Asesino de Fantasía

CHP 8

 

 

—Estas más loca de lo que creí Jones...

Si...yo también lo creo...brindarle mi energía conlleva entregarle mi cuerpo, jamás he tenido relaciones con un chico y mucho menos me han tocado, tengo un poco de miedo por lo que pueda pasar, pero estoy segura que Theo es con quien deseo perder mi virginidad.

—Deja de lado tus inventos niña no te voy a tocar, mejor lárgate y déjame solucionar esto a mí —Dice y se da la vuelta dándome la espalda.

—Theo por una vez quiero ser de ayuda para ti, estas muy mal herido y el veneno pronto se expandirá por todo tu cuerpo —Me acerco a él y pongo mi mano en su hombro, el me mira de reojo y toma mi mano.

—Me has ayudado más de lo que crees, pero ya dije que no lo haré -Suelta mi mano y mira la luna - Eres demasiado pura, no quiero corromperte 

¿No quiere corromperme? ¿Y el que se cree una plaga de Egipto o qué? Me pongo en frente de él y hago que me mire.

—Deja de pensar por un momento y has lo que el corazón te diga —Pongo mis manos en su rostro y nos miramos por unos segundos.

—No lo sabes, pero yo perdí este corazón hace mucho tiempo —Susurra —Ya no siento nada...

—Eso es mentira —Me sonríe leve, me acerco a él, nuestras narices rozan, su aliento choca contra mis labios y veo como traga en seco.

—¿Por qué debería mentirte? —Su vista se tambaleaba entre mis labios y mis ojos.

—No lo sé —Susurré, sentí los labios resecos y por puro reflejo me los lamí, eso parece que lo descolocó porque soltó un gruñido de lo más sexy. —¿Sabes qué me dice mi corazón?

—¿Que te dice? —Me acerco más a él y me siento entre sus piernas —Niña...

—Shhh —Pongo mi dedo sobre su labio y me acomodó encima de él, tiene una torre Eiffel entre las piernas que quiere salir de su pantalón. —Hazme tuya...

—Yo no... —No dejo que termine y estampó mis labios sobre los de él, el reacciona de inmediato y me devuelve el beso, posa sus manos en mi cintura y me aprieta hacia él haciendo que suelte un jadeo.

Tomo su cuello y lo atraigo hacia mi boca abriéndome paso entre sus labios, el contacto de su lengua contra la mía me enloquece, su agarre en mi cintura se vuelve más fuerte y en segundos esta encima mío.

—Esto está mal –Susurra pasando su boca por mi cuello robándome un gemido de satisfacción, paso los brazos por encima de su nuca haciendo lo que quise hacer desde que lo vi en el umbral de mi habitación, acaricio su pelo suavemente mientras él me comía el cuello con devoción.

—Theo…—Fue inevitable no gemir cuando empezó a rozar su miembro contra mí, su mirada estaba puesta en mí y la mía en la de él, ninguno de los dos quería apartar la mirada.

-Este es el momento de parar, no quiero hacerte daño –Me soltó con la intención de quitarse de encima de mí, pero entrelace mis piernas en su cintura dejándolo sin salida – Tracy por favor…

—No quiero que te detengas… —Lo miró fijamente a los ojos y lo beso suavemente para que sepa que voy en serio – Quiero ser tuya

La oscuridad se cernió con mayor fuerza a sus orbes. No lo pensó dos veces y estrello su boca contra la mía esta vez con más fuerza, con desespero tomo los bordes de mi blusa y la subió dejándome en sostén, entre besos logro quitarme el sostén, tomo uno con la mano y el otro lo atendió con la boca, arquee la espada por el placer que Theo me hace sentir.

—¿Sabes cuánto tiempo he querido tocarte? —Murmuró cerca de mi oído.

—No. ¿Cuánto tiempo?

—Desde la cabaña. —Volvió a besar mi cuello. Sus labios atacaron los míos de nuevo, así que no pude responder. Pero yo no me quejaba. Podríamos quedarnos aquí y besarnos todo el día por lo que a mí respecta.

—¿Quieres saber la verdad? —Pregunta.

—Sí. —Gimo. Pasa su lengua justo debajo de mi oreja. —Tuve que ducharme antes de poder dormir esa noche.

Mis ojos rodaron hacia atrás y la presión entre mis piernas creció. —¿Enserio?

—En realidad. Estaba pensando en ti.

Mi respiración se hizo más rápida. Sus manos sobre mí, su cuerpo presionando contra el mío y su voz baja en mi oído me estaban volviendo completamente loca.

Me besó de nuevo, profundo y sucio. Nunca me había besado alguien que pudiera hacer tantas cosas con su lengua. Me estaba dejando sin equilibrio, mi cuerpo vibrando con deseo.

—¿Estás mojada por mí, Trayce? —Susurró cerca de mi oído. —¿Puedo averiguarlo?

Estaba segura de que la respuesta a eso era un rotundo sí. Todo lo que pude hacer fue asentir, mis palabras se arremolinaron en un torbellino de lujuria.

Sin avisar me quito el short quedando solo en bragas, se arrodillo frente a mí y me miro unos segundos que para mí se sintieron eternos.  

—Eres hermosa… —Me beso los labios, el cuello y fue bajando hasta mi vientre –¿Puedo? –Asentí con la cabeza, me era imposible hablar en estos momentos, bajo mis bragas lentamente, me beso los pies y fue bajando por mis muslos hasta llegar a mi sexo, paso su lengua lentamente haciendo que me retuerza, sujeta mis caderas con sus manos y su lengua empezó a hacer maravillas.

—Theo…—Su lengua empezó a ir más rápido, apreté su cabeza contra mi buscando más contacto, me arquee llegando al orgasmo, jale su pelo y gemí su nombre en alto. Él se levantó y me beso los labios.

—Eres deliciosa –Se desnudó en un abrir y cerrar de ojos, me miro por completo y se mordió el labio, yo aún seguía en las nubes por los efectos del orgasmo. —Tratare de ir lento —Sostuvo su erección en la mano, masturbándose despacio; unió nuestras frentes y jadeó, tocando mi cara con su aliento.

Presionó la punta de su pene en mi vagina, resbaló gracias a lo húmeda que me encontraba después de aquel primer orgasmo; avanzó un par de centímetros más, me retorcí el dolor y el me beso la mejilla –Tranquila pronto pasara —Se adentró cada vez más en mi interior, se notaba que estaba haciendo un esfuerzo para controlarse.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.