Al llegar al lugar bajó de su auto y se dirigió a tocar la puerta, ya no necesitaba ser presentado, así que apenas le abrieron no tardó en entrar a buscarla. De inmediato se dirigió a la habitación de la rubia y tocó levemente. Cuando está fue abierta dejó ver a una Maia sorprendentemente... ¿Normal? Sí, así era como Bastian la veía y no es que no se viera hermosa, estaba claro que ella podía lucirse con cualquier vestimenta. Pero en esa ocasión que para él ameritaba vestirse con lo mejor, ella usaba un vestido blanco de escote griego con una sola manga y un poco de vuelo en la falda. Sus zapatillas eran de un tono grisáceo muy claro, con poco tacón, su cabello estaba suelto sin ningún tipo de adorno. Y en su rostro apenas se notaba un poco de maquillaje.
- ¿Estas lista? - preguntó pensando que quizá aún no se arreglaba
- Si - fue lo único que respondió
Aunque la verdad no lo estaba, y no por su arreglo, sino por la situación. Estaba tensa y preocupada de no saber cómo actuar, o de lo que resultaría de aquella inesperada cita. Tantos eran sus pensamientos sobre eso que ni siquiera tuvo cabeza para vestirse con tanta elegancia como él. Aunque tampoco era algo que le preocupara, después de todo la cita tardaría solo unas cuantas horas según al plan que había trazado con Kader.
- Bueno, entonces vamos - le extendió el brazo para que pudieran salir
Ella lo tomó aún dudosa y juntos se dirigieron de vuelta al auto. Durante el camino ninguno dijo nada, cada quien estaba sumido en sus propios pensamientos, él en cómo abordar el tema del novio y ella en cómo terminar con esa situación. Al final llegaron al restaurante donde comerían, apenas entraron uno de los camareros les asignó la que sería su mesa, que curiosamente estaba a un lado del ventanal. Cada quien pidió su comida y esperaron a que se las llevarán, para cuando eso paso aún no habían logrado tener una conversación que durara más de 30 segundos.
Poco a poco la tensión fue bajando y pudieron entablar una conversación lo suficientemente fluida. Pasó el tiempo y salieron del restaurante para dirigirse a un teatro, donde se estrenaría una obra con actores de nivel internacional. A Bastian le encantaba el teatro, por eso no dudo en llevar a Maia con él, lo que no tomó en cuenta es que ella lo odiaba, sobre todo si incluía un musical, como lo era en el caso de esa obra. Tuvo que soportar tres horas de martirio solo para no hacer el desplante de ponerse de pie y largarse de ahí. Aunque ganas no le faltaban. Por suerte el acto terminó y por fin pudieron salir de ahí.
Por un momento Maia pensó que hasta ahí sería la cita y que Bastian la llevaría a su casa sin necesidad de que Kader interviniera. El cual por cierto aún no hacía acto se presencia. Pero para su desgracia, quien quería que llegara no llegaba, y quien quería que se fuera no se iba. Cuando se dio cuenta ya estaban caminando por las calles que rodean la torre Eiffel, la tarde ya empezaba a caer, la brisa crecía con calma y el sol que poco a poco descendía daba una vista más romántica del lugar. De pronto sintió que tomaban su mano, al mirar hacia abajo se dio cuenta de que se trataba de Bastian eso la sorprendió, pero aún así no dijo nada. Todo parecía perfecto, pero no era así para ella, después de tanto tiempo deseando estar así con él que ahora que por fin podía disfrutar de ello no lo hacía. No sentía satisfacción, euforia, ni nada de lo que imagino y sin pensarlo eso la desanimó.
- ¿Y cómo van con los planes de la boda? - a Maia se le ocurrió preguntar
- Bien, ya hicimos la reserva con de un hotel muy prestigioso en Hawaii - le responde de emocionado
- ¿Y por qué no hacerla aquí? - sigue preguntando
- A tu hermana le gustan las islas, ¿Quien soy yo para decirle que no a sus gustos? - sonrió altanero - ¿O a ti dónde te gustaría casarte? -
Maia casi se atraganta al oír esa pregunta, no porque no quisiera casarse o porque no haya pensado en eso antes. Sino porque ante esas palabras lo primero que pasó en su mente fue ella de camino al altar, pero no era Bastian quien la esperaba sino Kader. Eso la dejó desorientada por un momento, que ni siquiera supo qué responder.
- Pues no sé, aún no hemos llegado a ese tema con mi novio - respondió ligeramente sonrojada
La mención de ese hombro hizo que el humor de Bastian se cayera por los suelos, ni siquiera porque estaba con él dejaba de pensar en Kader.
- ¿Lo quieres? - pregunto cansino
- Si no lo quisiera no estaría con él - intentó evadir la pregunta
- ¿Y él te quiere a ti? - siguió cuestionando
- ¿A qué se deben tantas preguntas sobre mi relación? - no quería tratar ese tema con él
- Por que yo sé cosas que tú ignoras y mi deber es hacértelas saber - le aclaró
- ¿Y qué es lo que sabes? - pregunto nerviosa
- Que ese hombre solo esta contigo por ambición y deseo, no por amor - dijo directo
- Pero que cosas dices, Kader no es así - sonrió con gracia, por un momento creyó que la había descubierto
- Eso no es verdad, él mismo me lo ha dicho - le aseguró
- No inventes cosas Bastian, si dinero a él le sobra - mentía - y si placer es lo que quiere lo podría conseguir con cualquier otra mujer, no sólo conmigo -
"Al menos eso no es mentira" _ razonó en su interior
Eso fue el colmo para Bastian, tenía que hacerla entrar en razón a como diera lugar. No es posible que alguien como ella estuviera tan enamorada que no se diera cuenta de la realidad. De la nada se detuvo y la acercó a él tomando con fuerza sus manos.
- Por favor Maia, tienes que creerme, ese tipo no te conviene, no es de fiar, lo único que hará será lastimarte maldita sea - poco a poco fue alzando la voz con desesperación
- Eso no es verdad, Kader podrá ser todo menos alguien ambicioso y egoísta - de eso estaba totalmente segura - es el hombre más leal, respetuoso y sacrificado que he conocido. Kader es capaz de dar su vida por los que ama sin siquiera dudarlo. Y creeme cuando te digo que cosas como el dinero, el poder, la fama, o el prestigio no tienen cabida en su mente y mucho menos en su corazón -