Asesino de Fantasía

CHP 3

 

 

Corrí hacia el antro y traté de encontrar a Cezy y Julio, pero no los vi por ningún lado, supuse que estarían bien, agradecía a los dioses haberme quedado con las llaves del auto.

Me monté en él y lo encendí rápidamente, manejé rápido hacia mi casa tratando de no matarme en el intento. Cuando llegue estacione en la cochera y entre a la casa corriendo.

Mis padres no están por que se fueron a una cena de negocios así que no importa si hago ruido o si tiro mis tacones en la sala, subo a mi habitación y cuando entro veo a Theo ensangrentado.

—Tardaste —Jadea y cae al suelo de rodillas.

—¡Que te paso! ¿Se supone que tienes habilidades sobrehumanas, porque estas tan débil? —Me acerco a él y lo ayudo a pararse.

—Cierra la boca, tu voz me fastidia —Dice mientras lo acuesto en mi cama. Lo ignoro y continuó hablando.

—¿Que paso con el monstruo, pudiste con él? —Voy al baño por el botiquín de emergencia, lo encuentro en las gavetas de arriba, lo tomo y regreso con él.

—Me gustaría decir que acabé con el pero no es así —Saco una gasas, alcohol y algodón, lo paso por la herida en su abdomen mientras el mira atento lo que hago. —¿Dónde está el libro?

—¿Aun te interesa el libro estando así? —Bufo—. Eres increíble

—No sabes nada, no sabes por qué estoy en tu mundo o por que los monstruos te están atacando

—¡Tal vez si me explicaras sería mucho más fácil! ¡¿No crees?! —Termino de limpiar su herida del abdomen y lo vendo. —Siéntate.

El hace caso y se sienta quedando su rostro muy cerca del mío, me sonrojo por la cercanía y evito su mirada. Empiezo a curar las heridas de su rostro y él no me quita la mirada de encima.

—Entonces? ¿Por qué no lo mataste? Digo, eres Theo —Rio.

—Mientras luchaba con el monstruo me di cuenta que estaban bajo la influencia de magia negra

—¿Como es posible? En este mundo no existe la magia —Frunzo el ceño, las brujas existen pero no creo que haya sido una.

—Si no es eso entonces no fui el único que escapó del libro —Su mirada se pierde en la estantería de libros, no sé cuánto tiempo pasa pero termino de curar su rostro.

—Listo, terminé —Él se levanta sin mirarme y se acomoda la ropa.

—¡Gracias! —Sarcasmo- El voltea a mirarme y sonríe con altivez

—De nada —Dice, bufo y lo miro mal, recojo lo que usé y noto el algodón lleno de sangre, escucho un sonido sordo, regreso a la habitación y veo a Theo luchando con el mismo monstruo.

—¡El libro, llévate el libro lejos de aquí! —Grita y hago caso, voy por el libro y salgo corriendo de la casa hacia el bosque, corro muy lejos y me detengo cuando creo que estoy lejos, de repente Theo sale disparado de la casa hacia donde estoy destruyendo algunos árboles a su paso.

—¡Te dije que te fueras lejos! —Se levanta como si nada y regresa a pelear con el monstruo que ahora está a unos metros de mí.

Me empiezo a alejar de ellos cuando una onda de sonido me derrumba y caigo al suelo, trato se sostenerte de una roca pero esta filosa y me corto la mano, jadeo del dolor y tomo el libro con la mano llena de sangre.

El libro empieza a brillar de repente y se abre mostrando una hoja en blanco, la sangre en mi mano es absorbida por el libro y algo o alguien se empieza a dibujar en la hoja en blanco.

El dibujo se está haciendo con mi sangre pero eso no es lo raro, lo más raro es que la persona dibujada en el papel soy yo. El libro se cierra y lo tomo, de repente un gruñido suena en todo el bosque, volteo y el monstruo cae del cielo frente a mí, mi cuerpo empieza a temblar y dejo de respirar.

Este se abalanza sobre mí, cierro los ojos y abrazo el libro con fuerza esperando sus garras pero en vez de eso soy acogida por unos fríos brazos, alzo la mirada y veo a Theo con una mano alzada frente al monstruo, de sus manos salen una oscuridad que está consumiendo al monstruo, el iris de sus ojos se ha vuelto dorado y el resto negro.

El monstruo se desintegra frente a mis ojos, Theo me mira aún en sus brazos y dice:

—Acabas de firmar tu sentencia de muerte...

Oh mierda.

 

 

***

 

 

Estoy sentada en la cama de mi habitación pensando en lo que pasó hace unas horas, desde que regresamos del bosque Theo se la ha pasado dando vueltas por todo mi cuarto sin decir ni una sola palabra. Me desespero cuando veo la hora en el reloj de mi mesita de noche.

