Asesino Suelto

43

-¿Dónde estabas Samantha? - dijo su madre furiosa, sentada en su cama.

-mamá yo…

-¿Qué demonios traes? ¿Eso es sangre?

Samantha no respondió, su rostro le daba a entender que era culpable y sus nervios se hacían más presentes.

-Samantha dime dónde estabas - gritó su madre.

-Solo estaba en la tienda y me caí - dijo Samantha sin esperanzas de que le creyera, pero fue lo único que se le ocurrió.

-¡no soy estúpida! dime donde y con quien estabas - dijo su madre furiosa - no me digas que estabas con él.

Samantha solo miró confundida.

-¿estabas con Harry?

Samantha no respondió, pero su reacción ante el nombre la delató.

-ese maldito, me la va a pagar ¿Qué te hizo?

-No me hizo nada.

-¿por qué estás llena de sangre?

Samantha se quedó callada.

-Dios mío lo que me faltaba, por favor dime que no es lo que estoy pensando.

Samantha solo la miro.

-di algo, dime algo Sam, por favor.

-Me llevó a ver cómo hacía sus cosas.

-ese infeliz, me va escuchar esta vez, se va a arrepentir.

-mamá no le hagas nada.

-tu no te preocupes, se que estas muy impresionada por lo que viste, pero ese tipo no se te va volver a acercar.

-¿estás enojada conmigo?

-no claro que no, ese imbécil te obligó a ver esas cosas horribles, tú estarás bien, él no va volver a acercarse.

Carol fue y la abrazo, Samantha no dijo nada más, sabía que lo que más le convenía era guardar silencio y pretender que lo que su madre pensaba fuera verdad.

-Sam quítate esto, te voy a calentar agua, para que estés limpia.

Carol fue a la cocina y se escucho como encendía la estufa para calentar el agua, Sam se quedó en cuarto, no sabia que hacer, sus aventuras con su padre habían terminado, Sam se quedó mirando a la nada, hasta que su madre apareció un balde lleno de agua caliente.

Samantha entró al baño y se quitó la sangre que estaba llena en ciertas zonas de manchas de sangre, entró a la ducha y esto le ayudó a despertar un poco, Samantha salió del baño y se puso la pijama, la que debía llevar puesta en la noche, ella salió a buscar a su madre.

-¿mejor? - preguntó su madre.

-si, no molestes a Harry.

-de que estas hablando, no ves lo que te hizo.

-El no es tan malo.

-creo que la ropa que traías dice todo lo contrario, no voy a discutir esto.

-pero mama.

-Sam tu no piensas con claridad, debes descansar un poco, después hablaremos de todo esto, ve y descansa.

Samantha fue a su cuarto, un poco disgustada por cómo se llevó a cabo la conversación, pero hizo caso tenía demasiado sueño y a pesar de recién haberse bañado se fue a la cama y en un cerrar de ojos se quedó dormida.

Carol se arregló y se subió a un taxi, normalmente iría a su trabajo, pero esta vez el taxi tomó un rumbo diferente, iba hacia la casa de Harry, en el taxi Carol pensaba en todas las formas que tenía para reclamarme por meterse con su hija.

El taxi llegó y se estacionó a un lado de la carretera, Carol se bajó, pago el taxi, le pidió que si podría esperar unos diez minutos y le pagaría lo necesitara, el taxista asintió y Carol fue hasta la puerta principal, empezó a tocar el timbre de manera insistente, nadie salía, pero ella siguió insistiendo, hasta que alguien abrió la puerta.

Harry abrió la puerta se le notó furioso hasta que vio quien era la que tocaba.

-Carol ¿Qué haces aquí?

-no te hagas el idiota ¿enserio llevaste a Sam a una de tus enfermas cosas?

-¿de qué hablas?

-de que hablo, de que llegó Sam a las cuatro de la mañana llena de sangre ¿me vas a decir que no sabes lo que sucede?

-¿Qué te dijo Sam?

-Harry ¿vas a hacer esto?

-Carol, solo quería pasar tiempo con ella.

-mira Harry te vuelves acercar a mi hija y vas a la cárcel así de simple.

-ella también es mi hija y tengo derecho a verla.

-¿crees que dejaré que vuelvas a verla después de lo que le hiciste? es una niña, no debe estar viendo a su padre siendo un maldito asesino.

-se nota que no conoces a tu hija.

-¿A qué te refieres?

-piensas que yo la secuestre y la obligue, pero no fue así.

-mientras, Sam jamás podría.

-Bien piensa lo que quieres, pero no me voy a ir lejos, estaré aquí si me llega a necesitar.

-Solo te aviso si me entero que la llamas, le escribes o vuelves a hablar con ella iré a la policía y contaré todo lo que hiciste porque no voy a permitir que dañes a Sam.

-Bien como quieras, pero es mejor que te des cuenta de que tu hija no es lo que piensas.

Carol le da una cachetada a Harry.

-deja de hablar así de mi hija, ella es mucho mejor que tu.

Carol se fue furiosa hasta el taxi y fue hasta su lugar de trabajo.

sonó el teléfono, Samantha se levantó, respondió con un hola, pero se notaba que estaba recién levantada.

-Hola Sam.

-Hola papá.

-creo que hasta aquí llegaron nuestras aventuras.

-¿qué pasó?

-pues tu mamá se enteró, así que no podemos vernos ni comunicarnos, pero no dudes que estaré pendiente de ti, no estás sola.

-papa, te quiero.

-yo igual hija.

Harry colgó y Sam se quedó en su cama mirando el techo, aunque no lo pensó mucho porque volvió a quedarse dormida.

Samantha despertó estaba en la casa de su padre, pero no lo veía por ningún lado, ella empezó gritar “papá”, pero no había respuesta, subió arriba con intención de buscarlo, pero no había ni una persona en ese piso, ella recordó su escondía, pero solo puedo llegar hasta la gran puerta, que no reconoció su huella dactilar.

Volvió a subir a al primer piso y algo le llamó la atención en la parte de atrás, ella abrió la puerta trasera y vio allí un gran jardín, los arbustos tenían formas de dinosaurios, eran demasiados altos, Samantha camino por un camino que daba justo al centro de este, allí encontró una mesa con comida y un gato con un especie de corbatín en su cuello.




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