Asalto al Corazón

Camino al degüello

Mientras Maia se acercaba a paso decidido, Kader pudo detallarla mejor y confirmó lo que vio al conocerla en la celda. Era una mujer hermosa, no podía negarlo, por algo era modelo o al menos eso fue lo que ella le dijo y no lo dudaba. Su forma de moverse, de expresarse y hasta como miraba era prueba de ellos, se notaba que estaba acostumbrada a los lujos y el glamour. Su vestimenta de esa mañana era prueba de ello, usaba un pantalón de vestir blanco ajustado con una blusa de seda con manga larga de un tono menta, al igual que sus altos tacones. Su cabello que en la noche anterior era lacio ahora se veía rizado en una coleta alta. ¿Será que siempre vestía así? Bueno, tampoco es como si le importara mucho como se ve cada día.

- ¿Ya terminaste de escanearme? - con un tono de burla le repitió sus mismas palabras, algo que lo hizo rodar los ojos

- De hecho si - claramente la sinceridad era una de sus virtudes, o defecto. Dependiendo de qué lado se viera - pero sigo sin entender qué haces aquí -

- ¿No es obvio? Vine a levantar la denuncia - responde desinteresada

- ¿Por qué? - le cuestiona

- Por qué tengo un trato que ofrecerte y encerrado en esa jaula no me sirves - aclara seca

- ¿Un trato, en serio? - se sentía estupido al no entender lo que pasaba - ¿Qué clase de trato podrías hacer con tu asaltante? -

- Uno al que no te podrás negar, te lo aseguro - sonrió con maldad

- No puedes estar segura de eso, ni siquiera me conoces - se dio la vuelta para continuar con su camino pero la voz de Maia lo volvió a detener

- Te equivocas, si te conozco - sin darle la oportunidad de que le refutara siguió hablando - Kader Le Roux, nacido el 23 de octubre en la ciudad de Lyon hace 27 años. Tus padres, Franco Le Roux y Annahela Collin, un par de jóvenes drogadictos que te abandonaron apenas tuvieron la oportunidad, para después morir un par de años después. Ella al desangrarse durante un aborto provocado y él acesinado en una pelea callejera. Pasaste toda tu niñez y adolescencia en al menos 7 conventos y orfanatos buscando ser adoptado, algo que nunca pasó. Al cumplir la mayoría de edad tuviste que salir al mundo real por tu propia cuenta, pero nadie quería contratar a un huérfano sin estudios, así que elegiste el camino fácil. Robarle a otros lo que con tanto esfuerzo habían ganado y así poder subsistir, ahora eres líder de una banda de ladrones de la que prácticamente se desconoce pero que ha sabido crearle fuerte dolores de cabeza a la ley al no poder arrestarlos, hasta ahora -

Pasaron largos segundos en los que ninguno dijo nada, aún así Maia sabía que sus palabras habían hecho mella en él dada la tensión que mostraba su cuerpo, a pesar de que seguía dándole la espalda. Kader por su parte no dejaba de repasar en su mente cada una de las palabras que había escuchado, le costaba creer que en menos de 12 horas hubiera podido investigar todo de él y liberarlo al mismo tiempo. Pero lo que más le impresionaba era lo que le dijo de sus padres, eso era algo que ni siquiera él sabía y eso que llegó a investigarlo.

Y ahora esa desconocida llegaba y le decía no sólo quiénes fueron sus progenitores, sino también lo que eran y la forma en la que habían perdido la vida. Algo que logró afectarle, después de todo, eran sus padres y si actuaron así con él fue por el mal camino que habían tomado. Además, nadie merecía morir de esa manera y ese bebé, era su hermano o hermana, si lo hubieran dejado nacer como a él, aunque fuera solo para abandonarlo después, ahora sería unos 3 o 4 años menor.

¿Hubiera tenido la misma suerte que él, o en cambio alguien hubiera decidido adoptarlo? ¿Cómo o quién sería ahora? ¿Hubieran tenido la oportunidad de conocerse? ¿Cómo habría sido su relación en caso de que así fuera? Por desgracia ninguna de esas preguntas tiene respuesta ahora, pues sus padres habían tomado una mala decisión, que acabó con la vida de dos seres ¿Pero que culpa podría tener esa criatura? ¿Y por qué él no tuvo la misma suerte?  ¿Qué tenía él que no hubiera podido tener su hermano?

Lo que más le impactó y a la vez enfureció es que esa niña rica ni siquiera mostró el más mínimo sentimiento al decírselo. No le importó el daño que sus palabras pudieran hacerle, no fue ni siquiera un poco sutil. En vez de eso usó un tono frío e incluso desagradable, como si estuviera hablando de ratas y la sola mención de eso le resultará asqueroso.

- ¿Cómo supiste todo eso? - por fin se había atrevido a enfrentarla

- Creo que ya quedó claro que tengo los medios para conseguir lo que quiera - respondió arrogante - y lo que quiero es que trabajes para mi -

- ¿Qué clase de trabajo? - no tenía idea del porque le daba la oportunidad de explicarse

- No lo sabrás a menos que me acompañes - le dijo empezando a caminar hacia su auto

Kader lo pensó mucho antes de seguirla, no estaba seguro de que lo que le fuera a proponer llegaría a ser de su agrado. De hecho estaba seguro de que nada de lo que ella le dijera iba a ser de su agrado. Pero como ella misma se lo había dicho era de las personas que conseguían todo lo que querían y ella lo quería a él, o algo así. Además si se había tomado el tiempo para investigarlo a conciencia y sacarlo de prisión, era por que lo que planeaba proponerle era realmente importante. Pues claramente alguien como ella no iba a perder su tiempo con alguien como él por cualquier cosa. En cierta forma no tenía opción, así que no le quedó de otra más que acompañarla.

Durante el trayecto ninguno dijo nada a causa de la notoria incomodidad que entre ellos había, después de todo no llevaban ni 24 horas de conocerse y claramente no se llevaban nada bien. Después de varios minutos llegaron a una cafetería que más bien parecía un restaurante 5 estrellas. Ese era el lugar favorito de Maia, iba al menos tres veces a la semana y no se cansaba de ello. En cambio Kader se sintió incómodo apenas entró al lugar. Desde la decoración del lugar, cada platillo que se servía y la vestimenta de los comensales, eran muestra de la elegancia y sofisticación que lo envolvía. Era obvio que solo personas de dinero entraban ahí, algo que obviamente él no era. Le molestaba que a cada paso que daba todos lo miraran como si fuera un ladrón, es verdad que sí lo era, pero no por eso la gente debía tratarlo como tal.




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