Will
Tal vez por quitarme las historias románticas de las personas en mi cabeza; y a la vez no querer recordarlo cuando pintaba. Había dejado de hacer lo que amaba.
Como una tarde cualquiera en la que se veía una puesta de sol violeta, producida por los finos aerosoles volcánicos de la estratosfera que dispersan la luz azul que se mezcla con el rojo normal del atardecer. Me quedé sentado en la estación del parque de mi antigua ciudad, contemplando aquel panorama que me ahogaba. No tenía ningún entusiasmo y me preguntaba si realmente quería hacerlo.
Me recordaba a mi hermana. Siempre me presumía de lo mucho que se imaginaba tener a alguien como uno de los personajes de los libros que leía. Era más la emoción de verla contarme sus historias que yo leyéndolas. Y cuando lo viví, me pareció increíble… Por supuesto, nunca imaginó lo que vendría después de un final feliz. Las intensas luchas, la construcción, el miedo e innegablemente la separación, que quizá el diez por ciento de la gente no experimenta.… y si es con la muerte, a una edad mucho mayor, al menos la gracia de haber vivido plenamente junto a esa persona, les hace sentirse satisfechos.
Pero siendo joven e inexperto. Tus ideales acaban por romperse… Esas relaciones que marcan tu vida en ese momento también se romperán.
Miré en la pequeña vitrina de la librería del parque, observando el borde posterior de uno de los libros: Detrás de toda esa fantasía soñada.
Quizás tal vez tenía.
Pasé días enteros encerrado en mi habitación, experimentando detenidamente cada página.
El libro contaba la historia de un joven locamente enamorado. Quien no amaba a otra chica más que a ella, cuyo nombre nunca aparecía en todas esas letras —ella era un enigma—. Contado a través de trescientas sesenta y cinco cartas; cada una más difícil de procesar en su momento. Le relataba a su amada lo doloroso que era no tener una respuesta concreta para poder explicarle su partida. De como poco a poco su vida se iba acortando y, que, aun así, su amor por ella lo mantenía para completar su sueño. Nunca pensó en confesarle su amor y esperaba que solo fuera cuando ya él no estuviera con ella. Pero acabó confesándoselo antes de lo que esperaba, aunque temeroso se dejó llevar por aquellos momentos y la amó. A pesar de que también le rompería el corazón cuando él ya no estaba…
Al final del libro, la chica cuenta lo duro que fue enfrentarse a esa realidad, y cómo su amor, que parecía una fantasía, tuvo un fatídico final. Que, aun así, no podía alejarse de la vida que seguía continuando. Relataba muchas cosas de manera hermosa… Solo que para mí hay un precio para todo eso.
¿Respuesta?
Tal vez mi respuesta a mi pregunta no se cubría en ese avanzar.
Pues, sus ojos destilaban tristeza, perdidos en el panorama…