Asesino de Fantasía

CHP 11

 

 

Theo

"Te quiero…" —Dice y cae en un sueño profundo producto del robo de energía. Me quedo mirándola mientras duerme. Es hermosa, a veces puede ser fastidiosa y terca pero no puedo querer, no puedo estar junto a ella y menos en estos momentos, necesito volver a mi mundo pronto.

La cambio con la ropa que tenía puesta hace un rato y la cargo entre mis brazos, llevo el libro y sus cosas junto con ella a su casa. Me tele-transporto a su habitación, dejo sus cosas a un lado y la acuesto en la cama, la acomodó para que no se caiga y la cubro con una sábana.

El gato negro de la vecina se cuela por la ventana, se monta en la cama y se acomoda al lado de Tracy mientras ronronea.

—Cuídala –Le digo al animal, el levanta la cabeza como si entendiera.

—Miau –Tomare eso como un si.

Tomo el libro y me dispongo a irme de una vez por todas, pero ella me toma de la mano, volteo y le agradezco a satanás que aún esté dormida, solo está soñando. Me suelto con cuidado de no despertarla y me desvanezco.

Me transporto a la cueva con el fin de pasar la noche, pero me detengo al ver que los cuerpos de los monstruos ya no están, juraría que maté a todos, Lay es un hijo de puta así que no pudo llevárselos. Camino por los alrededores a ver si encuentro alguna pista, pero no hallo nada.

—¿Buscas respuestas joven demonio? —Una voz gruesa resuena en el bosque haciendo que las aves en los árboles empiecen a graznar como locas.

—¿Quién eres? —Pregunto mirando hacia todos lados y tomo mi espada por si la cosa se pone fea.

—La pregunta no es quien soy, es que soy... —La voz resuena una vez más segundos después las aves se callan y se forma un silencio sepulcral en el bosque.

Entre los árboles aparece una sombra, la luz de la luna ilumina su cuerpo, lleva una capa negra y una careta que me impide verle bien el rostro, la brisa hace que la capa deje ver su cuerpo, su ropa es como la que usa la gente de Calika y lleva dos espadas.

¿Quién es este tipo?

Lo apunto con mi espada sin quitarle la vista de encima ni un segundo, el alza ambas manos a sus costados y me confundo.

—No voy a pelear contigo... —Se quita la capa y la tira hacia un lado junto con sus dos espadas, vuelve a alzar sus manos y me confundo aún más.

—¿Si no vienes a pelear entonces que haces aquí? —Guardo mi espada cuando no veo señal de peligro y el baja sus manos.

—Tengo información que te puede interesar... —Se acerca unos pasos a mí y retrocedo por inercia, no me gusta nada este tipo. —Entiendo... —Suspira —El reino de Calika está en peligro, no solo tu mundo...la tierra también...algo intenta destruir la barrera de realidad entre ambos mundos, si eso llegase a pasar ambas realidades desaparecerían.

—¿Por qué debo creerte? —Esto puede ser una broma de Lay o cualquier imbécil tratando de hacerse el listo.

—Porque tengo a alguien muy importante en esta realidad...y sé que tú también —¿Qué? ¿Se refiere a Tracy?

—¿Y si fuese cierto porque me lo dices precisamente a mí? Soy la parca en mi realidad, no me importa lo que suceda con la vida de nadie...

—¿Ni siquiera te importa lo que pase con Tracy? —Me tenso cuando la nombra y el parece notarlo. De repente la sangre en mis venas se siente más caliente de tan solo saber que allí afuera hay alguien más de mi realidad que la conoce. Trato de mantenerla fuera del peligro y llega este tipo a joderme el plan.

—¿Quién es Tracy? —Me hago el desentendido. Él se ríe a través de la máscara, la ansiedad por quitarle esa careta me esta dominando.

—Bueno...a mi si me importa lo que le pase... —Abro los ojos sorprendido —Yo no pertenezco a tu realidad...pero viví en ella.

¿Qué? Este tipo debe estar bromeando...

—El libro es la clave para salvar ambos mundos, no dejes que caiga en manos equivocadas... —Toma su capa y sus espadas, se las pone y hace un gesto con la mano antes de desaparecer entre las sombras.

—Cuídala o el próximo en morir serás tú Müller... Te estaré vigilando...hasta entonces...