—¿Puedes parar de dar vueltas como un loco? Vas a terminar haciendo un huevo en el suelo —El deja de dar vueltas y me mira, no se decir si está preocupado, asustado, consternado o furioso.

—¿Sabes la mierda en la que te acabas de meter? ¡No Tracy! ¡No sabes una mierda! —Me apunta con el dedo inquisitivamente.

—Si me contaras por qué mierda esos monstruos me persiguen o como llegaste a este mundo todo sería mucho más fácil y no estaría preguntándote nada en este maldito instante!! —Le grito te este se acerca a paso firme y enojado hacia mí.

—¡¿Quieres respuestas?! —Dice a centímetros de mi rostro —¡Pues bien, te las daré!

—¿Enserio? —Él se aleja y toma la silla del escritorio la pone frente a mí y se sienta.

—Si, pregunta niña —Dice fastidiado. En este momento tengo miles de preguntas para hacerle, como por que tiene tantos tatuajes, porque no tiene ni una sola cicatriz en el cuerpo o por que hizo un pacto con el diablo, pero esas son preguntas para otra ocasión.

—¡Como llegaste a este mundo? —Suelto la primera pregunta.

—No lo sé —Dice y frunzo el ceño por su respuesta.

—¿Como que no lo sabes? —Me levanto molesta de la cama y él también se levanta de la silla.

—¡No lo sé niña! Yo estaba peleando con una criatura de mi mundo y de repente se abrió un portal en el cielo que me succiono hasta acá y aparecí en un basurero

Me siento de golpe en la cama procesando su historia, no tiene sentido alguien tuvo que abrir ese portal

—¿Qué hay de los monstruos? ¿Por qué están en este mundo?

-Supongo que fueron absorbidos por el portal —Alza los hombros con desinterés y empieza a caminar por el bosque mientras ve las fotos en mi pared.

—¿Por qué me persiguen a mí y no a ti? —Me levanto y me acerco a él.

—Ya te lo dije niña, tú tienes el libro, ellos lo quieren ¿por qué? No lo sé, pero no lo pueden tener -Ya me está hartando que me diga niña

—¿Por qué no? —Él se detiene a ver una foto que tengo con Julio y la arranca de la pared.

—¿Es tu novio? —Dice con una sonrisa de altivez

—Eso no te importa, responde la pregunta —Digo y le quito la foto de las manos para ponerla en su lugar

—Patético -Susurra y suelta una risa muy corta para mi gusto. —No sé para qué quieren el libro, pero la persona que los está controlando no lo quiere para cosas precisamente buenas

—Entiendo, ¿qué haremos? Si me quedo con el libro ellos vendrán y tú no estás en condiciones para luchar -Señalo su herida en el abdomen y él se ríe

—¿Esto? —Él se quita la venda mientras me mira divertido, frunzo el ceño con confundida y mi boca forma una O perfecta al ver que la herida ha sanado en tan solo unas horas y no quedo cicatriz

—Que expresión tan sexy, fiera —Me sonrojo por su comentario y él se ríe, tozo y miro el suelo.

—Cierto, había olvidado que eres inmortal

—Inmortal o no ya estamos jodidos, tu sangre se acopló con el libro y no solo eso ahora no te puedes alejar de el jamás

—¡¿Que?! ¡Pero eso se puede quitar! Es solo un dibujo —Digo asustada, eso quiere decir que a todas las criaturas que lograron salir vendrán por mí.

—¡Es sangre niña! Tú y el libro ahora son uno quieras o no —¡¡Maldición!!

—No, no, no, debe haber una forma -Una idea loca pasa por mi cabeza y como alma que se la lleva el diablo voy por el libro.

—¿Que pretendes hacer? —Dice mientras se acerca a mí, abro el libro y busco la página en donde estoy yo.

—Si arranco la hoja ya no estaré aquí y el pacto se anulará.

—¡¡ALTO!! —Él me toma la mano con fuerza y la aleja del papel. —Si arrancas la hoja desparecerás de ambas realidades! El libro es de mi mundo, pero el pacto se hizo en el tuyo, si no quieres borrar todo rastro de ti en ambos mundos mejor no lo hagas.

Suelto el libro asustada y ambos caemos al suelo, el libro cae y se cierra cerca de Theo y yo me aprieto las rodillas al pecho en una esquina.

—Te dije que me dieras el maldito libro cuando podías, esto es tu jodida culpa —Dice y sin más sale del cuarto azotando la puerta.

Estoy re jodida...




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