Traición fraternal

- ¿Dónde está? - fue lo primero que preguntó

- Está durmiendo en su habitación, Felicíe está con ella - respondió Tessa, quien les había dado aviso

Sin esperar más, corrió hacia donde estaba Colette y al verla sintió que su alma volvía a él. No recordaba haber sentido tanto miedo en su vida y le alegraba saber que nada le había pasado. O al menos eso pensó, hasta que vio las pequeñas marcas que tenía.

- ¿Quién le hizo eso? - preguntó con rabia

- Un tipo la golpeó por que le quiso robar la cartera - respondió Felicíe llorando

- ¡¿Cómo es posible eso?! Ella no roba - cuestiono desesperado

- No lo sé, fue Maia quien me dijo, ella la encontró - le informó

Esas simples palabras lo alarmaron y lo confundieron por igual, no entendía qué hacía Colette con la Cobra si vivían en lugares tan apartados. Maia por su parte quiso aprovechar la distracción de todos para salir, pero fue detenida por la voz de Kader.

- ¡¿Qué rayos le sucedió a Colette?! - la cuestionó

- ¿Felicíe no te lo dijo? - preguntó de vuelta

- Lo hizo, pero no consigo entender qué hacías tú con ella y como es que terminó robando - insistió

- No estaba conmigo, la encontré que es diferente - respondió aún dándole la espalda - y el porqué robo es algo que no sé, eso es algo que le debes preguntar a ella -

- Te le estoy preguntando a ti - empezó a acercarse

- ¡Yo no tengo...! - el dolor no la dejó alzar más la voz - no lo sé Kader -

A él no le pasó desapercibido su extraño comportamiento, sabía por experiencia que Maia era de las que daban la cara y no se dejaba cuestionar por nadie. Pero esta vez no era así, hablaba con tono bajo y sin siquiera mirarlo. Algo dentro de él le decía le estaba ocultando algo y quería saber que era. Solo que la forma en la que quiso averiguarlo no fue la correcta. Todas las emociones que tenía en ese momento lo llevaron a tomarla del brazo con demasiada fuerza y la giró con brusquedad. Su acto hizo que Maia soltará un grito de dolor mientras se tambaleaba para no caerse.

- La lastimas - le reclamó León, quien se acercó para separarlos

- No está bien, no me hizo nada - intentó calmarlos

- ¿Qué te sucede? - le preguntó Kader

- Nada - mintió, y él lo sabía

Fue por eso que volvió a acercarse, esta vez con mayor cuidado y sin que ella pudiera evitarlo, le descubrió la cara. Maia intentó ocultar su rostro, pero era demasiado tarde, ya todos habían visto lo que pasaba y más de uno se asustó al verla. Claro que eso era normal, el lado izquierdo de su rostro estaba hinchado y completamente rojo, su ojo celeste tenía un fuerte derrame, de su nariz corría sangre al igual que de su labio, ya que estaba roto y en su mejilla se encontraban al menos tres cortadas profundas. En su brazo y antebrazo también había cortadas, ya que en un intento de cubrirse este había sido golpeado. Se veía fatal y se sentía peor, pero era normal, la había golpeado con la hebilla de su cinturón.

- ¿Quien lo hizo? - preguntó con un nudo en la garganta

- El mismo que lastimó a Colette - respondió apenas - pero estoy bien... -

Hubiera dicho más pero el dolor era más fuerte que ella, por lo que terminó cediendo. Casi caía al suelo si no fuera porque Kader la sostuvo a tiempo, segundos después la levantó en brazos para luego llevarla a su habitación. Ahí todos buscaron la manera de curarla, ya que insistía en no ir al hospital para no llamar más la atención. Pasaron varias horas en las que lograron detener las hemorragias y curar las heridas, mientras que ella se veía obligada a contar todo lo que había pasado.

- Esto no se va a quedar así - espetó Carlo - ese desgraciado pagará por lo que les hizo -

Todos estuvieron de acuerdo con él, excepto Maia.

- No intenten hacerle nada - ordenó - es un hombre muy peligroso y no dudará en hacerles daño si se meten con él -

- Pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados, mira como te dejó - razonó Ethan

- Ya yo me encargaré de eso, pero por favor no hagan nada o pondrán en riesgo a todos - les suplicó

No les agradaba la idea, pero estaba claro que tenía razón y ellos no se podían dar el lujo de arriesgar a todo el Clan. Aunque eso no significaba que no le fueran a dar un escarmiento cuando fuera oportuno.

Cuando Maia por fin se sintió bien pidió volver a casa, esta de mas decir que Kader no quería que se fuera en ese estado. Pero ella sabía que si no aparecía los problemas aumentarían.

- Mañana vendré a verte - le dijo cuando aparcó fuera de su casa

- No es necesario... -

- Claro que lo es - la interrumpió - eres mi novia y debo cuidarte -

Ambos sonrieron con complicidad sabiendo que eso era más en serio que en broma. Cuando el silencio se hizo demasiado largo no les quedó de otra más que despedirse, aunque en el fondo ninguno quería separarse. Cuando la vio entrar a casa Kader retomó su camino y León vio que era el momento de hablar. Se había ofrecido a acompañarlos con la burda excusa de que él tenía el título de chaperon, aunque la verdad es que tenía algo importante que tratar con Kader y debía ser a solas.

- ¿Qué piensas hacer ahora? - preguntó - ambos sabemos que Colette jamás robaría. Es la regla, ningún niño puede ser parte de un robo hasta que haya cumplido la mayoría de edad -

- Lo sé, por eso no entiendo porque lo hizo - le dio la razón

- No creo que lo haya hecho por decisión propia - comentó León - algo, o mejor dicho alguien, la debió impulsar a hacerlo -

- ¿Pero quién lo haría? Y más importante que eso ¿Porque? - cuestionó inquieto - además, ¿Como logró convencerla? Si Colette es por más obediente, jamás haría algo que afecte al Clan -

- Pero no deja de ser una niña, que además de ser inocente heredó el espíritu de sacrificio que tanto distinguía a Guillian - razonó León - lo que más me preocupa es lo que tenga que ver la Cobra en todo esto -

- ¿A qué te refieres? - empezaba a preocuparse - no estarás pensando que Maia planeo esto, verdad. ¿Por qué lo haría? -