Asalto al Corazón

Nueva guerra

En el despacho se encontraba toda la familia, además de Damien Chevalier. Había sido llamado personalmente por Scott para pedir disculpas por el desagradable comportamiento de su hija. Pero como era de esperarse Damien solo daría su perdón a quien se lo implorara. Por eso ahora estaba frente a Maia con una sonrisa burlona y desagradable, esperando humillarla de la peor forma posible.

- Cariño, el joven Damien a venido hasta aquí para oír tus disculpas - le comentó su madre con hipocresía

- Hermanita no seas tan orgullosa y discúlpate - le sugirió su hermana

- Vamos hija, sabes que hiciste mal - insistió su padre

Eso era lo que toda su familia le decía, pero no importaba cuanto insistieran, ella no era capaz de doblegarse ante ese hombre. Sabía que no tenía culpa alguna y disculparse con su agresor solo la rebajaria a un nivel del que sabía no la dejarían salir.

- Parece que tu hija no se ha dado cuenta de su error - gruñón Damien - Supongo que tendré que hacerla entender a mi manera -

Con desprecio arrojó una pila de papeles en el escritorio. Al revisarlos se dieron cuenta que se trataba de pruebas en contra de toda la familia para culparlos de lavado de dinero, extorsión, sobornos, tratos con la mafia y decenas de otros delitos. Cabe decir que no todo era falso.

- Pronto recibirán la visita de las autoridades - dijo dándose la vuelta

Todos miraron a Maia, no con ruego, sino que con odió y reproche. No necesitaban usar palabras para hacerle saber que debía disculparse, o la vida de todos estaba arruinada. Maia no estaba implicada en nada de eso, pero entendía lo desgraciado que podía ser ese hombre y no dudaba en que la haría pagar por su error. Suspiró, respiró y se mentalizó.

- Lo siento - dijo entre dientes - perdón por haberte golpeado -

- ¿Solo por eso? - preguntó escéptico

Estaba mal si creía que Maia se disculpara por haber defendido a Colette.

- También por lo que te dije y por la vergüenza que te hice pasar - busco modificarlo

- No me convences, tendrás que hacer más para que te crea - y él sabía que podía hacer - sabes, tus malas acciones hicieron que se ensuciaran mis zapatos creo que al menos deberías limpiarlos -

- ¿De qué estás hablando? - por primera vez desde que entró ahí alzó la mirada

- Ponte de rodillas y lame mis zapatos - ordenó con suficiencia

Maia no estaba dispuesta a hacer eso, ella era una Paris, no podía rebajarse de esa manera. Pero al ver las miradas inquisitivas de todos supo que no tenía opción. Odiaba la idea de ser humillada a ese nivel, pero era su familia quienes prácticamente la estaban obligando a ello. Cerró los ojos con fuerza y empezó a inclinarse, pero una voz externa la detuvo.

- Ninguna mujer merece arrodillarse ante un hombre - Kader llegó a ella tomando su mano - es el hombre quien debería estar a sus pies -

- ¿Quién eres tú para entrometerte de esa manera? - espetó Damien

- Soy su novio - respondió seguro - y al parecer el único que está de su lado -

Eso último lo dijo mirando a todos los presentes con claro desagrado. Luego sus ojos dieron con Maia y le ofreció una sonrisa compasiva.

- ¿Fue él quien las golpeó? - ella asintió en respuesta

En ese momento Kader sintió que la rabia invadió todo su cuerpo. No pensó, solo actuó. De un segundo a otro sacó su arma de la espalda y disparó dos veces hacia Damien. Una bala dio en su pierna y la otra en su hombro. Con seguridad se acercó y apuntó a su cabeza, estaba dispuesto a disparar cuando Maia se posó frente a él y empujó el arma hacía arriba, haciendo que la bala golpeara el techo.

- No vale la pena que cargues con su muerte en tu conciencia - le recordó lo que hablaron cuando se conocieron

Eso lo hizo reaccionar, por lo que poco a poco bajó el arma, ese fue su error. Pues apenas estuvo desarmado Bastian no dudo en atacarlo, cuando se dio cuenta ya estaban en el suelo forcejeando.

- ¡Llamen a seguridad! - ordenó Scott

Sus hombres no tardaron en llegar y separar al par de hombres que seguían peleando, mientras que otros se llevaban a Damien al hospital.

- Llévenselo de aquí - demandó señalando a Kader - ya saben que hacer con él -

Eso puso en alerta a Maia, estaba consciente de lo que su padre era capaz de hacer con aquellos que estorbaran en su camino. Y estaba claro que Kader era un estorbo al que estaba dispuesto a eliminar.

- Papá, no por favor, no le hagas nada - le regó con temor

- Ese hombre es un asesino y merece morir - sentencia - así que no te entrometas que te estoy haciendo un favor -

- No papá él no es malo solo quería defenderme - insistió

- Tú no necesitabas que se te defendiera - terceo su madre - Damien no te estaba pidiendo nada malo, solo quería que te disculparas como era debido ¿Que tan difícil era hacer eso? No puedo creer que seas tan orgullosa como para no aceptar las consecuencias de tus propios errores -

- ¡Yo no hice nada malo! - gritó ya desesperada - ¿Desde cuándo es malo defender a una niña indefensa? Es cuestión de humanidad -

- ¿Y de que te ha servido tu dichosa humanidad? - le cuestionó su hermana - mira lo que has hecho, por tu culpa nuestro apellido está en todos los medios, muchos de los negocios más importantes que tenemos están casi arruinados y ahora un psicópata le disparó a Damien ¿Tienes idea de cuánto nos puede afectar eso? -

- Si lo sé - la enfrentó - pero no esperes que me arrepienta, sé que no hice mal y no pienso disculparme ni con él y tampoco con ustedes -

Dicho eso salió corriendo tras los hombres que llevaban a Kader a rastras. Intentó detenerlos, pero fue Bastian quien la detuvo a ella.

- Basta Maia, entiende que ese hombre no vale la pena - intento controlarla - deja que tu padre se encargue de él -

- ¡No, tú entiendes que él es mil veces mejor que tú y que cualquier otro hombre de esta tierra! - espetó mientras se zafaba de su agarre - tú nunca serás como él Bastian -




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