Por su parte Maia estaba por salir del estudio mientras su amiga Léa la acompañaba.
- No puedo creer que no me hayas dicho que salías con tremendo hombre - llevaba semanas quejándose - ¿Como puedes ocultar tremenda noticia? Si yo fuera tú lo hubiera gritado a los cuatro vientos desde el primer día -
- Y es por eso que tienes tan mala reputación - espetó - siempre dices lo que no debes cuando no debes -
- Pero no me vas a negar que ese hombre si lo vale - le pico coqueta
- No, no lo voy a negar - mintió, para ella ese hombre lo único que valía era un disparo a la cabeza
Las amigas siguieron conversando hasta que salieron del lugar, donde las estaba esperando un grupo de periodistas deseando saber más de la nueva conquista de la rubia. Una de ellas era Michelle, quien tenía cierta enemistad con la modelo. Y quien al ver salir a la rubia no dudó en acercarse a ella a preguntar, o más bien, a cuestionar su repentina relación.
- No sé si felicitarte a ti por tu relación, o darle el pésame a él por salir con alguien como tú - las palabras de Michelle hicieron rabiar a Maia
- Ni la una ni la otra - le sonrió con odio - porque creeme que de ti no necesitamos ni eso, de hecho estamos muy bien sin que tú metas tus narices -
- ¿Entonces porque los hechos demuestran lo contrario? - le preguntó con desdén
- ¿De qué hechos hablas? - se puso a la defensiva
- Empecemos con preguntar ¿Por que nunca se les vio juntos antes de la fiesta de compromiso de tu hermana? ¿Por qué no se sabe nada de él? ¿Por qué solo se les ve en ocasiones importantes? ¿Por qué no hay fotos de ustedes en las redes sociales? ¿Por qué nunca los hemos visto en una cita romántica como cualquier pareja enamorada? ¿Qué es lo que realmente ocultan? - la bombardeó con preguntas
Maia se quedó helada por un momento, no se esperaba que se dieran cuenta de esos detalles. Pero al tratarse de alguien que tanto la odiaba, podía esperarse eso y más. No estaba segura de que responder, debía tener mucho cuidado si no se quería dejar al descubierto. Pero no fue necesario hablar, pues en cuestión de segundos sintió que alguien la jalo del brazo haciéndola girar y antes de poder ver de quien se trataba, sintió los labios de dicha persona sobre los suyos. No necesitaba abrir los ojos para saber de quién se trataba. Tal vez nunca lo aceptaría, pero después de casi un mes probando sus labios ya había memorizado la textura rasposa de estos y el sabor dulce que siempre degustaba.
Después del inesperado beso, del que ningún reportero perdió detalle, Kader se separó de la Cobra y con una sonrisa le entregó un ramo de rosas de un tono coral de dudosa procedencia. Y sí, con dudosa procedencia nos referimos a que se robó el ramo de una floristería que vio en el camino cuando notó que la encargada estaba muy ocupada coqueteandole a un chico que iba por unas rosas para su novia. O al menos eso fue lo que escuchó.
- Sorpresa - fue lo único que le dijo
- Amor, ¿Qué haces aquí? - se fingió sorprendida
- Quería verte, así que salí temprano del trabajo y respondiendo a las preguntas, que de forma tan irrespetuosa le ha hecho a mi novia - mira a la reportera con molestia - déjeme decirle que nos gusta la privacidad, algo que le agradeceríamos que respetara. Si no se nos ve casi juntos es porque sabemos separar lo laboral de lo personal, no somos ningunos exhibicionistas como para estar dando a conocer cada aspecto de nuestra relación. Así que le agradeceríamos que no vuelva a culparnos de algo sin saber, de lo contrario me veré en la obligación de hacer que la despidan -
Ante la amenaza nadie volvió a decir nada, dejando así que la pareja pudiera subir al auto para marcharse del lugar. Con lo que no contaron es que Michelle, como toda buena reportera, era alguien muy observadora. Por lo que había notado algo que al parecer nadie más vio y que deseaba averiguar. Se trataba del golpe en la cabeza de Kader del que aún se notaba la sangre fresca, si era verdad que había salido temprano del trabajo y hasta tiempo le dio de comprar flores ¿En qué momento le sucedió eso? Tal vez no tenía nada que ver con la extraña relación, o tal vez si. Eso era algo que ella pronto descubriría.
- ¿Ya nadie nos ve? - preguntó Maia después de un rato, refiriéndose a los reporteros
- No, se quedaron atrás hace rato - le respondió seco
- En ese caso, ¡¿Se puede saber porque tardaste tanto en llegar?! - lo interroga repentinamente molesta
- ¿De qué hablas? Si llegué apenas 15 minutos después de que me hablaste - se defendió
- ¡Exacto, tardaste 15 minutos, cuando debiste llegar en 5! - le reclamó
- Lo siento por no tener una máquina teletransportadora para apetecer a tu lado apenas requieras de mi presencia - ironizó perdiendo la paciencia
- Déjate de estupideces por favor, y mejor dime qué tanto hacías como para tardar tanto - le exigió
- Te lo dije, estaba trabajando - no quiso entrar en detalles
- ¿Trabajando? Tú trabajas para mi, que no se te olvide - lo enfrentó - debes estar al pendiente del momento en el que te necesite y aparecer apenas te lo ordene. Esa debe ser tu prioridad -
- Eso sí que no Cobra, tú podrás ser todo en mi vida menos una prioridad - le aclaró harto - Créeme que antes de ti hay cosas mucho más importantes y no pienso cambiar eso solo por tus estúpidos caprichos -
- ¡¿Más importantes?! Si claro, como si robar fuera tan importante - se detuvo ante esa idea - un momento tú eres un asaltante -
- Woow, me sorprende tu inteligencia, es increíble que después de un mes, un asalto en tu contra y una visita a la cárcel por fin te hayas dado cuenta de a qué me dedico - dijo sarcástico
- No seas estupido, me refiero a que dijiste que estabas "trabajando" - hizo comillas con sus manos - ¿Se puede saber qué trabajo hacías específicamente? -
Kader se mantuvo en silencio, por una parte porque estaba en la disyuntiva de inventaré una mentira, o de plano decirle que estaba ocupado asaltando uno de los bancos de su padre. Pero lo que más lo desconcentraba era algo que hace un rato no había notado y que empezaba a preocuparle. Por su parte Maia estaba tan molesta que no notaba nada de lo que pasaba a su alrededor, ya había tenido suficiente con el interrogatorio de Michelle que terminó dejándola callada. Y ahora el silencio de Kader solo lograba acabar con su ya inexistente paciencia.