Asi soy yo

Delivery Love | 05

Sanha suspiró aliviado empujando la puerta de vidrio, apenas había podido llegar a tiempo a su pedido, unos dos minutos más y tendría que dar la comida gratis, recibir el regaño de sus padres, además de tener que recargar nuevamente gasolina a su moto.

─ Oh, hasta que llegas ─le dijo su padre empaquetando un plato servido en una caja, para luego ponerlo sobre el mesón─ ¿Qué esperas Saniboo?

─ ¿Ah? ─elevó sus manos para estirarse, viendo como su padre le fruncía el ceño.

─ La comida no se entregará sola.

─ Lo sé ─bufó tomando la caja y otras que su madre le estaba entregando.

─ Ten cuidado hijo, que puedes chocar en el camino ─aconsejó su madre entrando a la cocina.

¿Chocar en el camino? Sanha abrió la puerta y salió por ella. Su moto, parada a unos metros de él, yacía un poco rayada. Le costaría una fortuna arreglar aquello... pero aun peor, ¿cuánto podría salirle el arreglo de aquel carro de lujo?

─ Haber... quinientos, seiscientos, setecientos... ─comenzó a contar con sus dedos encima de la moto.

Sacudió su cabeza, no debería pensar en ello. Era mejor que... lo olvidara por ahora. En el transcurso de la tarde tuvo más cuidado en recorrer las calles para entregar los pedidos a domicilio del restaurant. Sanha no quería tener otro accidente ni mucho menos tener que cargar con otro arreglo que pagar.

El castaño estiró sus brazos al llegar a su habitación, luego de una tarde agitada y una rica cena familiar por parte de su padre. Observó sobre su escritorio de noche sus cuadernos.

─ ¿Había tarea hoy? ─lanzó la pregunta al aire para sí mismo─ Ah, ya recordé. Mañana debo comprar un libro sobre la Nueva Constitución que lanzaron a principios de este año.

Sanha entre buscó en su billetera y su mochila si tenía el dinero suficiente para poder comprar aquel material que necesitaría para la clase de mañana. Soltó un suspiro aliviado al encontrar lo suficiente para costearlo, las clases nocturnas le ayudaban con sus gastos de la universidad. Aunque necesitaba encontrar un nuevo alumno pronto, pues recientemente había culminado el aprendizaje de su anterior estudiante.

─ Mañana buscaré ─murmuró dándose ánimos así mimos. Pues sabía que si no lo conseguía pronto no tendría el dinero suficiente para pagar sus clases y materiales─ Bien, es hora de dormir.

Cambiándose de ropa y luego de cepillarse los dientes, se acostó en su cama pues la mañana siguiente le esperaba una agitada clase con el Sr. Shim, quién parecía tener algo contra él y su amigo, Moonbin.

Apagó su lámpara de noche y cerró sus ojos, deseándose irse al mundo de los sueños. Y que un nuevo mañana llegara, pero mucho mejor que aquel accidentado día.

─ Está comprobado, nos hizo tantas preguntas sobre el nuevo libro que compramos

─ Está comprobado, nos hizo tantas preguntas sobre el nuevo libro que compramos. ¡Ni siquiera nos ordenó leerlo para hoy! ─chilló Moonbin con sus libros entre sus manos mientras salían del aula hacia la cafetería─ Definitivamente ese viejo nos odia.

─ Shhh ─calló a su amigo, tapándole la boca levemente al ver al profesor Shim salir del aula y pasar por su lado hacia el salón de profesores─ Casi nos escucha Binnie. Tienes que hablar más bajo o sino se vengará de nosotros con más preguntas en clases.

─ Es que no es justo ─se quejó nuevamente el castaño más bajo. Su amigo era mayor que él sin embargo Sanha era un poco más alto.

Aunque Moonbin llevaba un semestre más avanzado que él, debido a los horarios de sus clases en el Club de Artes Escénicas se vio en la necesidad de no tomar algunas materias retrasando un semestre. Fue así como le conoció en una clase que tomaron juntos hace unos meses, donde congeniaron al realizar un trabajo juntos para luego descubrir que sus vidas realmente eran similares.

El primer plan de Moonbin para ser profesional, de algo que le gustara, había sido el subir a un escenario a bailar o personificar un personaje de alguna obra de teatro. Sin embargo, su amigo también se vio presionado a estudiar leyes por sus padres, aunque él también afirmaba que le gustaba la carrera.

─ Lo mejor es ignorar eso Binnie ─aconsejó Sanha cuando ya se encontraban cerca del campus escolar─ Puede ser que nos encontremos al Sr. Shim en otras asignaturas y ambos no queremos que tome represalias con nosotros por haberte escuchado hablar mal de él.

─ Aún así no es justo ─refutó nuevamente el castaño bajo, acercándose a una mesa vacía que había divisado a unos metros─ Por cierto, ¿ya encontraste nuevo pupilo?

─ Alumno querrás decir Binnie ─aclaró Sanha frunciendo sus labios en un pequeño puchero. Aquello era algo que no podía evitar realizar, por lo que su amigo también le molestaba con ser tierno─ No, aún no. Y necesito hacerlo pronto para ganar dinero.



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Editado: 17.08.2018

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