Aldea de Braskh / Tras la pelea
Kael, sudoroso, respirando agitado, está escondido… dentro de un barril.
Desde afuera, el mismo niño sarcástico de antes cruza los brazos y lo observa con una ceja levantada.
Niño (burlón) ––¿No eras tú el ‘héroe’ de hace un rato? ¿Y así te haces llamar elemental...? Patético, viejo.
Kael (murmura dentro del barril) ––¿Pero ¿qué dices, niño? ¡No ves que podría morir hoy! ¿Por qué la vida es tan cruel conmigo? ––Susurra ––Y pensar que no alcancé a besar a esa chica...
El niño bufa con fastidio.
Kael (irritado) ––Pero ¡qué me dices tú, mocoso insolente! Se supone que todos aquí son elementales, ¿por qué no se defienden ustedes mismos?
Niño (serio por primera vez) ––No somos lo suficientemente fuertes. Apenas tenemos comida, y la mayoría aquí son solo niños, mujeres y ancianos.
Kael se queda en silencio. Luego pregunta:
Kael (curioso) ––¿Y los hombres?
Niño (bajando la mirada) ––Están en el Ejército Negro… o se unieron a las pandillas. Algunos lo hacen por desesperación, buscando darles una vida mejor a sus familias… pero este lugar está maldito.
Kael se queda pensativo… luego suspira con una sonrisa nostálgica. Sale del barril lentamente, se agacha y le pone una mano en la cabeza al niño.
Kael (con una nueva chispa en los ojos) ––Entonces si tengo que morir hoy… me llevaré a esos idiotas conmigo.
Aldea central / Poco después
El suelo tiembla levemente. Se escuchan gritos. La pandilla completa ha llegado: unos 10 pandilleros armados con fuego, aire, tierra y agua, todos con marcas tribales y rostros de furia. En el centro, el líder: un hombre alto, calvo, con tatuajes de agua en los brazos.
Líder (gritando) ––¿Dónde está el imbécil que se atrevió a tocar a los míos?!
Kael (tragando saliva, pero con una sonrisa tranquila) ––Ese soy yo. ¿Algún problema… viejo?
Líder ––No te conozco. No eres de por aquí. ¿Qué hace un forastero en mis dominios?
Kael (con una pose despreocupada) ––Solo soy un simple vagabundo sin preocupaciones en esta vida.
Líder (cruel sonrisa) ––Excelente. Entonces nadie te extrañará… ¡Acaben con él!
¡Batalla! Música intensa comienza
Los 10 pandilleros cargan contra Kael. Él esquiva, lanza ráfagas de agua, crea pequeños escudos líquidos, retrocede, resiste. Su técnica es básica, pero su instinto lo mantiene vivo.
Justo cuando está a punto de ser rodeado…
??? (voz potente) ––¿Necesitas ayuda, hermano?
Kael gira y ve a un joven de unos 18 años, más alto y robusto. Cabello azul oscuro, ojos verdes, expresión relajada, y ambas manos cubiertas con placas de tierra endurecida.
Kael (confuso) ––¿Quién eres tú?
Desconocido ––Ya habrá tiempo para presentaciones… Ahora acabemos con estos imbéciles.
Pelea a dúo
Kael y el desconocido pelean espalda con espalda. El desconocido lanza ondas de tierra, crea barreras, mientras Kael usa chorros de agua como látigos y escudos. Combinan bien: tierra bloquea, agua contraataca.
El líder, furioso, avanza y activa su control del agua, intentando envolver a Kael en una prisión líquida.
Kael, jadeando, retrocede, pero reúne todo su poder elemental, sus recuerdos, su dolor, y con un último ataque de presión de agua, rompe la prisión y golpea al líder con una técnica potenciada por la emoción.
¡BOOM!
El líder cae inconsciente. Los pandilleros restantes huyen aterrados.
Todos exhaustos
Kael y el desconocido se sientan en el suelo, riendo y respirando fuerte.
Desconocido (con sonrisa) ––Mi nombre es Brax. Elemental de tierra.
Kael (chocando su puño con el de Brax) ––El mío es Kael. Agua.
Ambos se miran y sonríen como dos tipos que acaban de empezar una gran amistad.
El niño sarcástico se acerca, con lágrimas en los ojos.
Niño ––Gracias… gracias por salvarnos a todos.
Kael (poniéndole una mano en la cabeza) ––No tienes que agradecer. Solo andaba por aquí, eso es todo.
Ambos se sientan sobre unos troncos secos junto a una casa destruida. Brax se frota el antebrazo cubierto de tierra seca mientras una anciana les da unos panes secos en agradecimiento ambos chicos aceptan con respeto, Kael gira su pedazo de pan con los dedos, sin comer.
Kael (mira de reojo) ––Hey, viejo… ¿quién eres tú realmente? El mocoso aquel me dijo que no quedaban hombres en esta aldea.
Brax (sonríe, con melancolía) ––Es cierto... Pero yo si soy de aquí. Acabo de regresar de la capital imperial.
Kael (curioso) ––¿La capital imperial, hablas de Valyria? ¿Acaso eres parte del Ejército Negro? ¿O de alguna pandilla del lugar?
Brax (niega con la cabeza, bajando la mirada) ––No exactamente… Fui un recluta. Intenté pasar las pruebas muchas veces… pero fracasé. ––Pausa amarga ––Solo quería darles una vida mejor a mis dos abuelos… pero no lo logré. Lo único que traje de vuelta fue vergüenza.
Kael (frunce el ceño, sincero) ––¿Vergüenza? ¡Pero si eres un maldito tanque! Jamás vi a alguien manejar la tierra como tú. Fue brutal.
Brax (suelta una risa seca) ––¿En serio eres un vagabundo? Hablas como si nunca hubieras visto a un elemental decente. Créeme, hay cientos mejores que yo. Lo vi con mis propios ojos...
Kael (intrigado) ––¿Qué viste?
Editado: 24.08.2025