Asesinando a los pretendientes

4

 

 

*Toc* *Toc* Con golpes que no podían llamarse ni suaves ni violentos hacia la puerta hecha de madera, el asesino esperó una respuesta del otro lado. No tardó mucho, pues una dulce y melodiosa voz se pudo escuchar desde lejos, así como el sonido de unos pasos.

—¡Ya voooy!

La puerta se abrió y el asesino solo pudo imaginar un mundo totalmente diferente al otro lado de la puerta. Como si fuera un hada, o algún tipo de divino ser que le hacía pensar que cada sonido de paso provenía de otro lugar, como si una Ninfa estuviese chapoteando por sobre el agua antes de recibirlo con una sonrisa.

—¡Realmente llegaste! Me sorprendiste cuando dijiste que vendrías. —incluso ignorando el hecho de nunca haberle dado su dirección exacta, Ela lo recibió con una sonrisa y algo de sorpresa.

Esto trajo a la realidad al asesino.

...No, saca esas ideas.

Quizás fue un solo segundo, o tal vez fueron varios minutos. No lo sintió como algo particularmente lago, sin embargo. El asesino quitó las ideas extrañas de su pensamiento y saludó a su vieja amiga como se hubiesen seguido viendo desde siempre.

—Te dije que vendría.

—Sí, pero es una sorpresa. ¿Como fue tu viaje? ¿Te divertiste?

No ha cambiado nada, el asesino pensó. Su corazón, que hasta el momento tenía un sentimiento frio, ahora se calentaba poco a poco.

—Lo mismo de siempre, huh... Sí, me divertí.

Su mundo se llenó de color una vez más.

.

.

—¿Fue agotador su viaje?

—No, no me fui muy lejos.

Justo ahora estaba en la casa de Ela, quien le hablaba desde la cocina que compartía con la sala de estar. Ella le servía una tasa de té mientras que él se sentaba en un mueble cercano.

Era la primera vez que entraba a esta casa, sin embargo, conocía bien la zona. Antes de pasarse por aquí, tuvo que recorrer unas cuantas veces las calles y tratar de memorizar diferentes rutas. Poder descansar después de semejante trabajo era siempre bienvenido.

—Aquí tienes.

—Sí, gracias.

Ela regresó con dos tasas y se sentó al lado del asesino. Ninguno de los dos se sentía incómodo por el otro; su cercanía incluso después de un tiempo era muestra de que ambos eran casi como familia.

Ahora que lo pienso... ¿no fue muy fácil entrar?, él se dio cuenta. Pudo pasar de la puerta sin realmente ningún problema. Ela probablemente no pensaba que él realmente vendría, y eso significaba que pudo haber bajado la guardia en frente de cualquier persona.

Realmente, ella no tiene sentido del peligro, aguantando un suspiro, bebió el té que se le fue entregado. Su cuerpo finalmente se relajó.

Oh, no, no es momento de relajarse. Ella podría estar en algún tipo de peligro.

—¿Cómo has estado? Después de eso... —decidió tocar ese tema. Sabía que era algo difícil hablar y más empezar por eso, sin embargo, tenía que saber lo que había sucedido durante su viaje. Visitarla y hablar de cerca era la mejor manera que tenía.

—¿Realmente empezarás por eso? —Ela suspiró, un poco exasperada, pero después de tomarse unos segundos, respondió: —...Me enteré cuando unos oficiales vinieron a mi casa. La zona en donde lo encontraron era peligrosa y dijeron que pudo haber sido un asalto.

—Ya veo. Esta ciudad es realmente asquerosa. Tu también debes tener más cuidado por donde caminas.—trató de no decir algo que la podría lastimar emocionalmente, sin embargo, eso le resultó algo difícil. 

—Sí...

Era ese tipo de tragedia que él estaba hacer parecer. Le tranquilizó que su pequeño plan haya salido relativamente bien. Aunque, a pesar de eso, era consciente de que cierto número de gente les habían visto a ambos.

Tengo que tener más cuidado. Si Ela se enterase. ¿Qué en todo el mundo podría hacer después...?

Tuvo suerte de que en realidad esta ciudad en realidad fuese peligrosa. En las noticias ver asaltos o tiroteos en las calles más bajas no era nada raro de ver. Por eso eligió una de esas calles para cometer su crimen. Después de todo, probablemente otro crimen taparía al suyo y le dejaría a la policía enlazándolo con algo más. 

Ignorando los pensamientos del asesino, Ela continuó hablando.

—Cuando le conté a mi tía, ella solo dijo "Bien por ti, te quitaste de encima a ese parásito". Parece que solo se estaba burlando de mí.

Su tía debe estar feliz, supongo.

—¿Dónde está ella?

—Regresó ayer, pero, tomó una ducha y se fue nuevamente. Ni siquiera comió la cena que hice. Oh, cierto, tengo algo de eso ¿Quieres un poco?

—Si no es molestia.

Dicho eso, Ela se levantó y volvió a la cocina. Sus movimientos, tan vívidos, la hacían ver como alguna diosa de los juegos que era extremadamente hábil con las manos. Casi pudo escuchar un tarareo viniendo de sus suaves labios.

Mientras tanto, el asesino comenzó a mirar a su alrededor.

El lugar donde vivía Ela era una zona residencial, una de las muchas que había fuera de los centros de la ciudad. Sin embargo, le tomó alrededor de unas hora y media venir aquí en el tren público. La distancia entre sus hogares para el asesino era preocupante.

Además, está ella: su tía.

Solo la conoció dos veces, sin embargo, e incluso en su primera vez, logró ver un poco de la verdadera naturaleza de esa persona.

"Tu debes ser el mocoso molesto que revolotea alrededor de Eleanor" fueron las primeras palabras que ella le dijo al conocerlo, poco después del divorcio de los padres de Ela y de que se decidiera que sería su tía quien la cuidase.

Aquella persona era una que se podría llamar "gente venenosa". No por ser tóxicos, sino por no tener reparos en expresar insultos o sus más y groseros pensamientos.

Si lo viera aquí, probablemente diría algo como: "Parece que aquella mosca finalmente vino a revolotear en la basura".



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En el texto hay: asesinato y un asesino suelto

Editado: 06.02.2023

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