Ya habían pasado varias semanas desde aquel suceso que casi termina con la vida de Kader. Por suerte las cosas ya habían empezado a calmarse, y todo gracias a Michael, la periodista que siempre estaba tras los pasos de Maia. A diferencia de sus compañeros ella no buscó adornar la verdad diciendo que Damien había intentado defenderse de un atentado que pudo acabar con su vida y en lo cual Maia había estado involucrada. En cambio Michael mostró un video que ella misma había tomado, mostrando a la pequeña Colette tratando de tomar la cartera del modelo y que al ser descubierta fue perseguida por él y sus compañeros. También mostró pruebas contundentes de la defensa de Maia hacia la niña y como a causa de ello también terminó golpeada.
A partir de ese descubrimiento los medios empezaron a atacar a la familia Chevalier sin compasión, mientras que a Maia la habían puesto en un altar por su heroico actuar. Por ello Damien se vio obligado a dejar el país mientras el bullicio se calmaba. Eso permitió que la familia Paris pudiera respirar tranquila, principalmente porque así sus negocios sucios no saldrían a la luz. Por otro lado Maia también estaba tranquila con lo sucedido, ya que eso eliminaba temporalmente al enemigo. Aunque seguía un poco desconcertada por el hecho de que la periodista la defendiera sabiendo la mala relación que llevaban.
En lo concerniente a su familia, solo podía decir que la tenían como perro castigado. Había estado más de 3 semanas enclaustrada en su habitación por orden de su padre y aunque ahora ya podía salir de ella, su madre le había prohibido salir de casa hasta que su rostro perdiera toda cicatriz y así no avergonzara más a la familia. Razón por la que ahora se encontraba metida en la biblioteca desde el amanecer. Era curioso que a pesar de lo que vio meses atrás en esa habitación no se sentía incómoda, aunque no sabía a qué podía atribuirle eso y sinceramente no le importaba.
Simplemente le daba igual lo que su hermana y su cuñado hubieran hecho ahí adentro. Y es que después de la forma en la que sus padres y hermana la trataron, y de la discusión que había tenido con Bastian, había dejado de sentirse parte de esa familia. Ya no le importaba lo que ninguno de ellos hicieran, fuera bueno o malo, mientras no se metieran con ella o con el Clan. Del único del que estaba más al pendiente era de Bastian, por un lado porque no dejaba de buscarla solo dios sabe para qué y por otro que ella no hacía más que escabullirse cada que lo veía. Sinceramente no entendía qué pasaba con ella, un par de meses atrás soñaba con llamar la atención de su cuñado en todo momento, y ahora que por fin la tenía ya no sabía ni cómo deshacerse de él. No sabía cuáles eran sus sentimientos ahora, tampoco a qué se debía el cambio, pero de lo que sí estaba segura es que ya nada era igual en su corazón.
De momento su concentración fue interrumpida al ser abierta la puerta. Cuando miró en esa dirección vio a Bastian caminando hacia ella. Por fin había logrado hallarla dónde no pudiera huir, y sin una excusa lógica para evitarlo. Eso la incómodo de inmediato, ya que desde ese día estaba furiosa con él y como no estarlo, si por su culpa sus padres la obligaron a terminar su relación con Kader. Claro que ella sólo aceptó con la condición de que lo dejarán en paz, sabía que no lo harían del todo, pero al menos tardarían más en dar con ellos en un intento de ser discretos. Además que ella tampoco estaba dispuesta a cumplir con su palabra, por fin había encontrado a personas que en verdad la quería y ni su propia familia la obligaría a separarse de ellos.
Todo eso llevó a que Maia no le haya vuelto a dirigir la palabra a Bastian, algo que lo tenía considerablemente molesto y perturbado. Por eso ahora se encontraba interrumpiendo su paz, en un intento de poder arreglar las cosas y dejara de ignorarlo. Claro que Maia no estaba dispuesta a eso, por lo que apenas lo vio se puso de pie y buscó salir de la biblioteca evitándolo en el proceso. Estaba por cruzar la puerta cuando Bastian la detuvo tomándola del brazo.
- No te parece que ya estás grandecita como para aplicamerme la ley de hielo ¿Cuando vas a dejar ese estúpido juego de querer ignorarme? - cuestionó con desesperación
- Cuando dejes de comportarte como un maldito cobarde que solo sabe entrometerse en mi vida - espetó de vuelta
- Por favor, no te pongas así ¡Yo no hice nada! - exclamó
- ¡Ese es el problema Bastian, tú nunca haces nada! - se soltó de su agarre - siempre actúas entre las sombras, te envalentonas cuando ves a alguien mejor que tú, pero te acobardas cuando otro necesita de tu ayuda. Estuviste ahí cuando maltrataba a esa niña y ni siquiera te dignaste a intervenir, me viste ser golpeada y amenazada por Damien y no hiciste nada, dejaste que mi padre me maltratara e incluso que me culparan por salir contigo, cuando fuiste tú quien inició eso y cuando vino Damien simplemente te quedaste callado, no te importó que me humillaran de la peor manera -
Mientras hablaba no pudo controlar su enojo, por lo que empujaba con cada razón que le daba.
- ¡A pero entonces llega un hombre de verdad a defenderme y entonces si actúas! - le gritó con rencor - atacaste a Kader solo por dar la cara por mi, dejaste que los matones de papá se lo llevarán y lo convenciste de que me obligara a alejarme de él -
- ¿Y qué esperabas que hiciera? ¡Ese psicópata le disparó, casi lo mata! - argumentó
- ¡Claro que le disparó, Damien había golpeado y humillado a su novia! - mintió en eso último - a diferencia tuya él no se iba a quedar de brazos cruzados y como bien dijo, él era el único que estaba de mi lado. Además no me vengas con que te querías hacer el héroe, por que no es así, ambos sabemos que solo aprovéchate la situación para dañarlo y separarme de él. Y todo por esa enemistad que tienes con él -
En el fondo ella sabía que eso era culpa suya, pues así lo había planeado. Pero no pensaba decírselo.