Cosas de ricos

En ese momento fue que a Maia se le ocurrió recostar su cabeza en el cuello de Kader, nunca en su vida había agradecido tanto el tener la estatura que tenía. Gracias a eso encontró otra forma de infundirle dolor a su antiguo asaltante. Sin dudarlo acercó su boca a su cuello y lo mordió sin compasión. Ante el dolor Kader terminó agachando la cabeza para callar su quejido, ¡Lo estaba mordiendo, por dios! Eso ya se había ido demasiado lejos.

"¿¡Ahora se cree vampiro!?"_ se quejó para sí.

Pero ese juego lo podían jugar dos y él no pensaba dejarse ganar. El también aprovecharía su estatura de la mejor manera. Con lentitud, para no delatarse, bajó la cabeza y al igual que ella la mordió, pero está vez en la oreja. Entre más dolor sentían, más fuerte se mordían, no dudaban de que en cualquier momento se arrancan un pedazo de carne. Pero eso a ninguno le importaba, si algo tenían en común era su orgullo y su actitud competitiva. Ninguno estaba dispuesto a dar tregua, pelearán hasta que el otro se rendiera, o no quedará nada de ninguno. Lo que pasara primero.

Por otro lado, para quienes los veían creían que estaban presenciando la escena más romántica e increíblemente erótica que habían visto en sus vidas. Los medios estaban encantados con lo que veían, ya podían imaginar la primicia que habría en las portadas de las revistas de la farándula. "Una diabla sexy y un ángel rebelde son consumidos por la llama de la pasión". ¿Quién no querría leer una nota así?  Los únicos que no estaban para nada felices con lo que veían era la familia Paris, los padres no cabían en sí de la vergüenza, a Elisa le hervía la sangre de que su hermana le estuviera quitando el protagonismo de su propia fiesta, y lo peor era que lo hacía con un hombre que ella deseaba. Y Bastian estaba por más incómodo, no podía creer la falta de respeto de ese hombre hacia su cuñada y hacia todos en general.

La pareja de futuros esposos decidieron intervenir antes de que esos dos dieran algo más de que hablar. Con una sonrisa en el rostro se acercaron a ellos y llamaron su atención con un ligero toque. Fue hasta ese momento que los "enamorados" se dieron cuenta de lo que estaban haciendo, por lo que no tardaron en separarse dando así una momentánea tregua a su batalla.

- ¿Me permite bailar con mi cuñada? - pidió Bastian tratando de ser cortés

- Solo si me prestas a tu novia - se le ocurrió decir

- Es mi prometida - le aclaró entre dientes

- Da igual, ¿La quieres o me la llevo? - cuestionó señalando a Maia

La rubia por su parte se rió del comentario de su novio. Fingiendo que había entendido el comentario como una broma inocente.

- Ay amor, no seas malo con el pobre Bastian - le dijo con ternura - ¿Qué te cuesta prestarme un ratito? -

Dicho eso, le ofreció su mano a Bastian, quien no tardó en alejar a Maia de Kader tanto como pudo. Mientras bailaban pudo darse cuenta de lo sonrojada que estaba su oreja derecha y por las marcas que tenía pude deducir el porqué de eso.

- ¿No te parece que tu novio se excedió en sus muestras de cariño? - la cuestiono molesto

- Que te puedo decir, es imposible resistirse a alguien como él - dejó salir un suspiro de amor

- ¿Pero enfrente de todos? - siguió interrogando

- Si lo sabe dios que lo sepa el mundo también - le resta importancia, sabiendo que eso lo molestará más

- Esa no es la manera Maia - si, ya estaba enojado - puedo entender que estés muy enamorada, pero no por eso debes permitir que te falte al respeto de este modo ¡Eres su novia no su objeto sexual! -

- Tranquilo Bastian, tal vez sea un poco brusco a la hora de demostrarme su cariño pero así lo quiero - en verdad era buena actriz - si supieras lo que me hace en… -

- ¡No tengo interés de conocer su intimidad! - la interrumpió horrorizado - Solo espero que sepas lo que haces, porque lo que es a mi no me agrada en lo más mínimo -

Pensaba que si esa era su forma de demostrar amor no quería imaginarse lo que le haría a su casi hermana cuando estuviera enojado. Nada más de imaginarlo podía sentir como su sangre le subía al cerebro, amenazando con hacerlo explotar.

Por otro lado Kader, al ver que la pareja se alejaba no le quedó de otra más que bailar con, "su cuñada". Ella también notó el rastro de labial que tenía éste en su cuello, junto a la marca de los dientes de su hermanita. Eso dejaría una linda marca, de eso no tenía duda y no pudo dejar de pensar que ese sí era un hombre con todas sus letras. Que ganas tenía de que ese hombre también la mordiera a ella hasta dejarle marcas por todo el cuerpo.

- Veo que te estás divirtiendo - le dijo con una sonrisa acariciando sutilmente pero con lascivia la herida que enmarcaba su cuello

- ¿Qué te puedo decir cuñada? Me gustan las mujeres que sepan darme lo que quiero - dijo coqueto - lastima que te hayas dado cuenta de esa manera -

- ¿Hubieras preferido que fuera de otra forma? - le siguió el juego

- En este momento se me están ocurriendo muchas maneras de cómo demostrarte lo que me gusta hacerle a una mujer - le susurro acariciando su espalda baja

Acompañado de sus palabras le hizo un guiño que dejaba en claro lo que quería de ella, o al menos lo que quería demostrarle. Por qué sí nos íbamos a lo que él quería, en ese momento sería un prófugo de la justicia por haber matado a la modelo más bella de toda Francia.

-  Dame 5 minutos a solas y te demostraré que lo que haces con la sosa de mi hermana no es más que un juego de niños, comparado a lo que yo te puedo hacer - ofreció con lujuria

Y él que creía que por ser mayor sería menos sinvergüenza. Al parecer Maia estuvo en lo cierto y si buscaba quedarse con lo que no era suyo era por que lo había aprendido de la mejor. Estaba por responderle de forma en que pudiera seguirle el juego, aunque para esas alturas se les estaban acabando las opciones. Pero para su suerte la música terminó en ese momento y todas las parejas se separaron para poder aplaudir a la orquesta.