Asalto al Corazón

Mentiras públicas

- ¡Suéltame! - le gritó cuando logró reaccionar

Intentó zafarse, pero Kader era mucho más fuerte y la tenía apresada entre sus brazos.

- ¡¡Qué me sueltes con un carajo!! - demandó con más fuerza

- No lo aré - a diferencia de ella, Kader usó un tono bajo y sin dejar de besarla

- Te digo que me dejes - insistió tratando de recordar su molestia hacia él

- Nos están siguiendo - le dijo muy bajito sobre sus labios

- ¿Qué? - Maia no lograba comprender

- Tú amiga la periodista nos estuvo siguiendo todo el camino - le aclaró mientras besaba su cuello, aprovechando para hablarle al oído - te vio salir del auto y seguramente te escuchó gritarme, ahora está detrás de nosotros escondida tras unos arbustos. Tiene una videocámara y seguramente nos está grabando, si no quieres que tu preciado plan se arruine tendrás que seguirme la corriente -

Tenía dos opciones, someterse a lo que Kader le dijera sin rechistar, algo que no haría ni en sus peores pesadillas. O dejar al descubierto su malvado plan, algo que jamás permitiría. Si lo meditaba bien, la primera opción no estaba tan mal, considerando el hecho de que Kader no había dejado de besarla todo ese tiempo y no parecía tener intenciones de detenerse. Tal vez no sería tan malo obedecerle al menos una vez. No es como si planeara hacerle el amor en un parque público, a plena luz de la mañana y frente a una reportera que no dudaría en difundir tal acto por toda Francia. ¿O si?

Michelle es una de las personas que no se dejan vencer, su curiosidad siempre la mete en problemas y siendo periodista es fácil que eso pase. Pero con respecto a Maia Paris era más que simple curiosidad, sabía que la joven modelo lo tenía todo para ser feliz pero parecía que siempre quería más. Nunca parece estar satisfecha, eso la hacía cuestionarse si en verdad era feliz con lo que tenía o sólo fingía serlo. Después de todo Maia es experta en fingir, eso era lo que más odiaba de ella, ante las cámaras simple sonreía y usaba su carta de ángel para aparentar inocencia y dulzura, pero cuando los reflectores se apagaban aparecía su verdadera esencia, se volvía arrogante, déspota, grosera y hasta despiadada.

Tanto tiempo lleva viendo ambos lados de su personalidad que ya le era fácil distinguir en qué momento fingía y cuando era auténtica. Pero desde un tiempo atrás había notado que ni siquiera cuando era "ella misma", parecía ser auténtica. Seguía siendo desagradable, pero ese brillo de maldad que antes resplandecía en sus ojos al lograr lastimar a alguien ya no brilla tanto como antes. Y si sus cuentas eran ciertas eso había empezado a suceder desde que dio a conocer su supuesta relación con Kader Le Roux.  Pero no podía ser posible que su cambio se deba a él, si así fuera hubiera empezado a cambiar desde que empezaron a salir, mucho tiempo antes de que lo hicieran público. Eso la llevaba a pensar que lado de ella era real y cuáles eran sólo ficción.

Fue por eso que se atrevió a seguirlos, esperando así poder encontrar algún indicio de lo que esa mujer ocultaba. Agradecía que su camarógrafo le siguiera a donde fuera, de no ser así jamás hubiera tenido la exclusiva de la más reciente pelea de la pareja del momento. Tal vez la distancia que llevaban los autos no le permitía ver bien lo que hacían y mucho menos escucharlos, pero por sus ademanes estaba segura de que el problema era más fuerte de lo que aparentaba. Cómo deseaba poder escuchar lo que se decían, y para su suerte, su deseo se cumplió cuando vio a Maia salir del auto hecha una furia, y si no fuera porque la conoce bien, diría que hasta dolida.

Tomando una videocámara de menor tamaño no dudó en seguirlos, podía escuchar como Kader le gritaba con desesperación que se detuviera y a la vez a Maia escupiendole todo tipo de insultos. Cuando vio a la pareja detenerse ya podía imaginarse el espectáculo que harían, y vaya que así fue, solo que no de la manera que ella esperaba. Imaginaba que se gritarían de todo, se insultaran mutuamente o hasta terminaran su relación. Pero para su sorpresa lo que pasó es que se comieron a besos, estaba segura que si tuvieran la boca más grande ya se hubieran atragantado.

Llegó un momento en el que se preocupó; empezaba a creer que montaría una escena xxx justo frente a sus ojos. Pero volvió a sorprenderse al ver que Maia se alejaba de él con lágrimas en los ojos. ¡Estaba llorando, la bruja maldita está llorando! Eso no podía ser cierto, tenía que ser un montaje, esa tipa no podía tener sentimientos.

- ¡Maia escúchame por favor! -  Kader le rogaba

- ¡Aléjate, no quiero verte! - le dio la espalda - ¿Crees que puedes venir, darme un par de besos y fingir que nada paso? No puedo creer que me hagas esto y yo que creía que… -

Maia se quedó callada a propósito, sabiendo que eso crearía mayor expectativa en su entrometida audiencia. Y vaya que acertó, Michelle ya se estaba imaginando todo tipo de cosas, desde una familia oculta con esposa e hijos incluidos, hasta un cambio de género.

- May, sé que esto te molesta, a mi tampoco me resulta agradable nada de esto, pero tengo que hacerlo, es mi trabajo - Kader sigue con el juego

- ¡¡Y yo tu novia!! - le reclamó - ¡Y aun así eres capaz de dejarme plantada por algo que podrías dejarle a otro! -

- Cariño sabes que no es así, te juro que intenté de todo para evitar esto pero no pude - se acercó a ella de a poco - este cliente es muy importante, no podemos darnos el lujo de perderlo. Por eso tengo que ir a esa reunión -

- ¿Y tienen que hacerla literalmente en otro continente? - cuestionó bajando la guardia - ¿No pueden hacerla aquí? -

- No cielo, la empresa del cliente reside allá, estoy obligado a ir - le explicó

- Que vaya otro entonces, ¿Porque tienes que ser tú? - insistió

- Está persona es muy desconfiada y el trato muy importante, quiere hacerlo en persona conmigo - se acercó lo suficiente para poder abrazarla

- ¡Aplazala entonces! - se apartó de nuevo




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