Así Soy [saga Arévalo #8]

Capítulo 5

Ezequiela

Siento el peor dolor de cabeza, no quiero abrir los ojos, tuve el sueño más extraño, Marcus dándome el mejor beso de mi vida, me giró para acomodarme mejor, pero siento un cuerpo junto al mío ...¡mierda! ¿Dónde rayos estoy?. Abro rápido los ojos y estoy en mi cuarto,despacio meto la mano debajo de mi almohada y sacó mi pistola.

Me giró rápidamente y pongo la pistola en la cabeza del intruso que me está dando la espalda.

—Te mueves y te mató—trató de apartar mi cabello que es una maraña enredada.

El hombre está quieto no se mueve, frunci el ceño ¿será que lo maté?.

Pero él hace una maniobra y ahora soy yo la que estoy debajo de él, abro los ojos con sorpresa al ver a Marcus encima mío.

—¡Bájate!— él con su mano izquierda me arrebata el arma y la tira lejos.

—Eres un dolor de cabeza Ezequiela, primero te apareces borracha en mi habitación y hoy casi me matas de un susto al ponerme un arma en la cabeza — me revuelvo debajo de su cuerpo.

—Yo no he llegado a tu cuarto Marcus, ni siquiera tenía puta idea que estabas en Santa Teresa.

—Lo sé, llegaste buscando a Nicolás—oír su nombre me emputa más y levantó la rodilla para darle en sus partes.

Marcus se retuerce de dolor y yo me levantó de la cama, bajó mi mirada y me felicito por estar vestida.

—Eres una salvaje— las venas en el cuello de Marcus son claramente visibles.

— ¿Qué mierda haces en mi cama?

Él se levanta furioso y me mira a los ojos.

— ¿Ya no lo recuerdas?—abro la boca pero no sale ninguna palabra ¿será que pasó? Pero me siento normal no siento ningún cambio y estoy vestida... Marcos esta poniéndose sus botas y tiene el entrecejo muy fruncido, la mandíbula apretada tanto que un músculo salta.

—No recuerdo —Marcus no responde sólo se pone de pie y pasa junto a mi.

—Te enviaré tu camioneta y la próxima vez que te emborraches no subas a mi habitación— sale dando un portazo y yo me quedó de pie en el centro del cuarto sin saber que rayos pasó realmente.

Me siento en la cama y lo único que recuerdo es el mejor beso de mi vida, el resto esta totalmente nulo para mi, pasó mi mano por mi rostro y me doy cuenta que si pudo haber pasado algo entre nosotros en su casa.

¡Mierda! me acosté con Marcus como una calzón flojo, tenía años de no verlo y una emborrachada y me entregué a él.

Me dirijo a mi baño para darme una ducha, el dolor de cabeza es insoportable.

Al cabo de un rato bajo a la cocina donde veo a Marie riendo con mis familiares que están sentados en la mesa de la cocina, Víctor me ve y se pone de pie.

—Buenos días Ezequiela— gruñó algo que creo es un buenos días y me siento.

El resto de hombres siguen conversando con Marie pero no dejan de mirarme.

— Marie dame un café bien cargado— ella me acerca una tasa que me la llevó a la boca sin mirar a ningún lado.

— Ezequiela, nos costó ordeñar pero Joselito fue de mucha ayuda, recogimos bastante leche que él ya llevo al pueblo a venderla— levantó la cabeza rápidamente y me arrepiento por que me dolió más.

— ¿Venderla?—Víctor asiente — Pero no saco lo suficientemente para entregar en la acopiadora de leche—Víctor se aclara la garganta.

—Por que cuando quieres ordeñar la siguiente vaca ya el ternero se ha bebido todo —asiento en silencio, seria maravilloso si La Esperanza volviera a estar en la cima — Estamos clasificando el ganado, tienes vacas para cría que no están bien cuidadas, tus toros son magníficos. Podemos empezar el programa de crianza para vender el ganado.

Miré con burla a Víctor.

—No sabes de ganado— él me sonrió.

—No nos conoces y cuando algo se nos mete entre ceja y ceja lo conseguimos, hemos pasado investigando toda la noche en Internet y me he documentado bien.

Enarcó una ceja.

—Vaya, veamos que resulté lo que aprendiste—agachó la cabeza.

—Ezequiela, Max y yo somos expertos en finanzas y deseo poner en orden las cuentas para que veamos como sacar adelante el rancho.

Siento mi mente nublado no se de que habla uno de los gemelos, lo único que deseo es dormir.

—Hagan lo que quieran en el rancho—me levantó — necesito dormir.

— ¿Segura?—Víctor pregunta pero en ¿que me puede perjudicar que revisen las cuentas?

—Claro — me arrastró prácticamente a mi habitación, deseo dormir todo el día y... olvidar.

 

 




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