Asier

Capítulo 1. De vuelta a ti

Harper

 

15 de agosto de 2025

 

A pesar de su repentina partida, he tratado de entender durante estos años todo lo que tuvo que vivir, y aunque siento un vacío, sé que está a mi lado acompañándome.

Hace dos años que terminé la carrera de Medicina y no llegué a ejercer, concretamente. Me había sumergido en mi historia, y también en la suya, que… allanaron el camino para mi sueño de convertirme en escritora. Aunque de una manera que nunca pensé.

Dejar de contar fantasías y centrarme en una realidad —mi realidad—, la que me conmueve emocionalmente, a veces difícil cuando todo se agita en mi interior.

Asier lo sabía…

Hoy cumpliría veintinueve años.

Y ya son dos años de sus partida.

La familia quería reunirse para un pequeño reencuentro, pero yo prefería pasar parte del día en la librería —mi librería, ese regalo hecho por él—. Mi plan ya estaba hecho, terminar la firma de libros y luego tomarme un descanso e irme de viaje. Últimamente era una pequeña forma de mantener la mente despejada, de salir de mi rutina habitual y ver un poco el paisaje que dentro de las cuatro paredes de mi piso me niego a ver.

La media mañana había empezado bastante tranquila y en un solo parpadear, las sonrisas de la gente que empezaba a cruzar aquella puerta, sus saludos y abrazos… Era innegable cada historia diferente que rodeaba sus vidas. Y en mi pecho ese sentimiento interior que no quería reflejar: en el hecho de echarle de menos, de querer abrazarle y no tenerle cerca… De lo tonto que sería ver su sonrisa y lo feliz que se pondría al verme haciendo esto.

Cerré el libro, me detuve un poco y me puse las manos bajo la barbilla para contemplar mejor la vista. Me ajusté las gafas y miré el reloj de pared para comprobar la hora. El tiempo se había hecho muy corto, y mi entusiasmo por continuar con la firma tuvo que posponerse.

Una lista de cosas me esperaba…

Una lista que suponía posponer mucho…

Me levanté de mi puesto y me acomodé ligeramente el abrigo que llevaba sobre el vestido.

—Creo que tendré que anunciarles que esta firma continuará mañana, os pido disculpas, pero debido a la calidad del tiempo tendré que cerrar la librería.

Junté las manos e hice una pequeña reverencia a todos. Tras decir esto, oí algunos gemidos y vislumbre caras de desánimo, pero todo había salido bien.

Tenía que recoger mis cosas y prepararme para irme, antes de que fuera demasiado tarde. Justo entonces, recibí un mensaje de Yara, diciéndome que Ron había ganado un concurso en la escuela y me envió una foto de ellos sonriendo. Después de todo, terminamos siendo buenas amigas, algo inimaginable en esta vida.

Estaban tan monos que daba gusto comérselos.

Hasta que Yara me preguntó cómo me sentía ese día. Por la calidad de su pregunta sólo pude responder:

 

Estoy mucho mejor que el año pasado. ;)

 

Después de la crisis que tuve, me tocó entrar a un tratamiento psicológico para controlar la ansiedad y la depresión, que se habían vuelto demasiado fuertes en aquel momento. Al menos, había superado ciertas etapas. Además, mi mente estaba mucho más ocupada, lo que me limitaba a pensar en ello.

Eso me recordó que una de esas cosas era tener que estar pendiente del baby shower de Gina y Omar. Lo que me dejaba claro que iba a estar muy ocupada últimamente.

Mientras arreglaba mis cosas, me despertó de mi trance el tañido de las campanas de la entrada:

—Lo siento, ¿sigue firmando libros? —dice un chico con voz agitada y bastante dulce.

—La firma tuvo que quedar para el día de mañana —respondí en un pequeño susurro, aún de espaldas, mientras guardaba algunas cosas en mi bolso.

—Llego tarde —se lamentó—. No creo que pueda venir mañana. La mentira de que estaba enfermo para salir del trabajo y venir aquí no parece haber funcionado.

Al oírle decir eso, se me escapó una pequeña sonrisa. No podría ocultarla, aunque quisiera.

Acabé cediendo…

—Si quieres, pon tu libro sobre la mesa y deja que te lo firme. Así no dirás que tu excusa no funcionó.  

—¡Oh, está bien! —soltó con mucho entusiasmo —Lo dejaré aquí, hasta entonces miraré otros libros. ¿Si no te importa?

—Vale, pero no tardes.

Cerré mi bolso y me di la vuelta.

Una última firma por hoy, no creí que me doliera. Pero… cuando vi el libro sobre la mesa, di un grito ahogado. Volví la vista hacia la figura del chico de espaldas a la estantería, cuyos pronunciados hombros llamaron mi atención.

De todos los libros que habías firmado.

—¿A nombre de quién? —pregunté muy atenta, mientras intentaba mantener el equilibrio de mi mano para sujetar el bolígrafo.

Al no oír respuesta a mi pregunta, bajé la vista, llamando mi atención el observar cómo giraban sus pies, lo que me hizo volver la concentración hacia el bolígrafo, y vi cómo sus manos colocaban un conjunto de libros sobre la mesa.




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