Alex miró a Rosa, la ama de llaves, salir de la casa. Le restó importancia y regresó a lo suyo, se encontraba escuchando el resultado final de una de sus canciones en su laptop, aprobando el trabajo que los ingenieros hicieron con sus canciones. Se quitó los auriculares cuando miró a Lorena entrar con sus perros, ella los liberó de la correa y los tres peludos comenzaron a correr por el salón principal después de su paseo.
—Hey, que bueno que llegas. —Le dice él, llamando su atención—. Quiero que escuches esto.
Lorena se acerca a Alex, él le puso los auriculares y le dio play a una de las canciones que quería que ella escuchara.
—Se llama En esa primavera ¿adivina para quién es?
—¿Es para mí? ¿O para Evelyn?
Eso último borró la sonrisa en el rostro de Alejandro, ¿por qué la mencionaba con ese tono de voz?
—¿Qué pasa, Lore?
—Necesitamos hablar.
Dos palabras que le pusieron los nervios de punta a Alejandro, Lorena lo miraba con seriedad y tenía el ceño fruncido, no era buena señal. Desbloqueó el iPad y deslizó su dedo por la pantalla hasta encontrar lo que quería enseñarle.
—La reconocí desde el primer instante. ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Sabes que toda la noche me han llovido notificaciones?
Él fija la vista en la pantalla, las chicas que estaban en la cafetería se habían encargado de tomarles una fotografía para subirla a internet, de inmediato, llegaron algunas fanáticas para preguntar por su identidad, ¿qué sucedía? ¿Por qué parecía como si estuviesen en alguna clase de cita? ¿Acaso eran ciertos los rumores de que el matrimonio Mena-Escudero estaba desmoronándose? ¿Quién es esa mujer? Comenzaban a compadecer a Lorena en los comentarios, etiquetándola una y otra vez por lo que fue inevitable que ignorara la fotografía, llamaban «zorra» a Evelyn por estar con Alex tomando un café sin entender el contexto detrás del momento.
Y por un instante Alex detestó esta parte de su vida, que todos se metieran en algo que no les importa, que ni siquiera tenga la oportunidad de tomar un café con alguien porque todos comienzan a preguntarse quién es y qué estaban haciendo. No sabía cómo se sentía ahora, si molesto con esas chicas por comenzar un rumor más que no necesitaba o si se sentía apenado con Lorena, por no saber qué decir.
—¿Es por eso que has estado fuera todo el tiempo?
—¡No! Sabes que cuando trabajamos en un nuevo álbum todo mi tiempo lo invierto en el estudio, lo sabes, no sé porque vamos a discutir por esto tan temprano. Yo... Nos volvimos a ver en un show que di en Arabella hace unas semanas y pensé que sería buena idea platicar con ella después de todos estos años, para hacer las paces, no lo sé.
—¿Sólo fue cosa de un día? ¿Sólo la has visto en la cafetería?
La mirada oscura de Lorena lo hizo sentir realmente nervioso, las manos le temblaban y debía conectar rápido el cerebro con la lengua antes de decir algo que pudiera empeorar la situación.
—Sí, sólo ese día. —Miente, sosteniéndole la mirada a su esposa—. Estábamos tomando un café, recordando a Bere, sabes que era nuestra amiga en común y mientras platicábamos de ello unas chicas se acercaron a pedirme una foto y un autógrafo, sabes como son, sabes que siempre malinterpretan todo, si no te dije nada antes fue porque no lo consideré importante. Ella hizo su vida, yo hice la mía, estoy contigo... Te amo.
Bloquea el iPad, poniéndola en el centro de la mesa de madera, a un lado de su computadora. Se vuelve para mirar a Lorena, toma su rostro y le da un corto beso en los labios que asegurase que sus palabras fuesen ciertas, una vez que tuvieron la oportunidad de verse de nuevo a los ojos, Lorena le preguntó:
—¿Y qué sentiste?
—Nada. Absolutamente nada. Quizás sentí ganas de escribir una canción, sabes que como músico... Necesito inspiración.
Ella dejó de mirarlo por un instante, aceptaba que él continuara escribiendo sobre Evelyn porque como él ya lo ha dicho, es un músico que necesita inspiración para sus letras. Pero al mismo tiempo, sabía lo que esa mujer había significado en la vida de su esposo, sabía que tan mal lo pasó cuando ella decidió irse y aunque no lo iba a aceptar tan fácilmente, se sentía celosa. Lo que menos quería era vivir pensando en que Evelyn ha regresado a su vida.
—No creo que sea buena idea que la veas de nuevo. Bastante tuvimos con los rumores del divorcio y todo lo que se dijo de Mónica, si descubren quién es Evelyn no van a dejar de molestarnos con eso y estoy cansada de lidiar con toda esa mierda. Por favor, ya tuviste tiempo de reconectar con ella... Yo...