Asalto al Corazón

Alianzas

Este hombre, es tu futuro esposo…

Esas palabras no dejaban de retumbar en la mente de Maia y podía sentir como todo a su alrededor se derrumbaba de a poco.

- No, eso no es verdad - negó vez tras vez - ¡¡No no, me niego, no lo quiero y no lo haré!! -

Todo se quedó en silencio ante sus palabras, al decirlo en francés los árabes no habían entendido lo que dijo, pero bastaba con ver su expresión para saber que no le había gustado la noticia.

- Discúlpenme un momento - habló el señor Scott en inglés - tengo algo que hablar con mi hija en privado -

Dicho eso, se la llevó consigo a la habitación de la joven. Apenas estuvieron fuera de la vista de los invitados su padre la tomó del cabello con fuerza y la jaló hasta su cuarto. Cuando llegaron la empujó hacia adelante haciéndola caer al piso y cerró de un portazo.

- ¡¡¿Qué rayos pasa contigo, cómo te atreves a llevarme la contraria?!! - le gritó iracundo - ¡¿Tienes idea de lo que puedo ser capaz si alguien me desobedece?! -

- Claro que lo sé - lo confrontó - me quedó claro cuando supe que habías mandado a matar a tu amante, mi madre -

Scott se sorprendió al ver que su hija sabía la verdad. Y aunque sabía que eso no le convenía fingió que no le importaba.

- Así que ya lo sabes - se burló de ella - con mayor razón deberías procurar obedecerme, de lo contrario… -

- ¡¿De lo contrario que?! - lo interrumpió - me matarás como lo hiciste con ella -

- Claro que no hijita - se inclinó para acariciar su cabello con lascivia - jamás atentaría contra tu vida, me sirves más estando con vida. Pero no puedo decir lo mismo de esa banda de ladrones que tienes por amigos -

Maia sintió el pánico recorrer su cuerpo al oírlo hablar del Clan, pero al igual que él fingió desinterés.

- No sé de qué me estás hablando - mintió

- ¿Ah no? Veamos si esto te refresca la memoria - de su pantalón sacó su celular, y después de buscar algo se lo arrojó

En el Maia pudo ver decenas de fotos y datos acerca del Clan, todos se encontraban allí y ella con ellos. Incluso se encontró con fotos donde ella y Kader hacían el amor en el bosque unas horas atrás. Ver eso la llenó de asco al saber que la gente de su padre la habían estado acosando incluso en ese momento tan íntimo.

- ¿Seguirás aparentando demencia? - le preguntó arrebatándole el teléfono

- ¿Qué es lo que quieres? - le preguntó aún sorprendida

- ¿No es obvio cariño? Quiero que te cases con ese árabe y te largues de aquí - demandó

- ¿Tanto ambicionas la herencia del abuelo que prefieres vender a tu propia hija con tal de quedarte con todo? - cuestionó indignada

- Oh sí, por supuesto - aceptó con descaro - y si a eso le agregamos los buenos negocios que obtendré con tu esposo y sus colegas en oriente. Sin duda es una oferta imposible de rechazar -

- ¡¿Cómo puedes hablar así?! Soy tu hija maldita sea - le recriminó - no puedes venderme como si fuera un animal. No lo voy a permitir -

- ¡Escucha bien lo que te voy a decir estúpida! - la tomó del cuello levantándola del piso - ¡No voy a permitir que arruines mis planes por tus patéticas actuaciones de superhéroe! Vas a hacer lo que te digo o mataré a tus amigos, empezando por esos estúpidos niños y terminaré con tu patético noviecito -

- No te atrevas atrevas tocarlos - le rogó

- Entonces sabrás acatar mis reglas y mantendrás la boquita bien cerrada - le exigió para luego arrojarla a la cama - deberías estar agradecida de que les estoy dando una última oportunidad de salvarse -

Con una mirada lasciva se subió sobre ella y sujetó sus brazos por encima de su cabeza. Maia forcejeó con él pero al sentir una navaja sobre su cuello se quedó estática.

- No sabes la rabia que me dio verte revolcandote con ese desgraciado - le habló con deseo - te pareces tanto a tu madre que no sabes cuantas veces me he contenido por hacerte mía. Así que será mejor que te comportes y sigas todo al pie de la letra, o te haré ocupar el lugar de la zorra de tu madre -

Dicho eso pasó su lengua por la mejilla de Maia, y después de una risa gruesa y despiadada, salió de la habitación.

- No puedo creer que siendo tu padre te haga esto - se quejó Michelle después de escuchar su historia - te vende a un hombre mayor, te amenaza de muerte, te maltrata, e incluso te acosa sexualmente ¡Eres su sangre! -

- Está bien, desde hace mucho dejó de sorprenderme, y mucho menos me importa - le restó importancia - te conté esto no para que me tuvieras lástima, sino para que entendieras el porqué de mis actos. Si no me caso está tarde Kader, Felicie, Colette y todo el Clan lo van a pagar con su vida y eso es algo que no pienso permitir -

- Te estás sacrificando por ellos - razonó - nunca creí que fueras capaz de algo así, al parecer cambiaste más de lo que imaginé. Pero aún así no estoy de acuerdo con tu decisión ¿Que te asegura que no los matarán apenas salgas del país? -

- Es probable que así sea, por eso necesito tu ayuda - poniéndose de pie se acercó al espejo, y después de sacarlo de su marco, despegó un folder que se encontraba oculto - necesito que busques a Kader lo más pronto posible y le entregues esto. Son todos los papeles que necesitan para poder salir del país con nuevas identidades, trabajos establecidos y un hogar adecuado. También hay becas completas para los niños hasta que lleguen a la universidad y una cuenta bancaria para cada miembro del Clan -




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