Asalto al Corazón

Dónde todo inicia

Llegó el tan esperado viaje. No eran capaces de aceptarlo, pero en el fondo se sentían emocionados por lo que les esperaba tras esta nueva experiencia, Kader le echaba la culpa al hecho de que era la primera vez que salía del país, mientras que Maia se excusaba diciendo que ya le hacían falta unas vacaciones. Pero por mucho que intentaran mentirse a sí mismos, lo que más los apremiaba era lo que saldría de ese extraño juego que entre reclamos y coqueteos habían pactado. La idea era muy clara, apenas bajaran del avión ambos olvidarán sus diferencias y se meterían de lleno en su papel de novios enamorados. Decirlo era muy sencillo, pero hacerlo ya eran palabras mayores y tanto Kader como Maia estaban a nada de descubrirlo.

- ¿Falta mucho para que lleguemos? - pregunto Kader con nerviosismo

- Está es la doceava ocasión que me pregunta eso y ya empiezas a hartarme - le reclamó Maia con fastidio

- Estoy nervioso, sí - se excusó - suelo hacer muchas preguntas cuando estoy nervioso, inquieto o incómodo -

- Tú haces preguntas todo el tiempo Kader - le aclaró - lo que no logro entender es cómo el líder de una banda criminal le tenga miedo a un avión -

- ¡No le tengo miedo a los aviones! - se defendió sin soltar los antebrazos de asiento - lo que me preocupa es que se caiga -

- Relajate, que eso no pasará - lo calmó conteniendo la risa - hoy hay buen clima, el Jet es moderno y está bien cuidado, además el piloto es uno de los mejores que hay -

- Sigo sin entender como pudiste contratar un Jet privado con pilotos y azafatas incluidos - comentó intentando calmarse

- Sencillo, el avión es de la familia - aclaró levantando los hombros - iba a usar el helicóptero, que es más rápido, pero lo sentí muy incómodo para este tipo de viajes. Y así como te pones ahora creo que te hubiera dado un infarto si lo hubiera usado. ¿Por qué no mejor te vas a dormir un poco, así no notarás el viaje? -

A la mala Kader le hizo caso, para su bien había una habitación privada. Sin dudarlo se tiró a la cama y poco a poco se quedó dormido. Al paso del tiempo a Maia le empezó a doler la cabeza, por lo que decidió recostarse un rato. Lastima que solo había una habitación con una cama, pero esperaba que Kader no se diera cuenta. Atolondrada por el dolor se recostó dándole la espalda. Pasaron las horas y entre un movimiento y otro terminaron más cerca de lo deseado. Cuando Kader despertó y se vio abrazado a ella intentó pararse de un brinco, pero lo único que logró fue enredarlos en las sábanas. Haciéndolo quedar encima de ella.

- ¿Se puede saber qué estás haciendo? - le preguntó al despertar por el movimiento

- Me caí - habló con la cabeza oculta en su cuello

- Si claro, quítate de encima antes que te demande por abuso sexual -  lo amenazó

- Ya quisieras que te hiciera eso - las cobijas les impedían zafarse

- ¡¡Aaaahh, Kader!! - se quejó cuando la golpeó con el pie

- Que gritona me saliste - se burló

- Cómo no querer que grite si me estás… -

- ¿Se encuentran bien? El piloto… ¡¡Ay diosito!! - esa fue la azafata que los interrumpió - ¡Perdón perdón, no quería interrumpir su intimidad. Solo quería saber como se encontraban, pero veo que están ocupados, los dejo para que terminen -

- ¡No espere no es lo que…! - Kader no pudo terminar su explicación, pues la chica salió corriendo dejándolos solos

Eso sí fue vergonzoso, claro que en esa posición cualquiera pensaría otra cosa. Ambos se miraron en completo silencio, sus ojos destilaban vergüenza, molestia y gracia. Esta última fue la que resultó vencedora, haciendo que ambos estallara en una sonora carcajada que casi les quitó el aliento.

- Bueno, si querías pruebas de lo románticos que somos creo que ya la obtuviste - comentó Kader al terminar de reír

- Hasta crees, la idea era vernos muy enamorados, no parecer conejos - bromeó - por cierto ¿A qué hora piensas quitarte? -

- Ya lo hubiera hecho, si no tuviera los brazos atorados de bajo de ti - comentó rodando los ojos

- Pues quitalos y ya - le ordenó

- ¿Qué parte de atorados no entendiste? - cuestionó hastiado - necesito que te hagas a un lado para poder moverlos -

- ¿Y cómo esperas que me mueva si estás encima de mí? - le reclamo

- Bueno bueno, deja de gritar que me pones de malas - la cayó - solo, cambiemos de posición -

- Eso sonó muy descarado de tu parte - acusó bromista

- Deja de ser tan mal pensada y muévete hacia la izquierda - ordenó

Ambos intentaron girar hacía un lado de la cama, pero lo único que consiguieron fue caer al piso. Aunque eso ayudó a qué pudieran zafarse.

- Recuérdame nunca volver a dormir contigo en la misma cama - se quejó Kader por el dolor del golpe

- Como si te lo fuera a permitir algún día - retogó Maia

- Dame una semana y te aseguro que me rogaras por qué duerma a tu lado - le aseguró con convicción

Después del pequeño gran espectáculo que dieron en la habitación, por fin llegaron a su destino, apenas bajaron del avión se encontraron con el chófer que los llevaría a su hotel.

- ¿Listo para que inicie el juego? - preguntó Maia ofreciéndole la mano

En un movimiento rápido Kader tomó su mano y la jaló hacía su cuerpo, pasando sus brazos tras su espalda. Con cuidado bajo su rostro a la altura del de Maia, cualquiera pensaría que iba a besarla, al menos eso era lo que ella creía. Pero contrario a sus deseos Kader terminó posando sus labios sobre su frente.

- Que gane el mejor - le susurro con una sonrisa arrogante

No tardaron mucho en llegar al hotel, donde habían reservado dos habitaciones, las cuales estaban unidas por una puerta en el interior de estas y que se podía abrir de ambos lados.

- Descansa por este día, mañana tenemos a muchos lugares a los cuales ir - ordenó Maia

- Me parece bien, aunque no creo que esa sea la forma de hablarle a tu novio - le recordó

- Supongo que será difícil acostumbrarme - le restó importancia




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