Asesino Suelto

33

Harry por fin había limpiado todo con sumo detalle, nadie nunca sospecharía la atroz escena que sucedió tan solo hace unas horas en ese lugar, Harry se sentía un poco raro, pero a la vez se sentía tan liberado, como si una carga se fuera, se sentía feliz, así que fue a su cuarto, paso por el que tenía para Samanta, le dio algo de lastima no poder estar con ella, pero siguió por los pasillos hasta su habitación, donde las fotos de su familia lo abrumaba, pero justo por eso las había puesto ahí, para poder sentirse así, cada que hiciera eso, pero jamás le había funcionado, por más de que sintiera lástima y mal por no ver a su familia, aun seguía y seguía haciéndolo.

Hubo un tiempo que pensó que no lo iba a hacer, que lo dejaría por su familia, pero ahora estaba convencido de que no tenia remedio, su ayuno de asesinato no duro mucho y debió secuestrar a alguien para torturarlo porque lo estaba enloqueciendo no poder hacerlo y todo lo hizo por su familia, pero no funciono.

Se levantó y bajó al sótano, el cual para acceder toca entrar por una puerta oculta que está en el armario de limpieza, al bajar unas escaleras de madera se encuentra una puerta con una cerradura digital, Harry pone su dedo índice en un sensor de huellas y la puerta de abre ante sus ojos, al entrar, se miran varias repisas de armas y barriles llenos de balas, tendría lo suficiente para un ejército, al avanzar aún más tiene una especie de gran librero, lleno de lo que aparentan ser libros, él tomo uno y las paginas no son mas que laminas de plástico donde pedazos de muchos cabellos, con un número y un nombre, todos nombres de mujeres, también hay una especie de código junto a cada nombre, su clasificación.

Harry analizar las páginas y en algunas tocaba sus cabellos y cerraba sus ojos recordado el momento, una le llamó la atención, señaló el código y lo recordó, luego fue un piso más abajo, esta estaba lleno de muchas estanterías que contenían cajas, parecía una especie de archivo de la policía, pero paso las estanterías llenas de cajas y paso a otra sección que contiene frascos llenos de ojos, todos los frascos contenían uno código, busco entre la gran variedad que tenía y lo encontró, la mayoría de frascos contenían dos ojos, pero este que escogió solo tenia uno, el recordó “Sam”, miró el frasco recordando cómo se escribía con su hija, quien jamás lo traicionó, antes se sentía atraída por lo que hacía, lo tenía claro, para él ya todo tenía sentido.

Abrió el frasco lentamente y saco el ojo del frasco lo sostuvo en una de sus manos, y cerró los ojos recordando como escuchaba los gritos y las súplicas y como el cuchillo se desliza a través de sus párpados, se notaba en la cara como estaba fascinado por recordar, volvió a dejar todo en su lugar, subió fue a la cama y se acostó a dormir.

Harry despertó, alguien tocó a la puerta, era el doctor, estaba en la puerta de su casa con dos grandes maletas.

-Buenos días Harry ¿llega a buena hora? - preguntó el doctor.

-Don José, creo que no voy a necesitar sus servicios, lo siento por no avisar.

-¿por qué?

-bueno digamos que ya no hay paciente a quien cuidar.

-¿lo mataste?

-digamos que si.

-mira como te dije era lo mejor ¿puedo pasar?

-bueno si gusta.

José entró a la casa y pasó a la gran sala, se sentó en uno de los sillones de cuero.

-Siéntase como en su casa - dijo Harry.

-¿no había alguien aquí trabajando?

-bueno, si le di un tiempo libre porque ya sabe estaba intentando no hacer eso y no quería que estuviera porque algo le podía ocurrir.

-Bien, eso está bien, Harry ¿lo que me dijiste de impedirte hacer eso?

-creo que es mejor dejar las cosas así doctor.

-¿seguro Harry? te escuchabas muy seguro.

-si ¿puedo preguntarle algo?

-claro.

-¿por qué no le ha dicho a la policía sobre mi?

-porque le prometí a tu padre que te cuidaría y asi lo e hecho, se que solo me ves como el doctor, pero en serio al inicio siempre te curaba, se que ahora te va bien, pero sabes que te ayudaba sin recibir un peso y fue por tu padre.

-¿pero sabe lo que hago?

-una promesa es una promesa.

-¿de verdad cree que no tengo cura?

-eso no lo sé, pero es lo más probable, ya sabes que la mente humana sigue siendo uno de los misterios del ser humano.

-Bien, lamento que haya perdido el viaje.

-no te preocupes, sabes que cualquier cosa, estamos pendientes.

-gracias Doc.

-cuídate Harry.

El doctor salió por la puerta con sus maletas, pasó por la gran puerta, luego intentó cerrar la puerta, pero fue interrumpido por las palabras de Harry.

-no se preocupe yo las cierro.

El doctor tiro las maletas la baúl del auto y se fue de la casa, Harry siguió el auto con la mirada, luego se acercó a la puerta y la cerró con seguro, ahora tenía muy claro todo, sabía que José no sería un problema jamás lo ha sido, su nuevo plan podría ser un poco más drástico, pero sabia quien de pronto se enojaría Carol, ¿correrá el riesgo de que se alejen más de él?

Harry fue hasta la cocina y se sirvió algo de beber, lo bebió lentamente, mientras pensaba en algo, algo que empezaría, no sabia como saldría o si en el proceso alejaba más a su familia, pero debía intentarlo, así que terminó su bebida y fue a un pequeño estudio y encendió la computadora, le daba unos golpecitos al escritorio mientras esperaba que el computador termina de iniciar.

Abrió el bloc de notas, puso ambas manos arriba del teclado, estaba listo para escribir, pensó unos momentos y por fin empezó escribiendo “querida Sam”.

 




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