Asesino Suelto

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Sam corrió intentando guiarse para llegar a su casa, se ubicó por algunos edificios que vio entre los árboles, fue en la dirección que creyó que más le convenía. Samantha corrió, iba en camino hasta un sendero, justo donde una familia caminaba por este lentamente, ella de inmediato se agacho y escondió detrás de la vegetación.

pasaron unos minutos y la familia se apartó del camino, Samantha salió lentamente y miró a ambos lados asegurándose de que no hubiera nadie cerca, corrió por el sendero y volvió a entrar en el bosque, continuó corriendo por el espeso bosque, mirando las pocas referencias de su pueblo que tenía al fondo, siguió y creyó estar cerca de su casa, ella paro y descanso un poco, respiro profundo.

se acercó un poco y llego al final del bosque, vio muchos muros, sabía que uno de esos era el del patio de su casa, pero su casa era un primer piso, así que no sabía muy bien cual podría ser, esa podría ser la primera vez que veía es parte de su casa y aun no sabe cual es la suya.

Ella decidió probar suerte con un muro y tomó impulso, corrió desde un par de metros, salto y con una patada en la pared se impulso logrando llegar a la cima del muro, pero vio que no era su casa, aunque logró distinguir la suya, estaba a unas cinco casas después de se encontraba actualmente, un perro en el patio empezó a ladrarle, tenia que bajar, pero al ver que tan alto estaba le dieron nervios, pero los ladridos se hacían más y más ruidosos, así que bajo para no llamar la atención de sus vecinos, además de un pequeño dolor en sus glúteos estaba de una pieza.

Camino cinco casas después y volvió a subir al muro, esta vez sí era la casa correcta, se preparó para saltar a su jardín, así lo hizo, cayó en un arbusto que en parte amortiguó su caída, pero se había doblado el tobillo, no era muy grave, pero cojeó un poco, así que dio saltos pequeños hasta la puerta trasera, el problema era que si estaba abierta, su madre seguía en casa y su vestido que originalmente era morado, ahora estaba rojo, un rojo fuerte debido a la sangre, ella corrió a su cuarto, no le importo nada, ni el ruido ni su dolor de tobillo, llegó y cerró su puerta con cuidado, se aseguró de echarle seguro y fue a su ventana y cerró las cortinas, se quitó el vestido, no quería llevar puesta mas la sangre de Sofía, miro en su pierna la funda que tenía, vacía, se sentía tan arrepentida de lo que había hecho, daría lo que fuera por volver en el tiempo y no haber ido con Sofía, pero daría mucho más por ir más atrás y hubiera denunciado la primera vez que recibió esos ojos, así su morbo no abría crecido convirtiéndola en esto, en una asesina.

Samantha se quedó en posición fetal mucho tiempo, no sabia que hacer, solo estaba ahí pensando en lo que había hecho, ese momento se repetía en su mente una y otra vez, no era porque lo disfrutará, más bien su mente la torturaba con esas imágenes, las lágrimas bajaban por sus mejillas.

Samantha se quedó dormida unos segundos y vio a su amiga desangrarse en el suelo, ella despertó de inmediato, se puso de pie casi de inmediato, debido al miedo que le causó, fue tan impulsivo que se olvidó de su dolor en el tobillo que solo aparece después de que descubrió que era un sueño, decidió ducharse.

Se puso frente a la regadera y abrió la llave, el agua fría recorría su cuerpo y se llevaba de esta la sangre que tenía aun en su piel.

-¿Sam? ¿estas ahí? - gritó su madre.

Samantha cerró la ducha, para contestarle

-Sí mamá.

-no te escuche llegar.

-si llegue hace unos minutos.

-está bien.

Ella volvió a abrir la llave y el agua cayó sobre ella de nuevo, no tenía ganas de salir de la ducha, no quería seguir tan tranquila cuando le había quitado la vida a su mejor amiga, Samantha se pegó a la pared y bajó poco a poco hasta quedar en el suelo, allí soltó las lágrimas, que aunque su cara estaba mojada y para los ojos de los demás no se notaría que estaba llorando, era muy claro para ella, necesitaba hacerlo.

Luego de que quiso levantarse, le costó un poco, estaba cansada, ya de pie salió de la ducha, cogió la toalla y salió a su habitación, se puso su pijama.

Samantha miró su vestido ensangrentado, busco algo donde pudiera esconderlo de momento, desocupo una vieja caja que contenía unos cuadernos adentro, en esta puso el vestido y empujó la caja debajo de su cama, luego se paró frente a la puerta, se seco sus lagrimas antes de abrir la puerta y salió de su cuarto, fue a la sala, pero no estaba su madre, así que encendió el televisor y vio la noticia de los cuerpos encontrados, si le dio mucha impresión, no le gustaba pensar más en las muertes que había causado, su amiga estaba muerta y no era una visión, era la vida real y ver a esa noticia, la puso peor.

la puerta sonó y su madre se hizo presente en la casa, la miró.

-no te escuche entrar ¿todo bien?

-si todo está bien ¿Por qué no lo estaría?

-no importa ¿Qué tal te fue con Sofía?

-bien - dijo Samantha quebrándose en lágrimas y yéndose a su cuarto.

Carol quedó confundida con lo que pasó, fue hasta el cuarto y tocó la puerta.

-Sam ¿Qué sucede? - Dijo Carol, mientras intentaba abrir la puerta, pero esta tenía seguro.

-Nada, quiero estar sola, vete por favor - dijo Samantha desde su cama.

Su madre la dejo en paz y Samantha quedó en su cama, a pesar que eran tal vez las cuatro de la tarde ella se arropo, debido a los escalofríos que tuvo, cuando su madre mencionó a Sofía, no estaba lista para salir, solo quería estar sola, no sabía que pasaría con ella, podría ir a la cárcel, es demasiado sospechosa, era con la que se iba a reunir y ahora estaba muerta, todas las miradas irán hacia ella y con mucha razón.

 




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