Asesino de Fantasía

CHP 13

 

 

—Pasaron los años y decidí hacerme este tatuaje en honor a ella, para mi Emily era mi todo, mi pequeño rayito de luz. Supongo que luego de su muerte fue como si hubieran cortado las alas y caído en un vacío oscuro...pero llegaste tú y me iluminaste de nuevo...

Él ha pasado por muchos momentos horribles, tuvo que perder su humanidad para vengar la muerte de su familia, lo exiliaron del cielo y lo obligaron a permanecer una eternidad en el inframundo. Se convirtió en una máquina de matar...

—Theo...yo lo lamento por ti y por tu familia —Fue imposible para mí no llorar por su historia, perder a tu familia de esa manera es muy horrible, no sé qué haría si algo les llegase a pasar a mi familia o a Cezy.

—No llores pequeña —Limpia mis lágrimas y me da un beso en la frente —Las princesas no lloran —Eso hizo que soltara una pequeña risa, el me trata como una niña pequeña.

—Has pasado por mucho, tu corazón está lleno de cicatrices y tu alma corrompida por esos malditos.

—Lo sé, pero no le des importancia a eso, lo que importa es que a pesar de todo eso estoy aquí contigo, feliz y contento de tenerte entre mis brazos —Asiento y lo abrazo con fuerza.

—Por cierto... —Se separa de mí y me mira directamente a los ojos.

—¿Dime? —Digo al ver que no dice nada.

—Quiero pedirte perdón por haber mencionado a tu hermano aquella vez en la cabaña, estaba muy molesto y no medí mis palabras —Dice con la cabeza abajo.

"¡Eres una niña! ¡Tus padres no te toman enserio, ni siquiera tus amigos porque te comportas como una niña tonta! Tal vez por eso tu hermano se fue..."                         

-—Te merecías esa cachetada y más —Ambos reímos —Estas perdonado, pero debes darme algo a cambio.

—¿Ah sí? ¿Qué quiere mi pequeña? —Dice en tono meloso. Joder amo cuando me habla de esa manera, es un lado que jamás había conocido de él.

Me acerco a su odio y muerdo el lóbulo de su oreja -Quiero que me cojas como si no hubiera un mañana -Eso pareció gustarle porque su amigo se despertó enseguida, tuve contener un gemido cuando lo sentí directamente en mi centro. Me agarró la cadera con fuerza y me presiono contra el bulto en su pantalón.

—Espero que no te arrepientas Jones...no dejaré ni un solo lugar de tu cuerpo sin recorrer, te haré mía toda la noche y me correré en tu coño hasta llenarte por completo con mi semen.

Jadeo por la excitación que me produjeron sus palabras y en segundos me tomo como un saco de papas sobre su hombro y entro en la casa conmigo. Subimos a mi habitación y me tiro en la cama, empezó a quitarse toda la ropa sin preámbulos para luego desnudarme a mí por completo.

—Vamos a jugar un poco gatita —Sonríe con malicia y ataca mi boca como un lobo feroz que quiere devorar a su presa. A medida que el beso sube de nivel él se va posicionando sobre mí, me besa todo el rostro, baja a mi cuello y succiona con fuerza haciéndome jadear del dolor. Toma mis pezones erectos entre sus dedos y los retuerce haciéndome gemir.

—¡Ah! ¡Theo!

—Eso pequeña...gime mi nombre

Pasa su lengua por mis senos, los estrujar, los muerde, los chupa, los toma y juega con ellos como si fuera un bebé con su primer juguete. Abre mis piernas con sus rodillas y se mete entre mis piernas, roza su pene contra mi vagina y me hace arquear me del placer.

Mete su miembro sin dilatación alguna y jadeo al sentirme llena, su miembro empieza un vaivén rápido y sin preámbulos.

—Mírame

Abro los ojos y lo veo respirando entre cortado, no sé en qué momento los cerré, él me toma del cuello y hace que levante un poco mi cabeza.

—Mira lo bien que encajamos —Arremete con fuerza y tengo que hacer un esfuerzo para no cerrar los ojos. —Mira como mi pene te reclama.

Hace un círculo con su pelvis y pongo los ojos en blanco, su mano deja mi cuello y se pasa a mi seno, su otra mano juega con mi clítoris haciendo que el ardor en mi vientre aumente.

—¡Ah! ¡Dios!

Gimo sin parar

—No amor —Beso —Dios no tiene lugar aquí —Beso —Siénteme...soy yo, tu demonio, el que te está haciendo arder como las llamas del purgatorio.

—¡Más! —Gimo si control y el aumenta sus estocadas, siento como si me fuera a partir en dos, siento mi orgasmo a la vuelta de la esquina y sin querer mis paredes aprietan su miembro y el suelta un gruñido gutural que me pone al cien. Muerde mi hombro sin llegar a hacerme daño y me corro con su nombre en mi boca, segundos después él se deja ir y siento los chorros de su semen golpear mi útero.

—Oh nena —Respira agitadamente sin quitarme la vista de encima -Aun no he terminado contigo —Su pene se pone semi erecto dentro de mí y abro los ojos asustada, él se ríe levemente y arremete dentro de mí una vez más.

—¡Theo! ¡Ah! ¡Ah! —Aún estoy sensible por el orgasmo de recién, se siente tan bien.

—Dije que te llenaría por completo y eso haré, cuando camines sentirás mi semen chorrear por tus piernas -Saca su miembro de mí y lo miro mal —Dime nena... ¿lo quieres?

Roza el glande contra mi clítoris y me retuerzo como un gusano, joder este hombre me va a volver adicta al sexo, toda una ninfómana.

—Theo...por favor

—¿Qué quieres Tracy? —Jadea.

—Quiero tu pene, dentro de mi ahora —Gruñe y me da la vuelta, me pone en cuatro y me embiste como un maldito desquiciado, estoy empezando a perder la cordura por las malditas sensaciones que él me provoca, en esta posición lo siento más adentro, lleva su pulgar a mi clítoris y comienza a hacer círculos en él, arqueo mi espalda dándole una buena vista de mi culo. 

Él toma mi cintura y me alza haciendo que mi espalda quede pegada a su pecho, juega con mis pezones mientras arremete contra mí.

—¡Nena! —Jadea —¡Me encantas!

—Te sientes tan bien dentro de mi Theo! —Gruñe y me come el cuello con la boca, me suelta y me tira a la cama, me penetra con fuerza, el sonido que hacen nuestros cuerpos cuando se juntan suena tan sucio y a la vez tan excitante.

—¿De quién eres? ¡A quien le perteneces! –Grita aumentando las embestidas.

—¡Ah! ¡A-a Mh! ¡A ti! —Respondo en medio de gemidos.

—¡A quien!

—¡A ti! ¡A ti amor! ¡Soy tuya! –Repito.

Arremete contra mí un par de veces más y nos corremos al mismo tiempo mientras me susurra cuanto me quiere. Sale de mí y me acomodó en la cama para dormir.

—¿Qué crees que haces? Aún no termino contigo pequeña...
 




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