Asmodeo & Amon

¿Hay un ángel caído entre nosotros?

—Charlotte, vámonos.

Amon me estaba tomando del brazo, y yo solo estaba viendo a Thomas, a su cadáver sobre la nieve, sin vida. Lloraba, las lágrimas salían, esto no podía estar sucediendo, no a él. Jack aún intentaba hacerlo reaccionar hasta que Daniel se acercó a él y lo sujetó para separarlo del cuerpo inerte de Thomas.

—¡Déjame, suéltame!

—Jack, está muerto. —le decía Daniel, intentando tomarlo para separarlo. Sarah solo se había quedado viendo a Thomas, sin decir nada, en silencio.

—¡Que me dejes joder! —rugió Jack, y se soltó del agarre de Daniel— ¡Despierta estúpido! —volvió a gritarle a Thomas, pero era imposible, ya había muerto.

Todos miraban la escena con miedo, angustia, no sabían que hacer, y era lógico, ¿quién puede reaccionar de una manera cuerda si ve a alguien morir tan de pronto? Yo aún sentía como Amon me sujetaba, y no puse fuerza alguna para resistirme, no quería, no tenía la fuerza para intentar separarme de él. Miré a todos, y fue como si por un momento el tiempo se detuviera, ¿qué había pasado?, ¿en verdad Thomas estaba muerto?, ¿o solo era una ilusión mía?

—Tenemos que llamar al sheriff. —le dijo Daniel a Noah, y el último frunció su ceño.

—¿Cómo quieres que llamemos a la policía si esta fiesta es clandestina idiota?, nos meteremos en problemas.

—¿Te importa más meterte en problemas que llamar a la policía para que vengan a auxiliar a Thomas, pendejo? —escupió Jack cada una de las palabras con fuerza y se levantó para acercarse al rubio.

—Podemos esconder el cuerpo, irnos, y luego decir que Thomas tuvo un accidente o algo así, nos podrían creer.

Noah ni siquiera terminó de decir bien aquello, porque Jack le dejó ir su puño con notable rabia a la cara, Noah solo torció la cara, al parecer el golpe no había sido tan fuerte, aunque su nariz empezaba a sangrar.

—Que seas un puto insensible de mierda no significa que le haremos esto a mi mejor amigo, así que le llamas a la puta policía, o se enterarán de lo que has hecho cabrón.

Jack lo amenazó y Noah lo miró sorprendido, con la manga de su camisa se limpió la sangre, y asintió levemente, accediendo a lo que Jack le había dicho mientras sacaba su celular del bolsillo del pantalón, ¿pero qué era eso que Jack sabía de Noah?, ¿qué había hecho?

Tantas cosas que rondaban por mi mente, tantos pensamientos y sentimientos mezclados. Amon me llevaba a rastras, sacándome de ahí, y yo miré a mis alrededores, las lágrimas dejaron de salir, ya no lloraba, y viendo a todos lados no noté a Sebastián por ninguna parte, pero si estaba ahí, ¿qué se había hecho?

—¿Qué haces? —le pregunté a Amon, se miraba molesto, y yo no hice más que seguirle el paso, el agarre que me proporcionaba en el brazo empezaba a dolerme, hice una mueca de dolor, y lo miré— Me lastimas.

Nos estábamos alejando cada vez más, pero yo no quería irme, quería estar ahí, con Thomas, quería saber si había esperanza de que viviera, no quería aceptar la idea de que estuviera muerto, pero Amon no se detuvo, y siguió caminando llevándome con él a quién sabe dónde.

Su actitud empezaba a molestarme, ¿qué acaso no había visto que Thomas murió?, era su mejor amigo, ¿qué mierda le pasaba?, me solté de golpe y paré en seco, él solo suspiró y me miró, sus ojos ahora estaban de su color natural, pero el amarillo que se miraba en ellos era más intenso, estaba furioso, su respiración lo delataba.

—No fuiste la única que vio a ese imbécil.

—¿Hablas de Adán?

—Ni siquiera menciones su maldito nombre, vino por ti, ¿qué no te das cuenta?, mató a Thomas, estar ahí no es buena idea, así que vámonos. —se acercó a mí para tomarme del brazo otra vez, pero yo me aparté.

—No me quedaré de brazos cruzados, mató a uno de mis mejores amigos, a uno de los mejores amigos de Hunter.

—Y va a matar a todos si se le da la gana, te quiere con él, y hará lo que sea para tenerte de vuelta.

—¿Y por qué me quiere?

—No sé si lo has notado, chica rebelde, pero estar aquí no es precisamente la mejor de las ideas por el momento, ese idiota está cerca, siento su asquerosa presencia. Vámonos de una puta vez, Asmodeo nos espera.

Y no le llevé la contraría, hablaba con seriedad, y yo no era precisamente alguien que pudiera enfrentarme a él, era una humana después de todo, estaba atrapada en este cuerpo, y era tan débil como los demás. Dejé que me tomara del brazo, y caminamos rápidamente sobre la nieve, ahí me di cuenta que había dejado mi chaqueta en la fiesta, y mi vestido no era de manga larga, solo era de tirantes, además, los botones del frente estaban desabrochados, se me miraba el jodido sostén.

Empecé a abrocharlos, y vi como Amon me extendía la chaqueta que él tenía, ¿se había dado cuenta de que tenía frío por estar descubierta?

—Póntelo. —me ordenó, y yo obedecí.

Así seguimos el camino hasta llegar al final del bosque para entrar al solar, lo atravesamos y nos encaminamos a la casa de Asmodeo, esperaba que mis padres y mi hermano no nos vieran, le dije eso a Amon, y entramos por la parte trasera, y ni siquiera necesitó tener una llave, hizo algo extraño con sus ojos mientras miraba la cerradura que se abrió enseguida, la puerta que tenía llave estaba abierta ahora. Pasamos a la cocina y llegamos a la sala, las luces estaban encendidas, y ahí estaba Asmodeo, parado por la ventana viendo hacia afuera. Yo caminé hasta uno de los sofás y me senté, me sentía tan extraña, toda yo, como si estuviera ahí, pero a la vez no.



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En el texto hay: misterio, profecia, paranormal

Editado: 16.10.2024

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