Arzhvael (libro 9. Alianzas)

Cap. 47 Branic

 

Después que Ruslam había mostrado a Nathaniel todo cuanto le interesaba y que el chico había accedido a colaborar, lo vio caer sentado sujetándose la cabeza entre las manos y le dio unos minutos para tranquilizarse. Tiempo que utilizó él mismo para cuestionarse la conveniencia de lo que iba a hacer, pero concluyó nuevamente que no había más opción, necesitaban a Ioan de vuelta o en breve tendrían una revuelta entre ellos y esto lo retrasaría todo. Una vez más maldijo el hecho de que Eveska hubiese muerto tan inconvenientemente, pues de no haber sido así, él se habría asegurado de que hubiese un descendiente de la sangre Natchzhrer listo para ocupar el lugar de Ioan, pero no siendo así, la otra opción era la hija de Iván y aun estaba muy joven como para procrear un heredero sano, de manera que no, la única opción era que Ioan se recuperase.

  • ¿Y bien, Vadik? Estoy esperando  --  dijo Nat  --  ¿Qué es lo que tengo que hacer?
  • Es sencillo y nada que te afecte en realidad  --  mintió con descaro
  • ¿Y es?  --  insistió Nat
  • Solo hace falta un poco de tu sangre
  • Si esta es tu forma de convencerme para que me convierta…
  • No, no he dicho eso

Sin embargo, Nathaniel no estaba muy convencido de eso, pues si bien era cierto que Ruslam había jurado que no lo obligaría, nada le impedía intentar convencerlo por otros medios que no incluyesen la coacción.

  • Lo único que necesitas hacer es dejarlo beber un poco de tu sangre
  • ¿Te estás burlando de mí?  --  le preguntó
  • No, no lo estoy haciendo
  • Escucha necio, si esta tu idea de una broma, ni es gracioso ni nos conduce a ninguna parte  --  dijo en tono de supremo disgusto  --  Sabemos lo que le hace la sangre de un vampiro a otro

Ruslam lo pensó aun un momento más, porque darle aquella información al pequeño príncipe lo colocaba en una posición desventajosa, pero finalmente se decidió.

  • Eso no es totalmente cierto
  • Vas por mal camino Vadik, porque te recuerdo que lo vi con mis propios ojos
  • Y lo que viste es verdad, pero como acabo de decir, no es toda la verdad
  • Suponiendo que fuese así ¿Qué es lo que aun no sé?
  • Ruslam…  --  escucharon ambos la voz de Ioan
  • Hagamos un trato, tú lo haces y yo te digo lo que te hace falta saber
  • Al revés, Vadik, tú me dices y luego decido si lo hago
  • Te aseguro que no vas a matarlo  --  dijo con urgencia  --  y en caso de que así fuese ¿No es eso lo que has querido siempre?
  • No soy estúpido, Vadik, sé que estoy vivo porque él lo está, así que si muere, nada te impediría matarme
  • Me lo impide el juramento que te hice, kis
  • Posiblemente, pero puedes ordenárselo a otro

Ruslam pensó que, si en algún momento había creído que aquel chico era fácil de manejar, había estado muy equivocado. Sintió que Ioan se movía y recordó que tenía poco tiempo, pues sus períodos de vigilia solían ser muy breves y apenas suficiente para alimentarse y no mucho más.

  • De acuerdo, presta atención  --  le dijo y Nat asintió  --  es verdad que si un vampiro bebe la sangre de otro en una cantidad mayor a la que podría ingerir al hacer una herida mortal o con intención de alimentarse de éste, morirá sin remedio, pero eso no aplica a los descendientes directos de los nueve vampiros originarios
  • ¿Disculpa?
  • Ven  --  le dijo Ruslam

Se acercaron a la cama, Ruslam se descubrió el brazo haciéndose un pequeño corte y lo acercó a la boca de Ioan que en cuanto olió la sangre clavó los dientes y comenzó a beber. Nat contuvo involuntariamente la respiración esperando ver la misma destrucción que había visto la vez anterior, pero pasados unos segundos se convenció de que no sucedería. Ruslam retiró el brazo y escucharon a Ioan protestar débilmente

  • ¿Ahora me crees?  --  le preguntó a Nat que aun veía la escena con los ojos muy abiertos y solo atinó a asentir  --  ¿Entonces lo harás?

Nat se acercó un poco más, se arremangó la camisa y extendió su brazo, pero Ioan parecía haberse dormido, así que Ruslam se acercó.

  • ¡Ioan!  --  lo sacudió un poco y él se quejó de nuevo  --  Dame tu brazo  --  le dijo a Nat y le hizo también una pequeña herida  --  Acércalo

Nat así lo hizo y unos segundos después sintió como un pinchazo doble y experimentó la misma sensación que en las dos ocasiones en las que le habían extraído sangre, pero nada más, algo que lo sorprendió, pues en todo lo que había leído explicaban que la mordida de un vampiro producía un fuerte dolor acompañado con una sensación de ardor como cuando se sufre una quemadura.

Nat fue sacado de sus pensamientos por Ruslam al sentir que intentaba retirar su brazo. Después de lo cual le dio un pañuelo para que se limpiase la herida y con otro secó las comisuras de los labios de Ioan.

  • ¿Y ahora qué?  --  preguntó Nathaniel unos minutos después
  • Ahora debemos esperar
  • ¿Cuánto tiempo?
  • No puedo decírtelo, porque es la primera vez que se hace algo así




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.