Ashes Of Dominion: Sangre y Elementos

Episodio 4. La Aldea Donde Comenzó TODO

El cuartel donde estaba aquella pandilla que fue arrasada sin quedar ni un solo sobreviviente, quedo completamente destruido por Layne y sus hombres hicieron colapsar ese lugar y solo quedaron los escombros y cadáveres por todos lados.

Layne caminaba con la elegancia de una diosa entre ruinas y cadáveres observando toda su obra con orgullo y arrogancia. Sus botas relucían incluso entre el polvo. Nada parecía haberla rozado estaba completamente intacta.

De pronto, un leve zumbido sonó en su muñeca, era su reloj intercomunicador, un reloj con tecnología de punta fabricado en la región de Kiria, conocido como moniky. Era rápido y eficiente en batallas para comunicarse y saber la posición de sus aliados, cada tono era personalizado, había un tono único y distintivo para cada llamada así sabía cuál era importante y cual podía ignorar. Y esa llamada en especial era muy importante para ella, conocía demasiado bien ese tono.

Sin pensarlo, se giró sutilmente, asegurándose de que sus hombres estuvieran lejos.
Se llevó la muñeca al rostro, y su voz cambió.

Layne (voz suave, cálida):
—¿Ya tan pronto extrañándome?

La otra voz en la línea era suave y cálida, femenina, con un tono más maduro y lleno de ternura.

(al otro lado):
—¿Terminaste con tu misión, cariño?

Layne (sonriendo):
—Sí. Y fue justo como anticipamos.
No había ningún Arcáneo aquí y nada interesante… solo basura exagerando su poder, y ni siquiera tenían un nivel decente de poder elemental, fue una pérdida de tiempo venir directo a este lugar… pero el ambiente de esta aldea tiene algo muy peculiar lo siento en el aire.

La otra línea (divertida):
—Peculiar? ¿Entonces sientes un poder diferente no es así?

Layne (riendo):
—Si, hay una montaña cerca de aquí que me da una sensación muy familiar, pero el poder que emana es muy diferente, descontrolado y poderoso, hay algo oculto y se muy bien quien es que lo esconde.

La otra línea (dulce):
—¿Vas a visitar a nuestro antiguo maestro?

Layne:
—Sí. Le hare una pequeña visita al viejo cascarrabias.

La otra linea:
—¿Regresas hoy a casa?

Layne (sin dudar):
—Sí.

La otra línea (con suavidad):
—¿Qué quieres de cenar cariño?

Layne:
—Pollo frito.

La otra línea (con suavidad):
—Bien, te espero en casa. No te demores mucho.

La llamada se cortó con un pitido suave. Layne bajó la muñeca, suspirando.
Por un instante... el monstruo se volvió humana.

Se miró el uniforme y chasqueó la lengua.

Layne (con picardía):
—No puedo pasearme vestida como una general llamaría demasiado la atención...
Menos mal que siempre vengo preparada.

Se quitó con agilidad su uniforme, y debajo tenía una blusa holgada gris y un pantalón negro corto, se quitó sus botas y se puso unos tenis cómodos, puso su uniforme y botas en una mochila que llevaba consigo.

Se colocó una capucha gris oscura y desapareció en las sombras…

Región de Kaer´ Marun Aldea Tarzia – Entrada principal.

Kael y Brax habían llegado a la aldea para poder descansar un poco y cuando entraron se sorprendieron dentro de la aldea se podía contemplar a primera vista un mercado con varios puestos repletos de frutas, carne, pan y todo era fresco en buenas condiciones… algo que no existía en la aldea de Braskh.

La aldea era pintoresca las casas alrededor estaban en buenas condiciones los niños corrían y las personas caminaban con tranquilidad… o eso creían.

Kael (asombrado):
—Vaya, aquí sí que hay comida... y vida.
Pero...
¿Por qué todos caminan como si los fueran a degollar?

Las personas reían con nerviosismo, miraban por encima del hombro, y hablaban en susurros.

Brax (con voz grave):
—Esta aldea está gobernada por una pandilla aún más cruel que la de Braskh.
Secuestran niños, desaparecen mujeres, queman hogares si no pagas.
Aquí, el miedo es más elegante... pero más afilado y despiadado.

De pronto, un muchacho corrió gritando a todo pulmón y emocionado por el sendero:

Chico (gritando):
—¡La pandilla cayo! ¡Fueron masacrados! ¡Dominion los exterminó a todos, incluso a su líder!

La voz se expandió como fuego. Otra mujer vino detrás, confirmando lo mismo.
El aire cambió. Los suspiros se transformaron en sonrisas.
El miedo… se transformó en esperanza.

Pero en una esquina, una sombra se removió.
Un grupo de hombres ebrios, escondidos tras una carreta, se levantó.

Uno de ellos, alto, con tatuajes de fuego y cicatrices, escupió al suelo.

Matón líder (mirando a su grupo):
—Si esos idiotas ya no existen...
Entonces es nuestro turno de brillar y masacrar.

Salen 10 hombres. Algunos manejaban el fuego, otros lanzaban esquirlas de roca o ráfagas de aire mal canalizadas.

Matón líder (gritando):
—¡Desde ahora nosotros mandamos aquí! ¡Pónganse de rodillas o quémense con el resto!

Kael dio un paso al frente, estirándose como si despertara de una siesta.

Kael (riendo):
—¿Pero qué clase de idiota escucha “no hay pandilla” y dice “yo quiero ser la próxima”?

El matón se enfureció. La tierra tembló bajo sus pies y emergió una espada de piedra afilada.

Matón (gritando mientras le apunta con la espada):
—¿¡Y tú quién diablos eres!? No eres de por aquí forastero, ¿¡Que hace un maldito forastero en mis dominios y se atreve a ponerse en mi contra!?

Kael (riendo con despreocupación):
— Viejo relájate, solo soy un simple vagabundo, no vine a pelear con nadie.



#1110 en Fantasía
#1678 en Otros
#114 en Aventura

En el texto hay: elementos, anime, aventura humor

Editado: 24.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.