Asesino Suelto

31

Carol, le hizo una seña a Harry que la siguiera, este así lo hizo fue tras ella, todo estaba en negro, pero de la nada salieron unos arboles que señalaban un camino, por el que estaba yendo Caro, quien cada vez corría mas rápido, Harry intento seguirle el paso, pero fue demasiado rápido que en un momento dejo de verla y los arboles lo encerrado, miro a todos lados y en todos un árbol estaba obstruyendo su paso, estos arboles se movían lentamente hacia el.

Harry se puso nervios en ver como quedaba cada vez menos espacio, pero por fin vio un pequeño sitio por el que puso salir arrastrándose, cuando por fin salió alzó la vista y vio a Carol al fondo inmóvil, el se acerco, ella no se movió, le pasó la mano muy cerca a sus ojos, pero no se movió.

Luego de unos minutos vio que se movía, iba hacia una bodega abandonada que acaba de hacerse presente, Carol camino lentamente con nervios se movía lentamente hasta el lugar, se notaba muy temerosa, pero igual siguió avanzando, Harry la seguía, pero su corazón empezó a latir rápidamente, sabía a dónde se dirija y no quería ir.

Harry empezó a correr en dirección contraria al almacén sabía que iba a pasar y por eso no quería estar presente, corrió, el juraría que estuvo corriendo por cinco minutos sin parar, pero al mirar hacia atrás vio que seguía al lado de Carol, de hecho estaba más cerca.

Carol entró a la bodega, empezó a llamar a Harry, pero no era el que estaba junta a ella, buscaba al otro Harry, caminó lentamente la bodega estaba llena de polvo y telarañas a Carol no se le haría raro si viera algún que otro animal por el suelo, siguió avanzando y escucho unos gritos fuertes, gritos de dolor e impotencia.

Fue corriendo en dirección al sonido, en un inicio, pensó que se trataba de Harry, que estaba en peligro, perro mientras más se acercaba notaba que no eran gritos de Harry, eran de una mujer, así que siguió corriendo hasta llegar al fondo de la habitación, lo que vio la aterro.

Carol miró adentro de la habitación, una chica estaba amarrada a una silla, su espalda chorreaba sangre, al lado estaba su esposo, su esposo ideal, el que ella llamaba el amor de su vida, estaba al lado de esta con un cuchillo, una gran sonrisa y salpicones de sangre en toda su cara.

-¿Harry? - dijo Carol asustada.

-¿qué haces aquí? - dijo Harry desconcertado.

Carol simplemente corrió lejos, Harry la persiguió y Harry el que solo era un simple espectador miraba la situación apenado, fue corriendo también detrás de Carol le decía que no se fuera, que cambiaría, pero ella claramente no le escuchaba.

-¡Carol! - grito Harry desde atrás.

Carol no respondió siguió corriendo hasta salir del edificio, Harry fue corriendo y volvió a gritar su nombre, esta vez sí se detuvo y giró en lágrimas, miró a Harry quien seguía lleno de sangre y estaba algo alterado.

-Carol, por favor que esto no cambie lo que pasa entre nosotros - dijo Harry.

-¿que? estás loco ¿has sido el asesino todo este tiempo?

-podemos hacer que funcione, hemos pasado mucho tiempo juntos y somos felices.

-¿quién eres? - dijo Carol preocupada.

-soy yo mi amor, soy el mismo solo que descubriste mi pasatiempo, no dejes que esto arruine nuestro amor, hazlo por Sam, no quieres que viva sin padre ¿o si?

-si crees que prefiero que mi hija se críe con un asesino, estás completamente loco, es que ni para que lo pienso, eres un asesino.

Harry intentó agarrarla de la mano, pero Carol no se dejó, alejó su mano y retrocedió unos pasos.

-aléjate de mi.

-Carol, no digas eso, por favor.

-no te vuelvas a acercar a mi.

-¿qué vas a hacer?

-iré a la policía, eres un maldito loco - dijo mientras se alejaba.

Harry apretó el puño con ira, su expresión era de enojo, pero solo duró unos minutos, ya que luego su expresión cambió a tristeza fue hasta la puerta de la bodega y se sentó, triste pensando en que su vida se había arruinado.

Carol camino por esos caminos solitarios en busca de una señal de civilización, había venido caminando sin esperar ver nada, pero se encontró con algo mil veces peor de lo que se imaginó, su esposo quien creía conocer era un asesino y sabia a donde iba a la estación de policía mas cercana, la cual seguramente estaba a kilómetros de ahí, pero no tenia otra opción.

Carol camino varios minutos, hasta que vio un taxi, ella le hizo la seña para que se detuviera, se subió al taxi, le indico al taxista que la llevara a la estación de policía, así lo hizo en unos cuantos minutos llegaron, Carol pago y se bajó enfrente de la estación.

Ella dudó si entrar o no, estuvo un tiempo mirando el letrero, incluso uno de los oficiales se acercó para preguntarle si todo estaba bien, ella le respondió que no pasba nada, Harry al que no podía ver ni oír la miraba desde lejos, viendo a el amor de su vida como decide entre entregar o no el hombre que amaba.

Carol entró a la estación, camino hasta el mostrador.

-¿cómo le puedo ayudar? - preguntó un policía que estaba sentado del otro lado del escritorio.

Carol se quedó callada, parecía un poco ausente.

-¿señora? ¿Está bien?

-si lo siento, no me he equivocado.

-¿segura?

-si de verdad, gracias.

Carol salió de la estación, se sintió culpable, pero no pudo hacerlo, aunque fuera un monstruo era su esposo, pero entendía que debía tenerlo lejos de su vida, por su bien y el de su hija.

Carol ya estaba en su casa, estaba empacando sus cosas, Harry miraba desde una esquina sin poder hacer o decir nada, Carol salió de su cuarto, todo estaba listo, vio a su padre quien sabía lo que ocurría, no dijo nada ni se interpuso, solo se despidió de el y salió con su hija en brazos.

 




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