Asalto al Corazón

Cosas que no debieron pasar

Así se pasó el tiempo dentro del Clan FireFriend, poco a poco la tarde fue pasando y todos se fueron dispersando para atender sus diferentes actividades. Maia se quedó conversando junto a Felicíe, Akanni y Yilaine, mientras veían a los niños jugar. Entre la plática Maia vio a Kader salir al patio trasero, que colindaba con las otras tres casas del Clan. Al verlo solo decidió seguirlo sin razón aparente. Él no había notado su presencia, pues estaba perdido en sus pensamientos y Maia no sabía cómo iniciar una conversación con él sin que terminarán sacando lo peor de ellos mismos. En ese momento recordó lo que le había contado Felicíe sobre el padre de Colette y aunque le aclaró que era difícil que Kader hablara del tema decidió intentarlo.

- No creí que fueras tan mentiroso - le repitió las mismas palabras que le dijo en la fiesta

- ¿De qué hablas? - le siguió al notar su presencia

- Me dejaste creer que Colette es tu hija y no es así - recalcó - su padre era tu mejor amigo Guillian -

- ¿Acaso también lo investigaste? - cuestionó con recelo

- No me pareció propio indagar la vida de alguien que ya no vive, no vale la pena en realidad - le aclaró - lo que sé me lo dijo Felicíe -

- ¿Y se puede saber qué tanto te dijo? - se empezaba a molestar por la impertinencia de su amiga

- Solo eso en realidad, dejó en claro que solo tú podías hablar del tema - comentó

- Supongo que esperas que te cuente - razonó

- Dudo que lo hagas, pero sí - fue sincera

Ninguno volvió a decir nada por largos minutos. Maia estaba segura de que en verdad no le diría nada. Por eso sé sorprendió cuando él empezó a hablar.

- La última vez que me cambiaron de orfanato tenía 10 años, en el conocí a Guillian, poco después llegó Felicíe. No tardamos en hacernos amigos que pronto fueron inseparables - sus recuerdos empezaron a florecer después de tanto tiempo - con el tiempo ellos se enamoraron y yo me convertí en el mal tercio. Pero en realidad me gustaba serlo, era divertido interrumpir sus momentos románticos y ver sus caras sonrojadas, Felicíe por la pena y Guillian de coraje -

Ambos rieron ante la idea de las travesuras que les hacía a sus amigos.

- Por desgracia Guillian era 3 años mayor que nosotros, por lo que al cumplir los 18 tuvo que irse del orfanato, Felicíe le rogó que la llevará con él pero Guillian no quiso. Decía que allá afuera no tenía nada que ofrecerle y que prefería esperar hasta que tuviera un trabajo y un hogar donde pudieran vivir - continuó contando - yo también quise ir con él, pero me pidió que me quedara y cuidará de su amada, después de todo solo nos teníamos a nosotros mismos. Por eso me quedé a lado de ella. Pasó el tiempo y a Guillian cada vez se le hacía más difícil encontrar un sustento, bien tú lo dijiste, ¿Quién querría contratar a un huérfano sin estudios? Así que tuvo que elegir el camino fácil, por así decirlo -

Ante esas palabras Maia no pudo evitar agachar la mirada, pues ahora entendía que esa vida no era para nada fácil y no la escogieron por gusto, sino por necesidad.

- En el proceso conoció a June, León y los primos Jeremie y Alain, pronto se hicieron de esta casa y también de su fama. Cuando pasaron los tres años Felicíe fue la primera en salir y aunque a mi amigo le daba vergüenza ofrecerle lo que no le pertenecía ella lo aceptó. No porque le gustará la vida de un ladrón, sino por que lo conocía y sabía que esa no era su naturaleza, poco después yo me uní al Clan y ellos no tardaron en casarse - sonrió al pensar en su humilde boda - dos años después nació Colette, para ese entonces Carlo, Yolaine y los gemelos ya se habían agregado al Clan. Todo era perfecto, pero de la nada todo se arruinó -

Volvió a guardar un largo silencio, no era fácil para él contar esa parte de la historia.

- Una tarde asaltamos una joyería, las cosas se salieron de control y June estuvo por matar a una de las empleadas, lo detuve a tiempo. Pero mientras discutíamos escuchamos tres detonaciones. Resulta que el dueño también estaba armado y no dudó en dispararle a Guillian, una de las balas llegó a su corazón - se detuvo para intentar tragar el nudo de su garganta - lo último que me dijo fue que cuidará de sus dos amores y amara a su hija como si fuera mía, apenas pude prometerselo cuando murió en mis brazos sin siquiera llegar a cerrar los ojos. Fue mi culpa, mi deber era cuidar su espalda pero me distraje y eso le costó la vida a mi hermano -

Para cuando terminó de hablar se dio cuenta que ya había derramado algunas lágrimas, de pronto sintió que algo en su mano quemaba de manera muy familiar y al buscar el motivo noto que Maia la acariciaba tratando de consolarlo.

- No soy buena con las emociones pero sé que no debes culparte, tal vez si lo hubieras protegido quien hubiera muerto serías tú - busco animarlo

- Tal vez habría sido mejor - susurró

- ¡No vuelvas a decir eso! - lo regaño - piensa en que te diría Guillian si te escuchara decir eso -

- Diría que no siempre se gana, pero que en realidad nunca se pierde - recordó todas las veces que dijo eso

- ¿Eso qué quiere decir? - ella no entendía

- Que todo lo que pasa en la vida siempre trae algo bueno, aunque no siempre sea inmediato - explicó - ¿Pero que bueno podría tener el que él haya muerto? -

- Bueno, ahora tienes la oportunidad de criar a una hermosa niña - comentó refiriéndose a Colette

- Si Guillian viviera ahora Colette tendría a su padre - retogó

- Vamos, ya pasaron 5 años algo bueno debe de haber y que no hubiera pasado sin su muerte - insistió

Kader intentó pensar en que podría ser ese algo, buscaba y buscaba, pero nada llegó a su mente. Tratando de encontrar una respuesta observó todo a su alrededor hasta que sus ojos dieron con los de Maia.

- ¿Ya tienes algo en mente? - pregunto al verlo sonreír

- Tal vez - respondió sin dejar de mirarla

- ¿Y qué es? - quería saber




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