Asesino Suelto

18

En las afueras de Dubái, justo al oeste, una chica, tendría unos quince años, ella se despierta, se alista para asistir al colegio, justo en la puerta ve un paquete, sin dirección ni ninguna anotación en este, ella entra el paquete, en la cocina con la ayuda de un cuchillo abre el paquete, lo saca lentamente, es un frasco de vidrio, ella lo ve detenidamente, ve el ojo ahí flotando, por unos segundo se quedó ahí hipnotizada por eso, hasta que escuchan que tocan la puerta, deja el frasco sobre la mesa y camina hasta la puerta, abre un poco la puerta para ver quien era el que tocaba la puerta, así lo hizo y vio a una compañera suya.

-Vamos a la escuela.

-creo que me demoro algo.

-¿por qué?

-ven, entra.

Le dio la mano a su amiga y la arrastró dentro de su casa y cerró la puerta de inmediato, la guió hasta el comedor y su amiga dio un gran grito.

-no grites - dijo susurrando.

-¿por qué tienes eso?

-estaba en la puerta, la abrí y tenía eso.

-Hay que llamar a la policía.

-no te da curiosidad.

-¿curiosidad de que? es un ojo de las pobres chicas que han asesinado aquí.

-Bien, llámalos - dijo mientras sostenía un frasco y miraba en su interior fascinada.

La policía llegó en unos pocos minutos, tocó la puerta al abrir entraron Hugo y Juan a la casa, allí hablaron con las dos chicas que le contaron lo sucedido, trajeron a alguien para analizar el paquete, ambos salieron de la casa.

-Bueno Jefe, creo que Samantha tal vez su único crimen fue no decirlo.

-tal vez, pero me sigue pareciendo muy extraño.

-cómo es que es capaz de dejar esos paquetes sin levantar sospechas.

-paquetes tal vez es un trabajador de la empresa de paqueterías.

-Bien pues vamos a investigar.

Hugo y Juan subieron a la patrulla y fueron hasta la pequeña oficina de la empresa de paquetería.

-Buenas, estamos investigando el tema de los paquetes que están llegando a las casa - dijo Hugo.

-claro cómo puedo ayudarle.

-¿usted es el encargado? - preguntó Juan.

-claro.

-Bien queremos saber sobre sus repartidores y sus rutas.

-Bien pues al ser un pueblo pequeño en realidad solo tenemos dos rutas, estas las hacen dos repartidores, Bob y Lucas, las rutas son muy simples es el norte y sur del pueblo.

-¿Todos los días se hacen las dos rutas? - preguntó Juan.

-bueno depende de los pedidos que estén, si hay pocos se dejan para el otro día.

-¿en la mañana que ruta se realizó? - preguntó Hugo.

-La ruta del sur.

-Necesitamos el contacto de los dos repartidores.

-claro - dijo el encargado mientras escribía en un papel y se los paso a Hugo.

-Muchas gracias.

los dos salieron de la oficina.

-Bien vamos a hablar con estos dos, ambos pudieron llegar a esos puntos durante su ruta.

-claro que si.

Juan en el camino llamó a los dos repartidores, pidiéndoles una cita en la comisaría, ambos aceptaron sin tanto problema.

Hugo y Juan se encuentran sentados en la sala de interrogatorios, cuando entró por la puerta un hombre trigueño algo bajo, Juan le hizo una seña para que se sentara, este así lo hizo y se sentó entrelazando sus manos.

-Buenas usted debe ser el señor Bob - dijo Juan.

-Así es.

-me presento mi nombre es Juan y mi compañero el detective Hugo, muchas gracias por asistir, le vamos a hacer unas preguntas.

-claro que si, lo que necesiten.

-señor Bob ¿esta mañana realizó la ruta por el norte del pueblo?

-si así es.

-quiero que vea este mapa y quiero que vea los dos puntos marcados - dijo Juan entregando el mapa - ¿pasó usted por esos puntos en su ruta?

-Por este de aquí si pase, pero no hubieron entregas por esa cuadra, por la otra no, esa zona le corresponde más a la otra ruta.

-¿las entregas las realiza en vehículo?

-en moto.

-bien ¿se tiene un registro de las paradas o alguna ruta de GPS?

-La verdad eso no lo tiene la empresa.

-claro entendemos.

-¿Se tiene alguna clase de uniforme?

-no, es con ropa casual, la que uno quiera llevar.

-listo, si tenemos más preguntas, le llamaremos.

Bob salió de la sala.

-sin uniforme, cualquiera podría hacerse pasar por repartidor, no se si eso nos lleve a algún lado - dijo Hugo.

-calma, aun falta el otro tal vez nos de algo, tal vez sea conocido y por eso no levanta sospechas.

-Ojalá tengas razón.

Se abrió la puerta y entró un hombre de piel blanca, al parecer recién se había cortado el cabello con estilo militar, Juan le hizo la seña para que se sentara, este se sentó de brazos cruzados se le notaba molesto.

-Buenos días señor Lucas.

-bueno ya díganme que quieren - dijo Lucas molesto.

-bueno señor - empezó Hugo serio - no sé si está enterado, pero empezaron a llegar unos paquetes extraños a las casa.

-mire yo solo envío lo me dan en la oficina.

-¿podemos saber dónde se encontraba esta mañana?

-En casa, qué clase de pregunta es esa, estaba en mi casa preparándome la para repartir en la tarde, pero como ustedes me citaron aquí, me tocará terminar tarde.

-Vaya que mal por usted, me disculpo por tratar de atrapar un asesino, seguro es más importante que su patética vida - dijo Hugo.

-no voy a tolerar eso.

-si abandona esta sala lo voy a arrestar por no colaborar por la investigación, mejor cuénteme ¿qué vehículo tiene?

-una furgoneta, pero no funciona desde hace mucho.

-¿si?

-si de hecho la lleve al taller desde hace tal vez un mes, aun no me dan respuesta de eso.

-¿a que taller lo llevo?

-Al taller de don Pablo, por la calle 3.

-Bien señor lo dejamos para que pueda ir a trabajar, podemos llamarle si necesitamos más información - dijo Juan.

el hombre salió de la sala, pasaron treinta segundos y por fin Juan se expresó.




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