Capítulo 8

Ezequiela

¿Molestia? muchísima, la mujer que había llegado con Marcus y se autodominaba veterinaria, se le pegaba mucho, y pelaba mucho los dientes, ¡estos hermanos eran una mierda!.

El uno me abandonó y el otro se acostó conmigo y aparece con la amante en mi rancho!.

—¿Entendiste lo que haremos?—paso la mano por mi rostro por que no entendí nada por la simple razón que mis ojos estaban en la tal Anita — ¿Ezequiela?—suspiró y asiento para que me deje en paz Víctor, después pregunto.

Marcus es toda sonrisa con la tal Anita, cuando se digna en dirigirme la mirada lo hace con dureza.

—Entonces en unos momentos llegará mi socio en la clínica para que él pueda asistirlos cuando yo no pueda venir —mira a Marcus y le sonríe como si escondieran un secreto.

—Prefiero a tu socio— la tal Anita me mira sorprendida e igual Marcus.

—¿Pero por qué?— ¿no es obvio? Bueno ella no sabe que me ha caído mal y no la quiero en mis tierras.

—Quiero un hombre revisando mi ganado —me cruzó de brazos y siento la mirada intensa de Marcus pero no caigo en verlo.

—Te aseguro que tengo la fuerza de un hombre...— levantó mi mano.

—Ya dije lo que deseo y si no te parece buscaré otra clinica —me encogo de hombros, pero en el fondo no se que mierda estoy hablando ¿con que dinero la pagaré?

—Anita ante todo Ezequiela es la dueña del ganado y del rancho, respetamos su decisión —quisiera agarrar a besos a Víctor.

—Entiendo— me mira molesta y yo solo me encogo de hombros.

—Buenas tardes— me giró y me encuentro con un hombre guapo, él posa sus ojos en mi y me sonríe — Hola —extiende su mano fuerte y callosa—Soy Leo.

—Soy Ezequiela—él me sonríe.

—Leo, al fin llegas —la famosa Anita camino hacia él— Me ha dicho la señora Ezequiela...

—Señorita— interrumpe Salomón.

—Bueno la señorita Ezequiela, ha pedido que tu la asistas con sus reses.

Leo me mira con una sonrisa.

—Para mi será un inmenso placer— le devuelvo la sonrisa, pero siento una mano sujetando mi brazo.

—¿Podemos hablar?— me pongo tensa ante el tacto de Marcus.

—Claro— me suelto y continuó al otro corral donde no nos pueden escuchar, me apoyo en una de las cercas —¿Qué pasa?

—Anita es una excelente veterinaria, deberías dejarla a ella a cargo de las reses, tus animales están desnutridos y necesitan una asistencia diaria y buena.

—Estoy segura que Leo lo hará muy bien —Marcus me mira con el ceño fruncido.

—El hecho que te haya gustado no significa que sea un buen médico.

—Me parece confiable— siento que Marcus me gira con fuerza hacia él.

—No mezcles el deseo con las necesidades del rancho.

—Solo responde algo Marcus ¿te protegiste?

El frunce el ceño y me mira confundido.

—¿De qué hablas Ezequiela?