Fue lo último que dijo antes de que desaparecía por completo, las aves se volvieron locas con su presencia, pero él dijo que pertenece a este mundo eso quiere decir que es humano. Todo esto se está poniendo cada vez más difícil, ¿porque me dice que cuide a Tracy? ¿Se conocen? ¿Quien es este tipo y por qué me dijo todo eso?

Tengo miles de dudas en mi cabeza, pero ahora lo único que puedo hacer es pensar en ella...necesito mantenerla segura y con Lay suelto no lo lograré. Primero acabaré con ese desgraciado...



                                        ***



La montaña siempre ha sido un refugio para criminales, aquellos que escapan de la cárcel se meten a la montaña puesto que el terreno rocoso y los peligros que habitan en ella impiden al ser humano entrar en ella o por lo menos en este sector. Pero para un ser como Lay esto es como dormir en una cama de algodón.  Lo he buscado por toda la maldita ciudad, recorrí todo el bosque, los barrios bajos y me metí en muchos problemas para nada porque no lo encontré, busque en los lugares más estúpidos que conozco y a los que sé que el iría y ni eso sirvió de algo. El único lugar que queda por registrar es el sur de la montaña, está loco, siempre lo ha estado, no me sorprendería encontrarlo aquí.

Me adentró en la montaña y busco hasta el cansancio por cada rincón, me enfrente a tigres y juraría haber visto a una señora llorando gritando por sus hijos. Sin pensarlo me crucé al lado norte de la montaña, cuando me percaté de mi error estaba dispuesto a regresar, pero una luz iluminó la montaña, supe en ese momento donde estaba ese hijo de perra. Me transporto hacia el lago sin pensarlo dos veces y lo encuentro a él sentado frente a él lago, tomo mi espada y no dudo dos veces antes de atacarlo, pero una barrera se formó alrededor de él impidiendo que mi espada cruce más allá.

—Sabias que este lago tienes tanta magia que me permitió crear una barrera contra imbéciles —Se burla de mí y gruño enojado.

—¡Eres un cobarde! ¡Sal a luchar! —Grito e intento traspasar la barrera una vez más, pero falló.

—Prefiero el término sobreviviente —Ríe —Si salgo ahora terminaré rebanado y no creo que a los animales de esta montaña les guste la carne de demonio

Me rindo de intentar romper la barrera, me siento frente a él y me acomodó en el frío pasto —¿Porque estas en este lugar?

—¡Estoy huyendo de ti imbécil! —No puedo evitar reírme por su comentario. —Deja de casarme, pensé que eras mi amigo, pendejo.

—Eres mi compañero...pero me atacaste, intentaste hacerle daño a Tracy... debes pagar con tu vida —Digo más sangriento de lo inusual, conozco a Lay desde hace cientos de años, ambos éramos compañeros en la legión de demonios de Belial. Nunca lo considere mi amigo en sí...puede que haya sido mi compañero, pero atacarme de esa manera fue caer muy bajo.

—Da igual ya... —Suspira —¿Porque dejaste sola a la chica? —Lo miro confundido —No me mires así, llevo unas semanas observándola y me di cuenta que no estás con ella...

—¿Por qué carajos la persigues? —Le doy una patada a la barrera.

—Relájate animal, no soy un acosador pervertido como tú... la chica...aquella vez que hable con ella en la cueva note algo extraño en ella, su rostro me parece que lo he visto ya en otro lado. Además de que puede controlar el libro a su antojo...el libro la protegió, pero ella electrifico la barrera, jamás vi que un simple libro respondiera así a un humano.

—Debe ser porque el libro y ella están ligados —Digo sin preocupación alguna.

—¿Seguro? ¿Ella…no se te hace familiar a alguien? Tal vez… —Sonríe —Olvídalo, es una locura —Me mira inquisitivo —Tal parece que el libro siempre ha existido, pero estuvo todo este tiempo en esta realidad, algo o alguien hizo que ese libro llegara a nuestro mundo y por eso se abrió el portal.

—Sabes más de lo que aparentas...

—Lo sé-ríe. —Bueno...muy buena charla, pero tengo cosas que hacer.

—¿De que hablas? -De repente el imbécil se empieza a desvanecer dentro de la barrera —¡Espera! ¡Oye aún no he terminado contigo! —Se pierde dejándome solo en el puto lago y me enojó en un nanosegundo.  Me quedo contemplando el lago unos minutos, los recuerdos de ella y yo aquí llegan a mi mente como un huracán y me descolocan.




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