosas -- protestó Dreo del peor humor
Las chicas habían sonreído complacidas y los gemelos les habían dado un fugaz beso, mientras que los elefos componían pésima expresión por la utilización de un término que para ellos era insultante.
- En todo caso, no me hace gracia romperme el cuello por no ver por donde voy -- insistió Erik y escucharon la risa de los gemelos Cornwall
Evidentemente ellos no tenían ese problema, así que Darien llevaba sujetas las manos de Atenea y Evrei; Derian a Eurielle y a Gamariel; Brendan a Galadriel y a Sasha; y Elijah a Gema y a Lizzy. Sin embargo, quedaban muchas niñas sin guía, porque si bien Eve, Vladi y Lyserid, teniendo sangre vampírica, tenían cierto grado de visión superior a los demás, no era tanta como si efectivamente hubiesen sido vampiros, así que la mayoría de las chicas y el resto de los varones, estaban tropezando mucho, pero de pronto vieron aparecer una pálida luz y Visant se giró.
- No hagan eso -- les dijo -- pueden llevar sus Gwialens en las manos, pero no deben hacer luz
- ¿Le parece mejor que alguien se rompa un hueso? -- preguntó Patrick
- Solo deben tener cuidado, pero la luz intensa daña a algunas plantas
- Si se fija bien, no es precisamente intensa, profesor -- escucharon la voz de Iriael que era el que lo estaba haciendo
En ese momento los chicos se fijaron mejor y ciertamente era una luz tenue, aunque suficiente para iluminar el camino. Visant por su parte lucía apenado en opinión de Brendan que fue el que lo vio.
- Lo siento, señor Faelvir, lo había olvidado -- se disculpó
- ¿El qué exactamente? -- preguntó Alexander
- Esta es una Ylarwain o luz elfica, y no daña a ninguna criatura de la naturaleza -- contestó Iriael
- Genial, terminemos con esto entonces -- dijo Kevin a quien lo que menos le gustaba en la vida era pasearse por el bosque a ninguna hora