Asesino de Fantasía

CHP 24

 

 

Dereck desató su magia oscura, envolviendo sus manos en un resplandor sombrío. Una oscuridad inquietante danzaba alrededor de sus dedos, manifestando su conexión con los poderes demoníacos que poseía.

Theo, envuelto en su propia esencia oscura, emanaba una energía misteriosa. Sus ojos brillaban con una intensidad inusual mientras preparaba su habilidad con la oscuridad. Se posicionó con una calma aparente, listo para desatar su poder en el momento adecuado.

Jeremy, el hechicero del grupo, alzó las manos, invocando su magia arcana. Destellos de luz y chispas mágicas danzaban en el aire, revelando el dominio de Jeremy sobre los secretos de la hechicería. Era un espectáculo fascinante y aterrador a la vez.

Froy, con su espada desenvainada, se colocó en el centro, listo para enfrentar al amigo convertido en bestia. Su mirada reflejaba determinación, combinada con la experiencia de un guerrero que había enfrentado desafíos innumerables.

Me encontraba en el borde de la escena, observando la amalgama de habilidades y poderes que se desplegaban ante mí. Mi corazón latía con fuerza, sintiendo la gravedad del momento. Instintivamente, saqué el colgante que siempre llevaba conmigo, buscando alguna conexión con Lay en su estado alterado.

La batalla aumento con una explosión de acción. Froy se lanzó hacia la bestia, enfrentándola con su espada con habilidad y precisión. Theo desató las sombras, creando un escudo oscuro para protegernos de los ataques más salvajes de Lay. Dereck, con sus poderes demoníacos, canalizó una ráfaga de energía hacia la bestia, tratando de contenerla.

Jeremy, desde la retaguardia, lanzó hechizos arcanos. Luces titilantes y destellos de energía mágica cortaban el aire, afectando la percepción de Lay y ralentizando sus movimientos. La colaboración entre los tres era evidente, una danza orquestada de habilidades y poderes.

En medio de la lucha, Lay retrocedió momentáneamente, gruñendo y agitando la cabeza. Parecía confundido por los diversos ataques que le llovían desde todas direcciones. Aprovechando la oportunidad, Froy y Theo se coordinaron, lanzando un ataque combinado que logró herir a la bestia.

Jeremy, con sus conocimientos de hechicería, intentó desentrañar el misterio detrás de la transformación de Lay. Sus manos se movían en gestos complicados mientras pronunciaba palabras antiguas. Sin embargo, el poder que envolvía a Lay parecía resistirse, como si estuviera conectada a fuerzas más allá de nuestra comprensión.

Dereck, con su habilidad demoníaca, se lanzó directamente hacia Lay, buscando una conexión a nivel más profundo. Su magia chocó con la oscura esencia que rodeaba a su amigo, creando una interacción única entre las fuerzas en juego.

Mi papel como observadora se mezclaba con la urgencia de encontrar una solución. La batalla continuaba, y en medio del tumulto, buscaba desesperadamente alguna señal que indicara una forma de salvar a mi amigo de la furia desencadenada que lo consumía.

Los caballeros de Calika se unieron a la lucha, tratando desesperadamente de contener la furia de Lay. Sin embargo, el poder desatado por la bestia era abrumador, arrasando con cualquier intento de resistencia. Los caballeros, valientes en su empeño, luchaban con determinación, pero el torbellino de energía que emanaba de Lay los mantenía a la defensiva.

Froy, Theo, Dereck y Jeremy, junto con los caballeros, formaban una barrera de resistencia. Cada embate de Lay enviaba ondas de choque, haciendo temblar los cimientos del lugar. La armonía en la lucha se desvanecía ante la ferocidad de la bestia transformada.

En medio del caos, me di cuenta de que la situación se estaba volviendo insostenible. El poder de Lay superaba cualquier intento de contención, y la preocupación se reflejaba en los rostros de quienes luchaban contra la criatura.

La batalla se convirtió en un duelo desigual, donde Lay parecía imparable. Mi mente buscaba desesperadamente una solución mientras seguía sosteniendo el colgante que llevaba conmigo, esperando que pudiera ser la clave para desentrañar el misterio detrás de la transformación de Lay y encontrar una manera de restaurar su cordura.

Entonces, en medio del caos, alguien me llama — Veo que estás en algunos problemas, Madeleine — Dice una voz que reconozco como la de Benet.

Volteo y veo a Benet volando en el aire con sus imponentes alas. A su lado, el mago que estuvo presente en la ejecución de los chicos. Detrás de ellos, la reina, observando la escena con una expresión perdida.

La reina, inconsciente, estaba contenida dentro de una burbuja morada, apartada de la realidad caótica que se desataba en los pasillos del palacio. Era un cuadro surrealista verla flotando en esa esfera morada, como si estuviera ajena a los estruendos y rugidos que resonaban en su entorno.

La presencia de Belial y el mago añadía un giro intrigante a la situación. Observaban la escena con una calma aparente, como si estuvieran disfrutando del caos que se desenvolvía a su alrededor. Mi mirada se movía de un lado a otro, tratando de entender las motivaciones detrás de la llegada de estos personajes en un momento tan crítico.

—¿Qué mierda haces con la reina? — Grito encolerizada, recordando la escena de la mañana cuando el demonio estaba encima de ella.

— Tú — Susurro —¡Tú estás con ese demonio! — Grito.

— Eso no es de tu incumbencia, solo sigo órdenes de mi reina. Esto es lo que ella hubiera querido — Responde con frialdad.

— ¿Destruir el mundo? ¿Acabar con el reino que ama? —Grito.

— "Amar" — Ríe con burla — La reina solo se amaba a sí misma y a aquellos que compartían sus ideales. No te hagas ideas raras como el amor al pueblo.

La furia crece en mi interior al descubrir que aquellos en quienes se debería confiar podrían estar conspirando para destruir el reino. La situación se torna aún más intensa, y mis emociones fluctúan entre la ira y la determinación de proteger lo que es querido.




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