- ¿Qué pasó? - Tessa fue la primera en acercarse - ¿Cómo están ellas? -
- ¿Salió todo bien, que te dijo el médico? - insistió León
- ¡Por dios Kader, di algo que nos estás matando de los nervios! - le gritó Bastian, haciéndolo reaccionar
- Los FireFriend tienen una nueva integrante - les respondió casi susurrando - mide 45 centímetros con 8 milímetros, pesa 2 kilos 300 gramos, es una niña y se llama Felihan -
Al decir eso algo en él se activó y una fuerza interna lo motivó a gritar la buena nueva a los cuatro vientos. Y literalmente lo hizo, corrió hasta el mostrador, subió a éste de un brinco y les hizo saber a todos los presentes la nueva razón de su existencia.
- ¡¡¡Los FireFriend tienen una nueva integrante!!! - alardeó elevando los brazos - ¡¡¡Mide 45 centímetros con 8 milímetros, pesa 2 kilos 300 gramos, es una niña y se llama Felihan!!! -
Muchos aplaudieron acompañando su alegría, otros se rieron por su loca reaccionar, hubo quienes se quejaron por sus gritos y el personal médico buscó bajarlo del mostrador. Al final lograron calmarlo. Los chicos lo llenaron de felicitaciones, abrazos y bromas, no fue hasta que lo llamaron para ver a su esposa en la habitación que lo dejaron tranquilo. El teoría, porque sin importarles las reglas del hospital todos entraron a la habitación para ver a la nueva mamá.
- ¡Ay Dios Cobra, te ves terrible! - expresó Tessa apenas la vio
- Gracias amiga, eso era lo que necesitaba oír - le dijo con sarcasmo
- No le hagas caso a esta loca, le faltó oxigenación al nacer y por eso dice incoherencias - espetó Ethan - y a todo esto ¿Dónde está la cría? -
- ¡No hables de ella como si se tratara de un becerro! - le reclamó Bastian - es la hija de tus jefes, que no se te olvide -
- ¿Y entonces cómo debo decirle? - cuestionó - ¿Su excelencia, divina majestad, o tal vez honorable santidad? -
- Déjate de tonterías, es una bebé no una deidad - lo regañó su esposa - basta con que la llames por su nombre -
Así continuaron discutiendo, riendo y jugando como si fueran un grupo de adolescentes. Maia y Kader solo los miraban entre rosas sin tener ánimos de intervenir, estaban demasiado cansados como para ponerlos a todos en su lugar. Pero eso cambió cuando una enfermera atravesó la puerta con un pequeño bulto rosado entre sus brazos. Decir que el Clan casi la aplasta por la emoción de querer ver a la niña era poco, parecían una estampida de elefantes corriendo sobre un pequeño ratoncito.
- Si ninguno de ustedes es el padre o la madre de la bebé les voy a pedir que se retiren - habló la joven enfermera buscando no sonar temerosa
- Y yo te voy a pedir que si quieres seguir con vida no te metas con nosotros y nos dejes hacer lo que queramos - le advirtió Elliot mostrando ligeramente el arma que se ocultaba bajo su sudadera
La pobre chica perdió todos los colores del rostro ante la amenaza, y si no fuera porque Kader intervino, la pobre bien se pudo haber desmayado.
- Ya déjala en paz y guarda eso que aquí no es tiro al blanco - le ordenó, para luego hablar a la enfermera - no te preocupes niña, perro que ladra no muerde -
- ¿Me acabas de llamar perro? - cuestionó Elliot, pero fue ignorado por su líder
- Además, aquí entre nos, esa es su forma de llamar la atención de las chicas - dijo en son de burla - digamos que es medio bruto para coquetear con la chica que le gusta. El pobre se pone nervioso -
Ante su comentario todos empezaron a reír, no solo para hacerle bulla a su amigo, sino porque en realidad era cierto. En cuanto a Elliot optó por salir de ahí, aunque fue detenido Maël, quien lo jaló del cuello de la sudadera. Todo eso hizo que la joven enfermera se sonrojara.
- Aquí tienen a su bebé - puso a la pequeña en brazos de su madre - es un niña muy sana, felicidades -
Todos dieron las gracias ante sus palabras y prestaron toda su atención en la recién nacida. Todos menos Elliot, quien le guiñaba un ojo a la linda enfermera y le mandaba besos volados. Aunque el resultado fue que la chica le mostrara la mano izquierda donde posaba un delicado anillo de compromiso, a la vez que le sacaba la lengua con gracia.
- Huy que pena, creo que alguien se te adelantó - Jade se burló de él
Ante su comentario el chico solo alzó los hombros como si no le importara, aunque en el fondo sintió su estómago retorcerse al saber que la dulce enfermera ya tenía dueño.
Dejando sus celos de lado, todos se centraron en la nueva integrante de la familia. Tenía una carita redondeada y pequeña, aunque su piel aún se mostraba ligeramente rosada, se podía distinguir el tono acaramelado que esta tenía. De su pequeña cabecita resplandecían un par de mechones de cabello castaño, que ante el reflejo de la luz parecía más bien rojizo. Y sus ojos, bastó con abrirlos levemente para que el tono celeste que tenían maravillara a todos.
- Es hermosa - susurró Maia embelesada
- Tanto que no parece real - concordó Kader - tengo miedo de que despertaré en cualquier momento en aquella celda dónde te conocí y me de cuenta de que todo fue un sueño -
- Tranquilo Caramelo, nada de eso pasará - intentó calmarlo - fue difícil, pero lo logramos -
- Estamos juntos - entrelazó sus manos
- Tenemos una hermosa familia - miró a su pequeña hija
- Y amigos extraordinarios - señaló a los chicos - además ya no eres solo un ladrón solitario -
- En eso te equivocas - la rectificó - siempre seré el mejor de los ladrones. El que buscando robarte la cartera logró arrebatarte el corazón. El mismo que estaré gustoso de asaltar cada día de mi vida para que siempre me pertenezca -
- Y yo estaré feliz de entregártelo siempre - se recostó en su hombro mirándolo hacia arriba - mi Caramelo amargo, que endulza cada uno de mis días -
°°°FIN°°°
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